Información del libro

Estudio-vida de Levíticopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6571-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 2 de 64 Sección 3 de 4

F. Las ordenanzas en cuanto a las ofrendas
son una receta de la cocina divina

Las ordenanzas en cuanto a las ofrendas son una receta de la cocina divina. Cristo es los víveres, nosotros somos los cocineros, y Dios y nosotros somos los comensales que disfrutan a Cristo como nuestra satisfacción. Esto es lo sobresaliente en el libro de Levítico. En términos espirituales, no hay nada más elevado que el disfrute que tenemos del Dios Triuno en Cristo.

¿Se había dado cuenta usted alguna vez de que las reuniones de la iglesia son reuniones en las que se cocina, reuniones donde se come? En ocasiones pasadas hemos hablado de venir a las reuniones a comer, y en nuestras reuniones hemos cantado un breve himno que dice: “¡A comer!” (Himnos, #228). Sin embargo, es posible que nunca nos haya cruzado por la mente el pensamiento de que debemos cocinar. Los víveres están listos, y los comensales también, pero ¿quiénes son los cocineros? Puedo afirmarles con toda certeza que Dios y el Espíritu no son los cocineros, sino que los cocineros somos nosotros. Por tanto, todos debemos aprender a cocinar.

Si examinamos los tipos contenidos en Levítico, podremos ver que Dios ciertamente desea disfrutar a Cristo. Él desea disfrutar al Cristo que nosotros apreciamos y le ofrecemos. Sin embargo, hasta ahora seguimos siendo demasiado viejos, tradicionales, superficiales y religiosos. Que todos veamos que nuestro Dios desea disfrutar a Cristo. Cristo no sólo debe ser nuestra comida, sino también la comida de Dios, la cual nosotros le cocinamos al apreciar a Cristo y presentárselo. Todos debemos cocinar a Cristo para que podamos alimentar a Dios con Cristo.

II. LAS CATEGORÍAS DE LAS OFRENDAS

Ahora veremos las categorías de las ofrendas. Según Levítico, hay cinco clases principales de ofrendas, cinco clases principales de dádivas: el holocausto, la ofrenda de harina, la ofrenda de paz, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones. Debemos permitir que los cuadros de las ofrendas halladas en Levítico revolucionen nuestros conceptos con respecto al servicio, la adoración y la experiencia que tenemos de Cristo.

A. El holocausto

El holocausto es el Cristo que satisface a Dios (1:1-17; 6:8-13). El holocausto es el alimento de Dios que le trae disfrute y satisfacción. Esta ofrenda debía ser ofrecida diariamente, en la mañana y en la noche.

B. La ofrenda de harina

La ofrenda de harina es el Cristo que satisface al pueblo de Dios y que éste disfruta juntamente con Dios (2:1-16; 6:14-23). El holocausto es el alimento de Dios, y la ofrenda de harina es nuestro alimento. Sin embargo, comemos la ofrenda de harina juntamente con Dios. Cristo primero debe ser disfrutado absolutamente por Dios, y luego debe ser disfrutado por nosotros a fin de que disfrutemos a Cristo juntamente con Dios. Según Levítico 2, una parte de la ofrenda de harina es ofrecida a Dios, pero la parte principal de esta ofrenda es para nosotros. Esto indica que Cristo es dado para nuestro disfrute a fin de que lo disfrutemos juntamente con Dios.

C. La ofrenda de paz

La ofrenda de paz es Cristo en calidad de paz entre Dios y el pueblo de Dios, del cual ambos disfrutan mutuamente en comunión (3:1-17; 7:11-38). El holocausto es el Cristo que Dios disfruta, la ofrenda de harina es el Cristo que nosotros disfrutamos juntamente con Dios, y la ofrenda de paz es Cristo en calidad de paz entre Dios y Su pueblo. Cristo, como tal ofrenda, llega a ser el disfrute mutuo que comparten Dios y Su pueblo. En este disfrute hay comunión.

D. La ofrenda por el pecado

La ofrenda por el pecado es el Cristo ofrecido por el pecado del pueblo de Dios (4:1-35; 6:24-30). La intención de Dios es que el disfrute sea mutuo, que tanto Él como nosotros disfrutemos. Su intención es que tengamos paz con Él para que disfrutemos a Cristo juntamente con Él en comunión. Sin embargo, debemos recordar que el pecado todavía reside en nuestra naturaleza y que todavía cometemos transgresiones en nuestra conducta. Tanto nuestro pecado como nuestras transgresiones son condenados por Dios. Por consiguiente, necesitamos la ofrenda por el pecado, la cual es el Cristo ofrecido por el pecado que reside en nuestra naturaleza. Al respecto, Cristo hizo propiciación.

E. La ofrenda por las transgresiones

La ofrenda por las transgresiones es el Cristo ofrecido por los pecados del pueblo de Dios (5:1—6:7; 7:1-10). Cristo hizo propiciación por nuestros pecados, nuestras transgresiones, así como por nuestro pecado. Debido a que Cristo es la ofrenda por el pecado y la ofrenda por las transgresiones, no tenemos más problemas con Dios. Ahora podemos estar en paz, y en esta paz disfrutamos a Cristo juntamente con Dios.

Los tipos contenidos en los capítulos del 1 al 7 de Levítico nos muestran cuánto Cristo es para nosotros. Estos capítulos nos muestran muchos puntos detallados acerca de Cristo. Debemos aprender a ser precisos al experimentar a Cristo en relación con todos estos detalles.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top