Estudio-vida de Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo y Malaquíaspor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6252-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El Espíritu procesado y consumado, quien está en nosotros hoy, es nuestra única necesidad. Muchas veces abrigamos un concepto natural al pensar que si amamos al Señor, nos tienen que enseñar más por Su oráculo para saber cómo ser padres, hijos, esposos o esposas apropiados y cómo hablar a otros con un tono y actitud apropiados. Sí, es verdad que en la Biblia encontramos proverbios y máximas éticas para nuestra vida diaria, como por ejemplo el hecho de que los maridos deben amar a sus esposas y las esposas deben estar sujetas a sus maridos. Sin embargo, el meollo de la Biblia es el Dios Triuno. Lo que la Biblia nos habla principalmente es que el Dios Triuno pasó por un proceso a fin de forjarse en nosotros como nuestra vida, elemento y sustancia, y de ese modo vivir en nosotros y expresarse por medio de nosotros.
En el relato de Juan 3, un principal entre los judíos llamado Nicodemo, quien era un hombre de los fariseos, los moralistas entre los judíos, pensó que los hombres necesitaban más enseñanzas. Por lo tanto, acudió al Señor Jesús y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro” (v. 2). Ésta es exactamente nuestra condición. Al igual que Nicodemo, estamos llenos de conceptos religiosos. Tal vez quisiéramos que las palabras santas del Señor nos enseñaran, como lo hicieron las palabras de Confucio, Mencio y Wang Yang-ming de China, con respecto a cómo desarrollar nuestra “virtud resplandeciente”, a fin de comportarnos como hombres y caballeros morales. Sin embargo, ésta no es la esencia de la Biblia. El centro y esencia de la Biblia son el Dios Triuno, esto es, el Padre, el Hijo y el Espíritu; el Cristo todo-inclusivo, y el Espíritu consumado.
Por esta razón, siento una pesada carga en mi interior. He descubierto que muchos de entre nosotros todavía son viejos y siguen siendo los mismos que antes. Nuestra verdadera necesidad es experimentar al Espíritu en nuestra vida diaria. Los asuntos familiares que no pueden ser resueltos, las circunstancias que nos causan dificultades, y los hermanos y hermanas que no podemos soportar no son los verdaderos problemas. El verdadero problema es que no conocemos al Espíritu. Las circunstancias no son nuestros problemas; nuestro verdadero problema es que no sabemos experimentar a Cristo. Dios nunca nos prometió un entorno muy placentero para que navegáramos en aguas tranquilas de la tierra al cielo y de esta era a la era del reino. Los seres humanos siempre tendremos problemas. Sin embargo, la diferencia entre los cristianos y los que no creen en Cristo es que los cristianos podemos regocijarnos en nuestras aflicciones y no estar ansiosos. De hecho, no es que podamos regocijarnos nosotros, sino que el Espíritu se regocija en nosotros. Para llevar una vida en la que no estamos afanosos por nada, sino que siempre nos regocijamos, necesitamos experimentar a Cristo y conocer al Espíritu. Este Espíritu es nuestra única necesidad.
Muchos consideran que el Espíritu es una entidad demasiado abstracta. Agradecemos al Señor porque Él nos ha dado la Biblia, la cual es muy preciosa. La esfera y esencia de la Biblia son Cristo mismo, y este Cristo del cual nos habla la Biblia llegó a ser el Espíritu. Así pues, el Espíritu no es una entidad abstracta. Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu”. Esto quiere decir que el Espíritu está en nosotros y habla juntamente con nosotros. Apocalipsis 2:7 declara: “El Espíritu dice a las iglesias”, y 22:17 afirma: “El Espíritu y la novia dicen”. El Espíritu es el Espíritu que habla. Por esta razón, el Señor Jesús dijo: “Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn. 6:63). Esto indica que las palabras del Señor, el Espíritu del Señor y el propio Señor son uno y que jamás pueden separarse. Hoy no deberíamos aprender ética ni moralidad, ni tampoco estudiar las palabras del Señor de una manera natural. Hay una sola cosa que deberíamos aprender, a saber: ejercitar nuestro espíritu diariamente para orar-leer las palabras del Señor y recibir Su rico suministro, pues Sus palabras son espíritu y son vida. Queridos hermanos y hermanas, no debemos leer la Biblia con nuestra mente. Siempre que acudamos a la palabra del Señor, debemos abrir todo nuestro ser y ejercitar nuestro espíritu para extraer las riquezas del Espíritu halladas en la Biblia. Si oramos-leemos la palabra de Dios de esta manera, cada palabra de la Biblia llegará a ser espíritu y vida para nosotros. Entonces percibiremos que, definitivamente, el Espíritu habla en nuestro interior. Este Espíritu que mora en nosotros y que nos habla, nos guiará en medio de nuestras circunstancias para que hagamos frente a cualquier persona, acontecimiento y situación y resolvemos cualquier dificultad. Este Espíritu que nos habla es todo lo que necesitamos.
Hoy en día, este Espíritu que nos habla es Cristo mismo. A fin de conocer a Cristo, necesitamos estudiar diligentemente las seis grandes categorías de tipos que se hallan en el Antiguo Testamento (los seres humanos, los animales, las plantas, los minerales, las ofrendas y los alimentos). Todos estos tipos son muy ricos. ¡Cuán bendecidos somos! Ya hemos recibido todas estas riquezas en su realidad. Los elementos que componen la realidad de todos los tipos se encuentran en el Espíritu, y este Espíritu nos infunde e imparte todas estas riquezas mediante las palabras del Señor. Por tanto, día a día necesitamos comer las palabras del Señor y recibir la impartición del Espíritu. Esto es semejante a respirar, beber y comer, lo cual no hacemos una sola vez y para siempre, sino día a día y momento a momento. Además de esto, debemos ejercitar y liberar nuestro espíritu delante del Señor con regularidad para poder cooperar con Él. De este modo, nuestra vida espiritual será saludable y crecerá continuamente de una manera normal.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.