Testimonio de Jesús, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8269-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-8269-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
En la Biblia se nos presenta este cuadro: solamente ocho personas fueron salvas en el arca mediante el agua, de la generación torcida. Muchos quizás fueran salvos de la perdición eterna, pero pocos entraron en el arca. Para ser salvos de la perdición eterna no se requiere que hagamos nada, pero para ser salvos de la generación maligna, tenemos que edificar el arca. Filipenses 2:12 dice: “Llevad a cabo vuestra salvación”. A los fundamentalistas tal vez no les agrade este versículo, porque ellos insisten en que somos salvos por fe mediante la gracia sin ejecutar obra alguna y que es una herejía decir que somos salvos por medio de obras. Sin embargo, hay al menos un versículo en el Nuevo Testamento que nos insta a llevar a cabo nuestra propia salvación. Ésta no es la salvación de la perdición eterna. Esto se refiere a ser salvos de la generación torcida y perversa mencionada en el versículo 15. Este versículo nos dice: “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”. Muchos de nosotros solamente podemos proclamar que hemos sido salvos de la perdición eterna. Tal vez nos hemos regocijado proclamando: “¡Aleluya, he sido salvo y jamás pereceré! El cielo es mío y el infierno ha desaparecido”. Sin embargo, no debemos regocijarnos demasiado. Esto sólo representa la mitad de nuestra salvación. Tenemos que ser salvos también de la otra mitad, es decir, ser salvos de la generación torcida y perversa.
Ser salvos de la generación perversa no es tan fácil como ser salvos de la perdición eterna. Para ser salvos de la perdición eterna sólo se requiere que simplemente digamos: “¡Oh, Señor Jesús, soy un pecador. Gracias que has muerto por mí. Tú eres el Hijo de Dios y Tú eres también mi Salvador. Señor Jesús, perdóname. Me arrepiento y creo en Ti”. Esto es suficiente para que seamos salvos por gracia. Sin embargo, el resto de nuestra salvación requiere que cooperemos con Dios. El versículo 13 dice: “Dios es el que en vosotros realiza así el querer como el hacer, por Su beneplácito”. A esto deberíamos responder: “Amén a Tu obra”. Si cooperamos con la operación de Dios, en el aspecto negativo, seremos rescatados de la generación torcida. En el aspecto positivo entraremos en el arca, la cual representa la vida de iglesia apropiada.
Tenemos que entrar en la vida de iglesia apropiada, la cual es una “prisión” para nosotros. Muchas personas son libres de ir a donde quieren; ellos van tras los deportes, las diversiones y, en los días festivos, se van de turistas. Verdaderamente están fuera de la prisión. Sin embargo, el pueblo de la iglesia permanece en su “prisión”. Los padres de algunos de los santos dicen: “Compadécete de ti. No vayas tanto a tu iglesia; has estado yendo todos los sábados y domingos. Ya basta. No te olvides que este es un día feriado. ¿Por qué no te tomas unas vacaciones y disfrutas un poco?”. Sin embargo, los que dicen tales cosas no se dan cuenta de que lo que nosotros tenemos es mucho mejor y mucho más alto. Ellos desconocen el “entretenimiento” celestial, espiritual y maravilloso del cual disfrutamos. Estamos encarcelados en la vida de iglesia, pero nos gusta. La iglesia es una prisión, pero también es el mejor “entretenimiento”.
Pudo haber habido muchos más que fueron salvos de la perdición eterna en los tiempos de Noé, pero sólo ocho fueron rescatados de su generación y llevados a entrar en el arca. La iglesia es el lugar donde podemos ser salvos de la generación actual. El Nuevo Testamento nos dice que después de que el Señor resucitó, Él se apareció a quinientos hermanos a la vez; sin embargo, el día de Pentecostés sólo ciento veinte estaban reunidos (1 Co. 15:6; Hch. 1:15). Además de los quinientos hermanos, tal vez hubo muchos otros que también fueron salvos. A lo largo de los tres años y medio del ministerio del Señor cientos de personas pueden haber sido salvas, pero en el día de Pentecostés sólo estaban presentes ciento veinte personas. Todos los demás fueron salvos, pero ellos no estaban dentro del “arca”. Solamente ciento veinte personas estaban en el arca. Sin duda, Nicodemo y José, los que sepultaron a Jesús, también fueron salvos. Ellos eran personas buenas, pero no estaban entre los ciento veinte. Sí, eran salvos, mas no estaban en la iglesia de manera práctica. Ellos no deberían haber estado satisfechos con seguir en tal condición. Nadie debiera decir: “Siempre y cuando sea salvo, todo está bien. Prefiero quedarme en el templo con el altar, el sacerdote y las lámparas ardientes. Sé bien que esta religión le dio muerte a Jesús, pero yo personalmente sí creo en Él, le amo y estoy a favor de Él”. Sin embargo, no importa cuántas personas parecieran estar a favor de Jesús, ellas no estaban en la vida de iglesia.
Hoy muchos cristianos se hallan en esta misma situación. Recientemente alguien me dijo: “Ciertamente aprecio su ministerio; su ministerio es maravilloso. Sin embargo, soy católico. Amo a Jesús, pero también amo el catolicismo y todo lo que tiene que ver con ello. En la Iglesia Católica actual, está el movimiento carismático, y hay muchas personas allí que les gusta leer los libros de Watchman Nee”. A decir verdad, adoptar tal actitud es deplorable. Lo que Dios desea obtener hoy no son millones de personas salvas. Lo que Él desea es la iglesia, el arca. Él desea salvarnos de la generación perversa e introducirnos en el reino de Dios, a fin de llevar a cabo Su propósito eterno. A Él no le interesa el movimiento carismático ni el hablar en lenguas. Lo único que a Dios le interesa es si estamos o no estamos en el arca, que es la vida de iglesia apropiada. Él quiere que seamos parte del testimonio de Su Hijo, Jesús.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.