Puntos prácticos en cuanto a la compenetraciónpor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-786-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Necesitamos vivir una vida con Cristo, quien vive en nosotros, tener una morada mutua, una edificación mutua y un vivir mutuo. Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe, la fe en el Hijo de Dios” (Gá. 2:20). Pablo vivía por la fe de Cristo. La fe de Cristo no es otra cosa que Cristo mismo. Cristo es el Autor y el Perfeccionador de nuestra fe (He. 12:2) Para Pablo vivir por la fe de Cristo significaba que vivía por Cristo. Cristo vivía en él y él vivía por Cristo. El hizo esto por la abundante suministración, no del Espíritu de Dios, sino del Espíritu de Jesucristo, quien se encarnó, pasó por la vida humana, murió en la cruz y resucitó. Este Cristo maravilloso hoy es el Espíritu abundante. Por dicho Espíritu y Su abundante suministración Pablo vivía a Cristo y lo magnificaba (Fil. 1:19-21a). El también dijo que seguía a Cristo, con el deseo de ser conformado a Su muerte al conocer el poder de la resurrección (3:10).
¿Cómo podemos vivir con Cristo? No por nuestro propio esfuerzo, sino por la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo y por ser conformados a Su muerte mediante el poder de Su resurrección. Puedo vivir una vida que parezca una vida humana, pero no por medios naturales. Mi vida natural es puesta en la cruz, y mi vida diaria es conformada a la muerte de Cristo. La muerte de Cristo es un molde, y mi vida es un masa que se pone en el molde para ser conformada al mismo. Día tras día muero para vivir. Muero por la cruz para vivir en el poder de resurrección.
Pablo dijo que tal persona pone todo su ser en el Espíritu maravilloso y lo hace todo en conformidad con este Espíritu (Gá. 5:16, 25; Ro. 8:4). David era un hombre según el corazón de Dios, pero aquello está muy lejos de lo que nosotros tenemos. Nosotros somos Dios-hombres que hacen las cosas y tienen su ser no sólo según el corazón de Dios, sino también según el Espíritu que fue procesado y consumado por medio de la muerte y la resurrección. Necesitamos corroborar si obramos siempre en el Espíritu y si tenemos todo nuestro ser según tal Espíritu.
La realidad del Cuerpo de Cristo es el conjunto, la totalidad, del vivir que lleva un grupo de Dios-hombres. Esta clase de vivir, el cual es la realidad del Cuerpo de Cristo, pondrá fin a esta era, la era de la iglesia, y traerá a Cristo de regreso para que tome la tierra, la posea y la gobierne junto con estos Dios-hombres durante la era del reino. Ellos habrán sido perfeccionados, completados, y habrán llegado a la consumación en la era de la iglesia. Así que en la era venidera, la era del reino, ellos reinarán con Cristo por mil años (Ap. 20:4-6).
Los muchos creyentes que no fueron perfeccionados y madurados en la era de la iglesia serán perfeccionados y madurados en la era del reino por el juicio disciplinario de Dios. Dios tiene cierta manera de obrar. Ningún creyente puede participar de la Nueva Jerusalén sin ser perfeccionado y madurado. Por lo tanto, en los mil años de la era del reino, Dios ejerce Su soberanía para castigar a los queridos hermanos, para disciplinarlos de muchas formas, a fin de poder perfeccionarlos y madurarlos. Al final de los mil años, ellos estarán listos para unirse con los que fueron perfeccionados con anterioridad y para participar con ellos de la Nueva Jerusalén.
Hoy en la era de la iglesia, los Dios-hombres que hayan sido perfeccionados y madurados son Sion, los vencedores, los grupos vitales en las iglesias. Pero en el cielo nuevo y la tierra nueva no estará el monte de Sion, sólo estará la Nueva Jerusalén, porque todos los santos que no estaban calificados para ser Sion, lo estarán. En otras palabras, toda la Nueva Jerusalén llegará a ser Sion. ¿Qué es Sion? Es el lugar donde Dios está, o sea, el Lugar Santísimo. En Apocalipsis 21 hay una señal que indica que la Nueva Jerusalén será el Lugar Santísimo. Sus dimensiones son las dimensiones de un cubo, doce mil estadios de longitud, doce mil de anchura, y doce mil de altura (v. 16). Ese es el Lugar Santísimo, porque el Lugar Santísimo del Antiguo Testamento tanto en el tabernáculo como en el templo era un cubo, pues todas sus dimensiones eran iguales (Ex. 26:2-8; 1 R. 6:20).
Cuando todos los redimidos de Dios sean transformados, no sólo serán como Dios en vida y en naturaleza, sino también en apariencia. Apocalipsis 4 nos dice que Dios es como jaspe (v. 3). Luego, Apocalipsis 21 dice que toda la Nueva Jerusalén es como jaspe (v. 11). Por lo tanto, los redimidos de Dios han llegado a ser el propio Dios en vida, en naturaleza y en apariencia, mas no en deidad.
Todos nosotros tenemos que esforzarnos por llegar a esta cumbre. Si usted piensa que es demasiado difícil llegar a tal cumbre, y que el precio es demasiado alto, entonces prepárese. En la era venidera el precio será mayor. Tarde o temprano usted tiene que ser hecho Dios, ya sea en la era de la iglesia o en la era venidera, la era del reino. Todos los redimidos de Dios llegarán a ser dioses como el propio Dios en vida, en naturaleza y en apariencia pero no en deidad. La Nueva Jerusalén está constituida de los Dios-hombres, quienes fueron transformados, glorificados y mezclados con el Dios Triuno procesado y consumado. La ciudad santa será una mezcla que constituirá el aumento y la expresión de Dios por la eternidad. Nosotros disfrutaremos esta mezcla divina y participaremos de ella por la eternidad.
Indudablemente necesitamos orar desesperadamente y a toda costa y pagar el precio como lo hizo el apóstol Pablo. No debemos tener la actitud de que estamos seguros en el Señor porque hemos sacrificado nuestro futuro y no amamos al mundo. Eso no es suficiente. Usted necesita conocer la parte intrínseca de todas las cosas espirituales. La intención de Dios es hacerse hombre para que el hombre llegue a ser El. Entonces El y el hombre estarán unidos y mezclados y vivirán una vida corporativa. Finalmente esta ciudad santa, Jerusalén, es la totalidad de todas las visiones y revelaciones. Es la constitución del Dios Triuno con el hombre tripartito. Esta constitución, la Nueva Jerusalén, será una pareja que se amará por la eternidad. Esta pareja es Dios y el hombre. Ellos han llegado a ser una especie de morada mutua en divinidad y humanidad. En el elemento humano se expresará y manifestará la gloria de Dios al máximo, llena de brillos, esplendor y gloria.
¿Qué hemos de hacer a la luz de esta revelación? La única manera en que podemos llegar a esta cumbre es mediante la oración. Es muy evidente que Jerusalén es una amplia esfera que incluye a todos los cristianos, pero, ¿dónde está Sion, los vencedores? En el libro de Apocalipsis vemos que lo que el Señor desea y lo que El edificará es Sion, los vencedores. Los vencedores son el propio Sion, donde está Dios. Esta es la realidad intrínseca de la revelación espiritual contenida en la santa Palabra de Dios. Tenemos que comprender lo que es el recobro del Señor. El recobro del Señor consiste en edificar a Sion. Los escritos de Pablo revelan esto claramente, pero muy pocos hasta ahora lo han visto.
Les pido que consideren este asunto con reverencia. Pablo dijo que todos corren la carrera, pero uno solo recibe el premio. Luego dijo que debemos correr de tal modo que recibamos el galardón (1 Co. 9:24). Al final de la vida de Pablo, dijo que había peleado la buena batalla, había acabado la carrera y había guardado la fe. El dio testimonio de que había una corona de justicia preparada para él (2 Ti. 4:7-8). Espero que cuando lleguemos al final de nuestra vida podamos decir que hemos hecho lo mismo que Pablo. De no ser así, seremos como uno que se retiró de la escuela de la vida de iglesia. Pero el Señor nos admitirá en la escuela de la era del reino. Si no somos perfeccionados en esta era, el Señor invertirá mil años perfeccionándonos. El Señor está dispuesto a usar aun la segunda muerte, que es el lago de fuego, para disciplinarnos (Ap. 2:11). Estoy agradecido con el Señor por la propagación de Su recobro, pero por otro lado, en estos últimos años en mi corazón he tenido una profunda preocupación no sólo por ustedes, sino también por mí mismo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.