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Estudio-vida de Ezequielpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6480-5
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Actualmente disponible en: Capítulo 13 de 27 Sección 3 de 4

Cardos y espinos

El pueblo de Israel era la vid de Dios, pero ellos se habían convertido en cardos y espinos (2:6). Una vid debe producir uvas como fruto para comer y para hacer vino. En lugar de producir uvas, Israel se convirtió en cardos y espinos. Ellos se convirtieron en una planta que pinchaba, hería y hacía daño, la cual no daba fruto ni servía para hacer vino. Los elegidos de Dios se habían convertido en rebeldes, y la vid de Dios se había convertido en cardos y espinos.

Una ramera

Más aún, aunque el pueblo de Israel era la novia de Dios, ellos se convirtieron en una ramera. Ellos tenían un “corazón fornicario” y “se prostituyeron tras sus ídolos” (6:9). ¡Qué miserable situación! En los capítulos 16 y 23, Dios dijo que Su corazón estaba quebrantado debido a que ellos tenían un corazón fornicario. Como Marido amado, Dios estaba profundamente apenado debido a que Su pueblo se había convertido en una esposa ramera.

Escorpiones

Según el relato de Ezequiel, ¿en qué se convirtió Israel, el rebaño de Dios? En 2:6 vemos que el rebaño de Dios se convirtió en escorpiones. Como rebaño de Dios, ellos debían haber sido ovejas que produjesen carne para alimentar al pueblo y lana para abrigar al pueblo; pero ellos se convirtieron en escorpiones, y los escorpiones no producen nada, sino solamente picaduras.

Escoria

Ezequiel 22:18 dice: “Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria; todos ellos son bronce, estaño, hierro y plomo en medio del horno; son la escoria de la plata”. Esto revela que Israel, el precioso tesoro de Dios, se había convertido en escoria, el desecho que queda después que el oro y la plata han sido refinados. Los elegidos de Dios se habían convertido en rebeldes; la vid de Dios se había convertido en cardos y espinos; la novia de Dios se había convertido en una ramera; el rebaño de Dios se había convertido en escorpiones; y el tesoro de Dios compuesto de oro y plata se habían convertido en escoria.

Este cuadro de Israel puede ser aplicado a la situación de la cristiandad hoy en día. En cuanto a su posición, los cristianos son los elegidos de Dios, pero muchos de ellos se han convertido en rebeldes contra Dios. En lugar de ser una vid, ellos se han convertido en cardos y espinos. En lugar de ser una esposa, ellos se han convertido en una ramera. Según Apocalipsis 17 y 18, la cristiandad actualmente no es una novia, sino una gran ramera con muchas hijas rameras. Por tanto, la cristiandad actual es por completo prostitución. Además, entre los cristianos lo que vemos actualmente no es un rebaño que produzca carne y lana para otros, sino escorpiones que pican. Finalmente, aunque algunos cristianos sean un tesoro para Dios, la mayoría se ha convertido en escoria.

LAS RAZONES
PARA LA DEGRADACIÓN
DE ISRAEL

¿Cómo es que un pueblo tan maravilloso, que era el elegido de Dios, la vid de Dios, la novia de Dios, el rebaño de Dios y el tesoro de Dios, pudo convertirse en un pueblo de rebeldes, en cardos y espinos, en una ramera, en escorpiones y en escoria? A fin de responder esta pregunta debemos considerar las razones para la degradación de Israel.

La idolatría

La primera razón para su degradación fue su idolatría. Ezequiel habla una y otra vez sobre los ídolos que había en medio del pueblo de Israel. No debiéramos considerar que un ídolo es siempre una imagen física. Un ídolo es aquello que reemplaza a Dios. Ezequiel 14:3 dice: “Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus ídolos en su corazón”. Aquellos que erigen ídolos en sus corazones han sido alejados del Señor por sus ídolos (v. 5). El versículo 4 dice: “Háblales, por tanto, y diles: Así dice el Señor Jehová: Cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su corazón y ponga delante de su rostro el tropiezo de su iniquidad, y vaya al profeta, Yo, Jehová, me encargaré de responderle según esto, conforme a la multitud de sus ídolos”. En estos versículos vemos un principio: todo el que tiene ídolos dentro de sí, pero que busca a Dios de manera externa, no puede hallarlo. Dios no será hallado por quienes han erigido ídolos en sus corazones. Quienes busquen al Señor de todo corazón le hallarán (Jer. 29:13). Sin embargo, Dios no será hallado por quienes externamente le buscan, pero tienen ídolos internamente. Si hay un ídolo en nuestro corazón, algo en nuestro corazón que nos ocupa en lugar de Dios, será inútil buscar a Dios, pues en esta situación Dios no puede ser hallado por nosotros.

Todo lo que esté en nuestro interior que reemplace a Dios es un ídolo. Todo lo que amemos más que al Señor es un ídolo. Una beca, nuestra educación, el dinero, la ropa, una esposa, un marido, los hijos: todo esto puede convertirse en un ídolo, algo o alguien que amamos más que a Dios y que reemplaza a Dios en nuestra vida. Todo cuanto sea para nosotros más importante que el Señor mismo, es un ídolo. La primera razón para la caída y degradación de Israel fue la idolatría.

El principio es el mismo con la degradación de la iglesia. En Apocalipsis 2 vemos que la degradación de las iglesias comenzó con dejar el primer amor hacia el Señor (v. 4). El Señor Jesús dijo que la iglesia en Éfeso tenía muchas buenas obras; no obstante, Él tenía algo contra ellos, pues habían dejado su primer amor hacia Él. Esto indica que ellos tenían algunos ídolos. Si no amamos al Señor con el primer amor, esto es señal de que tenemos cierta clase de ídolo. Todo lo que amemos más que al Señor mismo, es nuestro ídolo. Si comprendemos esto, veremos que la causa para la degradación de Israel y la causa para la degradación de la iglesia son exactamente las mismas.

El pueblo de Israel adoró ídolos que reemplazaron a Dios. La situación es la misma con una gran cantidad de cristianos actualmente. La mayoría de cristianos ha perdido su primer amor. Algunos aman su obra misionera mucho más que al Señor mismo. Otros aman su estudio de la Biblia o su labor evangelizadora más que al Señor. Muchos se preocupan por su obra, pero no se preocupan por el Señor. El Dr. A. W. Tozer de la Alianza Cristiana y Misionera dijo una vez que si el Señor Jesús asistiera a una conferencia de líderes cristianos, éstos no le reconocerían. Aunque estuvieran conversando acerca de su obra para el Señor, si Él viniera a ellos en su reunión, no le conocerían. La observación hecha por el Dr. Tozer indica que es común entre los cristianos amar muchas otras cosas que no son el propio Señor.


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