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Cristo en Su excelenciapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3291-0
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CAPÍTULO CUATRO

LAS RIQUEZAS DE CRISTO

Lectura bíblica: Ef. 3:8; Jn. 16:13-15; 1:14, 16; Fil. 1:19

EL TEMA CENTRAL PRESENTADO
EN EL NUEVO TESTAMENTO

Hemos hablado de la incomparabilidad de Cristo, de Su trascendencia y de Su gloria. Ahora veamos lo que son las riquezas de Cristo. Las riquezas de Cristo constituyen un tema central y una revelación importante en el Nuevo Testamento; pero hoy en día, son muchos los cristianos que jamás han visto esta revelación. Muchos han sido cristianos por años, pero nunca han escuchado la frase las riquezas de Cristo. No obstante, Efesios 3 claramente habla de este tema.

Desde que era joven, siempre he apreciado mucho el libro de Efesios y he leído los comentarios que otros han escrito acerca de él, pero jamás había oído hablar de este tema central: “las riquezas de Cristo”. En el pasado, debido a que nadie se había percatado de este tema ni nadie pudo guiarme a ver este asunto, yo era como un ciego que no veía nada ni obtenía nada. No fue hasta muchos años después, que un día estas palabras brillaron y saltaron de la página a mí, y pude ver cuán valiosa era la frase las riquezas inescrutables de Cristo mencionada en Efesios 3:8. Esta frase no habla simplemente de las riquezas de Cristo, sino que habla de las inescrutables riquezas de Cristo, las riquezas inmensurables de Cristo. El énfasis dado a la palabra inescrutable aquí, no alude tanto al hecho que sea misterioso, sino a la cantidad, a su magnitud. Las riquezas de Cristo son inescrutables e inconmensurables.

LA REALIDAD Y EL CONTENIDO DEL EVANGELIO

¿Qué son las riquezas de Cristo? Primero, las riquezas de Cristo son la realidad y el contenido del evangelio. Efesios 3:8 dice: “A mí ... me fue dada esta gracia de anunciar a los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo”. Según este versículo, vemos que las riquezas de Cristo constituyen la realidad y el contenido del evangelio. La realidad del evangelio estriba completamente en las riquezas de Cristo, y éstas son el contenido del evangelio, ya que sin ellas, el evangelio carecería de contenido; sería algo vano y vacío. Pablo no dijo que Dios le dio esta gracia de anunciar a los gentiles el evangelio del perdón de los pecados. El perdón de los pecados es solamente uno de los muchos aspectos de las inescrutables riquezas de Cristo. No obstante, el evangelio que muchos predican hoy consiste solamente en el perdón de los pecados, el cual es una de entre las miles de cosas que componen el evangelio. Esto por sí mismo no representa las inescrutables riquezas de Cristo; las riquezas de Cristo están compuestas de la realidad y el contenido de todo el evangelio.

Hoy en día, nuestra predicación del evangelio consiste en predicar a Cristo. Predicar a Cristo es decirle a la gente quién es Cristo y qué es Cristo. En las estrofas 2 y 3 del himno 403 de nuestro himnario en el idioma chino, hallamos por lo menos catorce aspectos con respecto a Cristo. (La versión en español, Himnos, #254, menciona diez aspectos). Primero dice: “Las riquezas de mi Cristo / Todo abrazan”, y enseguida se procede a enumerar los aspectos de estas riquezas: vida, luz, sabiduría, poder, sanidad, paz, gozo, redención completa, plena salvación, justificación, santificación, liberación, poder de resurrección y trascendencia. En el himno 388 del himnario chino (cuya versión abreviada en español es Himnos, #232) se presenta un total de treinta y tres aspectos de las riquezas de Cristo. Cristo es el Cordero de Dios, el Sol de justicia, el árbol de la vida, la fuente de vida, el Sacerdote, el Profeta, el Rey, el Salvador, el Mediador, el Médico, el Pastor, el Consejero y la Cabeza. Cristo es también nuestro Hermano, nuestro Padre, nuestro Dios, nuestro Señor, nuestro Maestro, nuestro Amado, y nuestro Amigo. Además Él es vida, poder, sabiduría, justicia, santidad, redención, paz, gozo, esperanza, consuelo, gloria, luz y el camino. Nunca debiéramos pensar que este Jesucristo, en el cual hemos creído y a quien hemos recibido y de quien hemos oído, sea muy simple. Él es maravilloso y rico en gran manera, y tales riquezas constituyen la realidad y el contenido del evangelio.

TODO LO QUE CRISTO ES

Segundo, las riquezas de Cristo son todo lo que Cristo es. La frase todo lo que Cristo es, es una expresión un poco peculiar. ¿No podríamos decir simplemente que las riquezas de Cristo son todo lo que es de Cristo? Si lo dijéramos así, el significado sería distinto. Por ejemplo, si dijera: “todo lo que es del hermano Lee”, ustedes pensarían en el himnario y la Biblia del hermano Lee, sus zapatos, sus calcetines, su corbata, su traje, su cabello y todas las demás cosas que le pertenecen a él. Así “todo lo que es del hermano Lee” pone énfasis en lo que el hermano Lee tiene y posee, mas no en lo que él es. De la misma manera, si en vez de decir “todo lo que Cristo es”, dijéramos “todo lo que es de Cristo”, entonces pensaríamos que todo aquello que es de Cristo se refiere a la grandeza de Cristo, la superioridad de Cristo, etcétera. No pensaríamos que todos los aspectos de estas riquezas son en realidad Cristo mismo. Todo lo que Cristo es, no se refiere a lo que Cristo tiene; más bien, se enfatiza el hecho de lo que Cristo es, Su persona, o sea, Su ser.

Si observamos a los niños de uno o dos años de edad, podemos ver que ellos realmente quieren mucho a sus madres. Por ejemplo, si le diéramos un gran diamante a una niña, es posible que no lo quiera, pero definitivamente deseará a su madre, y mientras su madre esté con ella, no le interesarán los diamantes. Con ello vemos que la niña quiere lo que su madre es y no lo que la madre tiene. A menudo, nosotros los cristianos sólo entendemos lo que son las “posesiones” y no lo que es “la persona”. Si el Señor fuera a darnos una gran casa y el mejor automóvil europeo, y después al morirnos Él nos dejara ir al cielo, pensaríamos que hemos disfrutado todo aquello que es de Cristo. Pero aunque hubiésemos disfrutado de estas cosas, realmente no habremos tocado ni siquiera el borde de lo que Cristo es. ¡Cuán miserables somos nosotros los cristianos! Pues somos peores que los niños pequeños, ya que ellos al menos saben cómo disfrutar a sus madres, lo cual es algo innato, y no se adquiere por medio de las enseñanzas. Cuando fuimos regenerados, nosotros también recibimos una capacidad innata para disfrutar a Cristo y es normal que a nosotros nos guste disfrutar al Señor. Sin embargo, después de ser salvos, debido a que recibimos enseñanzas e influencias incorrectas, comenzamos a anhelar otras cosas que no son Cristo y nos olvidamos completamente de Él.

Así que, cuando el Señor nos levantó hace sesenta años para laborar en China, al principio la obra fue verdaderamente difícil. Pese a que se nos dio esta visión y recibimos tal revelación, los diccionarios que teníamos no pudieron abastecernos con los vocablos y expresiones que necesitábamos; por tanto, todos ellos fueron inventados por nosotros después de una ardua labor. El énfasis dado a las riquezas de Cristo no está en lo que Cristo tiene, sino en aquello que Cristo es, o sea, en Su persona. A los niños pequeños no les importa en lo más mínimo lo que tienen sus madres; lo único que ellos quieren es a sus madres mismas. Nosotros amamos al Señor y debemos, al igual que los niños pequeños, amarlo de manera absoluta y cabal. Aunque el Señor permita que nos enfermemos, no dejaremos de amarle; si el Señor nos fortalece, también seguiremos amándole. Ya sea en maldición o en bendición, ya sea por muerte o por vida, en nada seremos avergonzados. Nuestra meta es ganar a Cristo y magnificarle.

Juan 16:13-15 dice: “Pero cuando venga el Espíritu de realidad, Él os guiará a toda la realidad ... Él me glorificará; porque recibirá de lo Mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es Mío; por eso dije que recibirá de lo Mío, y os lo hará saber”. Aquí se nos dice que al venir el Espíritu de realidad a nosotros, Él nos guía a toda la realidad. El Señor Jesús es el tabernáculo, el Cordero de Dios y el Redentor. ¿Cómo entonces pueden estas cosas objetivas llegar a ser, de manera práctica, nuestras experiencias personales? Debemos esperar que el Espíritu de realidad venga, porque cuando viene, la realidad viene. Por tanto, la realidad del tabernáculo es el Espíritu, y la realidad del Cordero también es el Espíritu. El Espíritu es todo aquello que Cristo es; por lo cual, cuando este Espíritu de realidad viene a nosotros, glorifica a Cristo. ¿Cómo le glorifica? Al hacer real a los creyentes todo aquello que Cristo es.

La segunda parte del versículo 14 continúa diciendo: “Porque recibirá de lo Mío, y os lo hará saber”. Esto quiere decir que el Espíritu de realidad nos hará saber todas las riquezas que Él ha recibido de Cristo, o sea, todo aquello que el Señor Jesús es. La palabra griega traducida “hará saber”, o “revelará”, significa exhibir. El Espíritu de realidad no sólo nos comunica todo lo que Cristo es, sino que también exhibe y pone al frente de nosotros todo aquello que Cristo es. Todo lo que el Espíritu exhibe es todo lo que Cristo es: Él es el Cordero, la puerta, el camino, la realidad, la vida, la resurrección, la corporificación de Dios, etcétera. Él es tantas cosas que todos ellas no se pueden enumerar. Cuando el Espíritu de realidad viene, exhibe en nosotros todo aquello que Cristo es.

El versículo 15 dice: “Todo lo que tiene el Padre es Mío”. Esto nos muestra que todo lo que el Padre tiene es recibido por el Hijo y llega a ser del Hijo. Además, todo lo que el Hijo recibe, Él se lo da al Espíritu. Por tanto, el Espíritu nos muestra lo que Él ha recibido del Hijo, que es lo que el Hijo recibió del Padre, a fin de que nosotros lo podamos entender. En la estrofa 3 de Himnos, #215 de nuestro himnario dice:

El Padre Su todo te dio,
En Espíritu te tomamos,
Por el Espíritu en mí,
Yo te experimento así.

Esta estrofa fue escrita basada en el contexto de Juan 16. Todo lo que Dios el Padre tiene le pertenece a Cristo el Hijo y es recibido por Cristo el Hijo. Después que Cristo el Hijo lo recibe ello llega a ser todo lo que Cristo el Hijo es. Entonces, todo lo que Cristo el Hijo es, le es dado al Espíritu. Además, este Espíritu se introduce en nuestro espíritu como la realidad de todo aquello que Cristo es para hacer que Cristo llegue a ser nuestra experiencia.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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