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Vivir necesario para la edificación de las reuniones de grupos pequeños, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-251-2
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 8 Sección 1 de 4

NOTAS DEL MENSAJE CINCO

UNA VIDA DE REUNIRSE HABLANDO
POR EL ESPIRITU DE FE

Lectura bíblica: 2 Co. 4:13; 1 Co. 12:3, 8, 10; 14:1, 4, 26

EL ESPIRITU DE FE:
UNA MEZCLA DEL ESPIRITU SANTO
CON EL ESPIRITU HUMANO

El título de este mensaje es “Una vida de reunirse hablando por el espíritu de fe”. ¿Han oído ustedes alguna vez de semejante título? “El espíritu de fe” es un término en 2 Corintios 4:13 que es muy difícil de entender. Debido a que es tan difícil de entender, la Versión de la Biblia de la Unión China no lo tradujo adecuadamente. Esta versión tradujo la primera parte del versículo como: “Pero todos tenemos fe”. Se omitió la palabra “espíritu”. La traducción correcta debe ser: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe”.

En la Versión Recobro, hay una nota para la frase “el espíritu de fe”. En esta nota, yo cité los comentarios de dos autoridades del idioma griega, Alford y Vincent. Alford dijo: “No precisamente el Espíritu Santo, pero todavía no simplemente una disposición humana: el Espíritu Santo residente penetra y caracteriza al hombre renovado entero”. La interpretación de Vincent de palabras griegas en su mayor parte seguía la de Alford. Sus palabras son: “El Espíritu de fe: no precisamente el Espíritu Santo, ni, por otra parte, una facultad o disposición humana, sino combinando los dos”. En los dos pasajes arriba, debido a la falta de luz, ambos usaron el término “disposición”. Este término describe las condiciones interiores del hombre, incluyendo el espíritu humano. Los eruditos de la Biblia en aquel entonces no tuvieron un entendimiento claro del espíritu humano. No fue hasta el principio de este siglo que el asunto del espíritu humano fue entendido adecuadamente. Las personas tales como la señora Jesse Penn-Lewis hablaron mucho acerca del espíritu humano. Nosotros recibimos mucha ayuda de ellos desde hace sesenta años. Después de más estudio durante las últimas décadas llegamos a entender aun más claramente el asunto del espíritu humano.

El espíritu de fe mencionado en 2 Corintios 4:13 es una mezcla del Espíritu Santo con nuestro espíritu humano. Nosotros debemos ser como el salmista que ejercitaba su espíritu para creer y hablar las cosas que experimentaba respecto al Señor, especialmente aquellas cosas concernientes a Su muerte y Su resurrección. Por el contexto de este versículo, sabemos que aquí Pablo estaba hablando de su experiencia tocante a la muerte y la resurrección del Señor. El dijo que nosotros que vivimos siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que la vida de resurrección de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. El también dijo que la muerte del Señor opera en nosotros, a fin de que la vida de Su resurrección sea dispensada a otros por medio de nosotros (vs. 11-12). Pablo habló todas estas cosas en el espíritu de fe.

La fe no está en nuestra mente; está en nuestro espíritu, el cual está mezclado con el Espíritu Santo. Las dudas están en nuestra mente. El “espíritu” aquí indica que es por el espíritu mezclado que los apóstoles viven una vida crucificada en resurrección para la realización de su ministerio.

SIENDO LLENO DEL ESPIRITU SANTO
PARA HABLAR POR FE

Algunos me han preguntado qué es liberar nuestro espíritu. Muchas veces yo solía utilizar una ilustración. La mejor forma de describir la liberación del espíritu es mirar a un hombre cuando él está enojado. Cuando un hombre se enoja, no puede menos de abrir su boca. Una vez que se abre la boca, el mal genio se libera; el espíritu del mal genio se libera por medio de la boca. Al encender un fuego en una estufa, si se cierra la tapa y se cierra la apertura por debajo, el fuego no se arderá, pero si se abren todas las válvulas el fuego se encenderá en seguida.

Satanás sabe de este principio mucho más que nosotros. En el asunto de hablar en la reunión, todos hemos sido enmudecidos por Satanás. Podemos hablar sin cesar en otros lugares, pero cuando llegamos a la reunión nos callamos. Puede ser que todavía estemos hablando cuando subimos las escaleras a la sala de reunión, pero una vez que nos sentamos en nuestras sillas nos callamos. ¿Quién ha cerrado su boca? Todo esto es debido a la táctica de Satanás. Algunos dicen que tenemos que ser apropiados y callados cuando venimos para adorar a Dios, pero en realidad ésta es la manera del cristianismo degradado. Imperceptiblemente hemos sido engañados por Satanás. La Biblia nos dice: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos en espíritu” (lit., Ef. 5:18). Embriagarse con vino es tener el cuerpo lleno de vino, pero ser lleno en nuestro espíritu regenerado es ser lleno con Cristo y con el Dios Triuno. Llenar el cuerpo resulta en disolución, pero el llenarse con Cristo y con el Dios Triuno resulta en hablar “entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Ef. 5:19).

Cuando vamos a las reuniones, ni debemos ser como el pastor que se ocupa de todo el hablar ni debemos ser los miembros que ocupan los bancos y no hablan en absoluto. El reunirnos es una vida de reunirnos por medio de hablar con el espíritu de fe y no con el espíritu del mal genio. La fe no está en nuestra mente; está en nuestro espíritu. En 2 Corintios 5:7 dice: “Porque por fe andamos, no por vista”. Nuestro andar hoy no es conforme a las circunstancias exteriores, sino por fe. La fe no depende de las circunstancias alrededor de nosotros. Por esto, hablar por fe es hablar sin depender de las circunstancias exteriores. Pablo no estuvo abatido ni se desanimó cuando se encontró con dificultades, pero todavía pudo decir: “Regocijaos en el Señor” (Fil. 4:4). La estrofa 1 de Himnos, #304 dice:

Oh, regocijémonos en el Señor,
Aunque todo esté angustioso,
Y haya aflicciones con mucho dolor,
Mejor es cantar que quejarse.

Estas son palabras de fe. No se hablan conforme a las circunstancias. Es por eso que la fe no está en su mente. No está en su discernimiento. La fe está en su espíritu. En las reuniones cada uno de nosotros, sea hermano o hermana, sea joven o viejo, puede hablar por este espíritu de fe. Todos nosotros podemos hablar por el espíritu que está lleno interiormente del Dios Triuno.


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