Información del libro

Tratar con nuestras partes internas para el crecimiento en vidapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7381-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 10 Sección 1 de 6

RECIBIR AL SEÑOR Y TENER CONTACTO CON ÉL
EN NUESTRO ESPÍRITU

Nuestro espíritu es vivificado

La Biblia nos dice que originalmente estábamos muertos y que el día que recibimos al Señor Jesús, fuimos vivificados. Colosenses 2:13 dice: “A vosotros, estando muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él, habiéndonos perdonado todos nuestros delitos”. Efesios 2:1 y 5 son pasajes similares a éste. Estos dos pasajes comprueban que originalmente estábamos muertos en nuestro espíritu, pero cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador, este espíritu adormecido y muerto que teníamos, fue vivificado.

Cuando era joven no podía entender cómo era que estábamos muertos. Me parecía que yo seguía vivo y que no había sido aún enterrado. Después, supe que esto quería decir que estábamos muertos en nuestro espíritu. Como ya hemos visto, la función de nuestro espíritu es tener contacto con Dios, conversar íntimamente con Dios, recibir a Dios y adorar a Dios. No obstante, debido a la caída, nuestro espíritu quedó en condición de muerte y perdió su función. Cuando recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, el Espíritu Santo todo-inclusivo y maravilloso entró en nuestro espíritu. Cuando el Espíritu tocó nuestro espíritu, nuestro espíritu fue vivificado. Es muy difícil traducir adecuadamente la palabra griega para “dar vida”. El significado de esta palabra es que al tocar la vida, nos es ministrada la vida. Un ejemplo de esto es la electricidad. Si la electricidad nos tocara, algo de electricidad nos sería transmitido mediante ese toque. El Espíritu Santo entró en nuestro espíritu para tocar nuestro espíritu. Mediante ese toque, ese choque, la vida misma que es el Espíritu Santo mismo se impartió en nosotros. Entonces nuestro espíritu muerto y adormecido de inmediato fue vivificado.

Ser vivificado de esta manera es más que un milagro. Podemos considerar un milagro cuando una persona que estaba físicamente muerta es resucitada, pero que el Espíritu Santo dé vida a nuestro espíritu amortecido es aún más milagroso que eso. A lo largo de la historia, miles incluso millones de personas que estaban muertas fueron de inmediato vivificadas en su espíritu. Una persona que está muerta en su espíritu puede ser vivificada porque el Espíritu Santo es aún más poderoso y se transmite y se imparte aún más rápidamente que la electricidad.

Un nuevo elemento
es añadido a nuestro espíritu

Cuando recibimos al Señor, nuestro espíritu no sólo fue vivificado, sino hecho nuevo. Otra vida, otro elemento, fue añadido a nuestro espíritu. Esta otra vida y elemento es la vida divina, increada y eterna de Dios, la cual es Cristo mismo. Cuando el Espíritu Santo entra en nosotros, con base en la obra redentora de Cristo, Él no sólo hace que nuestro espíritu amortecido sea vivificado, sino que también introduce a Cristo en nuestro espíritu, como el otro elemento, como la otra vida que es añadida dentro de nuestro espíritu. Esto está por encima de lo que Dios logró en la creación. Ahora no solamente nuestro espíritu amortecido ha sido recobrado y vivificado, sino que, además, tenemos algo nuevo: otro elemento, esencia y sustancia, fue añadido a nuestro espíritu.

Recibimos a Cristo
mismo en la regeneración

Ser vivificado equivale a nacer de nuevo, a ser regenerado, como nos dice Juan 3:6. Este versículo dice: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. En nuestra regeneración nos fue añadido algo adicional, además de lo que ya poseíamos. Este elemento, esencia y sustancia nuevos no son sino Cristo mismo como la vida divina que fue añadida dentro de nosotros. No sólo fue renovada la vieja parte, y no sólo fue vivificada, sino que algo nuevo, divino y eterno —Cristo mismo— fue añadido a nosotros como la esencia de vida.

¿Qué podría ser mejor que Cristo mismo? Siendo que hemos recibido a Cristo, ¿por qué todavía parece que somos tan pobres? Hoy en día, muchos cristianos necesitan conocer esta realidad. El poder atómico es un poder interno, no externo. Incluso un pedacito de papel posee internamente este poder atómico. El día que recibimos a Cristo, algo más poderoso que el poder atómico fue añadido dentro de nuestro espíritu. Esto fue Cristo mismo. Si verdaderamente creemos esto, declararíamos: “¡Aleluya, esto es maravilloso!”. Ya sea que entendamos esto adecuadamente o no, con todo debemos agradecerle a Él que este Cristo inconmensurable, inagotable, todo-inclusivo y maravilloso ha sido añadido dentro de nosotros. No tenemos las palabras adecuadas para calificar qué clase de Cristo hemos recibido y nos fue añadido. Únicamente la eternidad puede narrar tal historia. Pero, aun si no vemos esta verdad adecuadamente, de todos modos lo hemos recibido a Él.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top