CAPÍTULO CINCO

CÓMO EXPERIMENTAR EL HECHO
DE QUE CRISTO MORA EN NOSOTROS

Lectura bíblica: Fil. 1:19-21; 2:3-8; 3:6b-9; 4:8-9, 13

En los capítulos anteriores hemos abarcado el Cristo que mora en nosotros y el hecho de que Cristo more en nosotros. Ahora veamos cómo podemos experimentar el hecho de que Cristo mora en nosotros. Toda la Biblia nos dice algo maravilloso y misterioso, esto es, que el Dios Triuno desea forjar Su propio ser en Sus creyentes. Él desea permanecer en ellos para ser su vida. Ésta es la revelación contenida en la Biblia. Hemos dicho que el misterio del universo es Dios; Dios es la respuesta a todos los misterios del universo. Qué maravilloso es el hecho que este Dios, quien es el misterio del universo, ha entrado en nosotros para ser nuestra vida.

Génesis 1 dice que Dios creó los cielos, la tierra y todas las cosas. El capítulo 2 dice que Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Dios creó los cielos, el sol, la lluvia y el aire por causa de la tierra. La tierra produjo hierbas y granos para la existencia del hombre. Dios creó al hombre después de haber terminado Su creación de los cielos, la tierra y todas las cosas.

EL HOMBRE TIENE LA IMAGEN DE DIOS

En Génesis 1 se nos dice que Dios creó todas las cosas según su especie: los peces según la especie de los peces y las aves según la especie de las aves. Todo ser viviente era según su especie y pertenece a su especie. Pero Dios creó al hombre a Su imagen y conforme a Su semejanza (vs. 26-27). Por lo tanto, el hombre es conforme a la especie divina. Puesto que el hombre fue creado a imagen de Dios, la imagen del hombre es la imagen de Dios; el hombre es una fotografía de Dios. Por ejemplo, si usted quiere que sus parientes me vean, pero no puede llevarme adonde ellos, entonces usted puede tomar una fotografía de mí y llevarla con usted. Aunque esta fotografía no es mi verdadera persona, hasta cierto punto puede mostrarles mi apariencia externa porque es una fotografía de mí. La Biblia nos dice que el hombre fue creado a la imagen de Dios. El hombre es igual a una fotografía tomada conforme a la semejanza de Dios.

Por un lado, la Biblia dice que Dios creó al hombre a Su imagen, pero, por otro, dice que Dios es invisible. Además, Colosenses 1:15 dice que Cristo es la imagen del Dios invisible. Dios es invisible pero Él tiene una imagen; esto es verdaderamente maravilloso. La imagen mencionada en la Biblia no se refiere a la apariencia externa, la cual es visible, sino más bien a la naturaleza interna, la cual es invisible. Por ejemplo, muchas veces decimos que un hijo se parece a su padre. Si el padre tiene cara redonda, el hijo también tiene carea redonda; si el padre tiene ojos y orejas grandes, entonces también el hijo tiene ojos y orejas grandes. Esto es un parecido externo. Otra clase de parecido es el parecido en naturaleza. Si el padre es manso y amable, también lo es el hijo; si el padre es de voz suave, también lo es el hijo. Dios creó al hombre a Su imagen; esta imagen no se refiere a la apariencia externa, sino a la naturaleza interna.

LA IMAGEN DE DIOS ES
AMOR, LUZ, SANTIDAD Y JUSTICIA

Colosenses 2:9 dice: “Porque en Él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Conforme a la revelación en la Biblia, la naturaleza esencial de la Deidad primero es amor; segundo, es luz; tercero, es santidad; y cuarto, es justicia. Dios es amable y Dios está lleno de resplandor, pues Dios es amor y Dios es luz. El amor y la luz no tienen una imagen; más bien, son atributos y características divinos. El amor, la luz, la santidad y la justicia son la naturaleza esencial de la Deidad. Dios es Dios porque Él es amor, luz, santidad y justicia. El amor y la santidad son la naturaleza de la esencia de Dios; la luz y la justicia son la naturaleza de la expresión de Dios. En Sí mismo, Dios es amor y santidad. Cuando Él es expresado, Él es luz y justicia. Además, Dios es un Dios considerado, y también es rico en emociones. Él ama y también muestra ira. Él tiene sentimientos de gozo, ira, angustia y deleite. La Biblia también nos dice que Dios es un Dios de propósito y acción; por lo tanto, Él también es un Dios con una voluntad.

EL HOMBRE CREADO TIENE LA IMAGEN DE DIOS

Consideremos ahora al hombre. El hombre también tiene los mismos tres aspectos. El hombre es considerado, el hombre tiene emociones y el hombre tiene una voluntad. Esto significa que el hombre tiene la imagen de Dios. Dios es sabio y considerado, Dios es rico en emociones y Dios tiene una fuerte voluntad. Cuando Dios creó al hombre, Él creó al hombre conforme a tal imagen. Dios tiene pensamientos, así que Él nos creó con una mente; Dios tiene emociones, así que Él también creó al hombre con emociones; Dios tiene una voluntad, así que Él también creó al hombre con una voluntad.

Además, la ética convencional que practicamos está incluida en estos cuatro ítems de lo que Dios es: amor, luz, santidad y justicia. Si su andar diario está lleno de amor, luz, santidad y justicia, entonces usted es un hombre perfecto. La ética convencional definida por los hombres se halla implícita en estas cuatro cosas. Fuimos creados conforme a tal imagen de Dios. Dios desea que seamos amorosos y amables; Él desea que seamos honestos y rectos; Él desea que seamos santos y no estemos contaminados; Él desea que seamos justos y que no practiquemos la injusticia. A lo largo de las eras, en todas las naciones, entre todos los pueblos, sean bárbaros o civilizados, todo el que hurte tendrá un sentir de vergüenza y oscuridad. Una persona no tiene que ser educada para desarrollar este sentir porque es inherente en su naturaleza creada. Los niños tienen un deseo de honrar a sus padres y de amar y cuidar de otros porque estas cualidades son inherentes en la naturaleza humana creada.