Exhortación amorosa a los colaboradores, ancianos y los que aman y buscan al Señor, Unapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0736-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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También debemos ser conformados a la muerte de Cristo y no evitarla. Deberíamos amoldarnos a Su muerte siempre, pero a menudo no lo hacemos. Deberíamos tener esto en cuenta. Mateo 16:24 dice: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. No ser conformados a la muerte de Cristo es no negarse al yo (el yo de uno, no el de los demás) en forma absoluta ni llevar la cruz. Llevar la cruz es mantener el yo en la cruz. No abandonemos la cruz, pues es allí donde el yo debe estar. No ser conformados a la muerte de Cristo también es evitar que el hombre natural sea crucificado. A menudo, cuando personas así vienen a verme, noto que todo lo que dicen procede de su hombre natural. En ocasiones crucificamos nuestro hombre natural, pero la mayor parte del tiempo no lo hacemos. No ser conformados a la muerte de Cristo también significa no poner fin al carácter natural de uno. Una persona puede jactarse y tener una actitud orgullosa y pensar que su raza es superior o gloriarse de que él es de cierta ciudad. Algunos aun se jactan de su personalidad. A veces he querido decir: “¿No sabes que soy una persona activa?” Pero, apenas esta expresión viene a la punta de mi lengua, debo tragármela. Hablando con franqueza, ¿quién no es así?
Tengo la carga de compartirles estos consejos con mucho amor. La ambición, el orgullo, la idea de considerarse justo, y no conformarnos a la muerte de Cristo son cuatro “topos”. Si confrontamos estos cuatro asuntos, el recobro del Señor tendrá un avivamiento y, como resultado, dentro de un mes veremos fruto. A través de los años han llegado al recobro del Señor muchos problemas, todos los cuales han obedecido a estos cuatro asuntos. Algunos colaboradores, por su ambición, intentaron apoderarse de una localidad o de un grupo de personas usando mi nombre y creando la impresión de que yo los había enviado. Ahora bien, ¿Los envié yo o no? En cierto sentido, sí, pues les dije: “Esa localidad necesita su ayuda”. Si eso constituye ser enviado o no, yo no sé, pero aun si lo fuese, yo no los envié a controlar a los demás ni a subyugarlos valiéndose de mi nombre. He sufrido mucho por estos casos. Algunos llegan a pensar: “El hermano Lee es este tipo de persona, pues aunque él no viene a controlarnos, nos controla por medio de otros”. Esto ha pasado en el recobro. Por esto, no solamente rechazan a los que han utilizado mi nombre, sino que algunos me han rechazado a mí aún más. Dicen: “¿Por qué el hermano Lee es tan malo?” En realidad, el que utilizó mi nombre y me creó una mala imagen causó el problema. Esto ocurrió hace como dos o tres años, pero el problema aún persiste.
Queridos santos, yo sé que todos ustedes aman al Señor y al recobro. También creo que ustedes toman mi ministerio como del Señor, pero hay una gran objeción, y es que si ustedes no eliminan estos cuatro “topos”, todo lo demás no tendrá valor. Tal vez tengamos cierta capacidad, pero nuestra capacidad será anulada por nuestra personalidad, nuestro orgullo, y por no estar dispuestos a poner nuestro carácter en la cruz. El Señor ha bendecido Su recobro y lo continua bendiciendo. Miren la propagación del recobro. Sin embargo, nuestra condición es como la que se ve en Cantar de los Cantares 2:15, donde dice: “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne”. Esta es mi preocupación, y ésta es la razón por la cual decidí a compartir estos mensajes. Nuestra negligencia en estos cuatro asuntos y nuestra falta de precaución en estas cuatro áreas le permite a Satanás echar a perder el florecimiento del recobro del Señor hoy en día. El enemigo es astuto. No debemos desconocer sus artimañas.
El Señor nos da la revelación cumbre, la apreciamos y estamos aprendiendo a comunicarla; por otro lado, estos cuatro factores negativos continúan ocultos entre nosotros y anulan cualquier beneficio que recibimos de la cumbre de las verdades divinas. Esta es mi preocupación. Los médicos siempre se preocupan por los microbios, los cuales no se ven. Mi carga es matar todos esos microbios. Entiendo que el Señor ha tenido misericordia de Su recobro al revelarnos las profundidades de Su Palabra. Por ejemplo, hace poco compartí sobre las cuatro citas de la palabra en que figuran en Juan 14. Según el versículo 17, el Espíritu de realidad no está sólo con nosotros, sino también en nosotros. El versículo 20 añade: “Yo estoy en Mi Padre, y vosotros en Mí, y Yo en vosotros”. El en del versículo 17 es la totalidad de los tres en del versículo 20. Dios es tres: El Padre es la fuente; el Hijo es el canal, y el Espíritu es el fluir. Esto puede compararse con un río que brota de una fuente y tiene un cauce. Estas no son tres clases de aguas; pues el fluir es la consumación del agua. El Espíritu como el río fluyente es la consumación del Dios Triuno como agua viva. Esto puede verse en 2 Corintios 13:14, donde dice: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. En realidad, no hay tres elementos en esta bendición. Sólo están la gracia y el amor. Entonces ¿cuál es el tercero? En el transporte se halla la comunión de la gracia y el amor. Todo cargamento necesita ser transportado. La comunión del Espíritu es la consumación de la gracia de Cristo y el amor de Dios. Este es un ejemplo de la cumbre de la verdad que tenemos. El Señor me encargó escribir un estudio adicional de la cristalización de Romanos. Daré varios mensajes sobre lo que es reinar en vida por la abundancia de la gracia que recibimos. Sin embargo, me preocupa que estos cuatro “topos” no sean eliminados entre nosotros, ya que cuantas más verdades profundas y revelaciones divinas sean proclamadas entre nosotros, más orgullosos nos volvemos. Todas las iglesias de este país participan de lo mismo, las verdades cumbre. Pero los “topos” también están presentes, así que me veo obligado a compartir esto.
Repetiré y daré aún más énfasis a estos temas en la próxima conferencia internacional de colaboradores y ancianos sobre el ministerio completo de Cristo en tres etapas: Su encarnación, Su inclusión y Su intensificación. La intensificación no consiste solamente en darles más del Espíritu, sino también en conformarlos siete veces más a la muerte de Cristo. Ser crucificados, negar el yo, y llevar la cruz son experiencias que deben ser intensificadas siete veces. Ustedes no pueden predicar sobre el Espíritu, sin hablar de la cruz. Si no opera la cruz, no opera el Espíritu. El himno #135, compuesto por el hermano Nee, dice que primero necesitamos la cruz, y luego el Espíritu. La estrofa 5 dice: “Cuando vemos la cosecha tan dorada en su esplendor, nos recuerda las semillas que la tierra consumió”. La cosecha florece gracias a que las semillas cayeron a la tierra y murieron. El cascarón de nuestra humanidad natural debe ser quebrantado. Primero viene el Calvario, la cruz, y después Pentecostés, el Espíritu (estrofa 1). Si no cruzamos el río Jordán, la cruz, ¿cómo podremos entrar en la buena tierra? (estrofa 4). Por un lado, sentí la comisión de ministrar acerca de la cumbre de la verdad con relación al ministerio completo de Cristo: en la carne, como Espíritu vivificante y como Espíritu vivificante siete veces intensificado. Por otro lado, el Señor me comisionó ministrar la cruz.
El hombre natural, el yo, puede alimentarse con la cumbre de la revelación y puede hacerse más ambicioso porque le da más capacidad y lo llena de orgullo debido a que está en la cumbre. Muchos aún no han oído estas cosas, pero hoy ustedes las escuchan. Cuando salgan a predicar o a visitar, todo el mundo les recibirá. Esto les alimentará el yo, pero no en un sentido positivo sino en un sentido negativo. Los buenos doctores, los que alimentan a sus pacientes, primero matan los microbios. Si ellos no lo hicieran, su alimentación estaría llena de infecciones. Los que viven en el norte de la China, comen cierta clase de empanadas con ajo y vinagre, ya que estos dos ingredientes matan los microbios. Además, el vinagre es bueno para la digestión. Los microorganismos son eliminados, y las personas tienen una buena digestión. Los que comen estas empanadas no se enferman fácilmente, porque son protegidos por el ajo y el vinagre que eliminan las bacterias y además hacen que sus empanadas sean no sólo sabrosas sino también saludables. No puedo alimentarlos con la cumbre de las verdades sin “ajo”. Les debo ministrar ajos y vinagre aunque no sean dulces. Tal vez prefieran miel, pero ésta se prohíbe en la Biblia. En el Antiguo Testamento no se permitía poner miel en las ofrendas; al contrario, ponían sal, la cual mata los microbios (Lv. 2:11, 13). Tengo temor de que al hablarles tantas verdades cumbres, les haya alimentado con miel, pues esto al final los matará. Debo ponerle un poco de sal; todos debemos ser bien sazonados con sal.
Me preocupa el recobro del Señor. Especialmente al final de mi carrera, no queda nada de esta tierra en mi corazón. Debo valorar el final de mi curso. Quiero hacer lo posible por ministrar al Cristo todo-inclusivo y al Espíritu compuesto que lo abarca todo y llegó a Su consumación, pero no sin la cruz. Podría ministrarles “empanadas”, pero debo ponerles bastante ajo y mucho vinagre; cuanto más, mejor y más sano. No estoy muy capacitado para exponer todos los problemas, pero estoy bajo la disciplina del Señor. El me ha dado un aguijón. Y se lo agradezco. Le he dicho, “Señor, aprecio Tu disciplina y este aguijón”.
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