Predicar el evangelio en el principio de la vidapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3771-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-3771-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Siento la carga de que comprendamos cuál es nuestro terreno o base cuando salimos a predicar el evangelio. Nuestra base no es simplemente el hecho de que amamos a los pecadores o que sentimos la necesidad de que haya más materiales para la edificación de la iglesia. Todas estas cosas son buenas, pero no son lo suficientemente adecuadas. Tenemos que tomar como base el hecho de que Cristo ascendió a los cielos. Él fue entronizado, y a Él le fue dada toda potestad en el cielo y en la tierra. Él es la Cabeza, y Él es el Señor. Nosotros estamos sujetos a Su autoridad y señorío. Además, somos los miembros de Su Cuerpo. Es con base en esto que somos enviados. En realidad, la iniciativa no es nuestra; pues somos personas enviadas. El Señor dijo: “Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id”. Así que simplemente debemos acatar dicha orden. Somos policías enviados por el gobierno. Si comprendiéramos esto, entonces al salir a contactar a las personas para predicarles el evangelio, tendríamos la certeza, la confianza, de que la autoridad está con nosotros.
Recientemente hemos sentido entre nosotros un verdadero fluir y una verdadera carga por el evangelio, y algunas personas ya han sido salvas. Sin embargo, siento que aún nos hace falta algo más. Nos hace falta entender que debemos tomar la autoridad como nuestra base. Satanás es un usurpador que opera de manera ilegal. Por tanto, tenemos que anunciar este hecho y proclamarlo. Debemos declarar a todo el universo que Jesús es el verdadero Señor, el dueño legítimo de este universo. Hoy en día Jesús está en el trono. Dios le ha dado legalmente el título de Señor. A Él le ha sido dada una autoridad que es única tanto en el cielo como en la tierra, y Él nos ha transferido esta autoridad a nosotros porque somos Sus miembros, estamos identificados con Él y somos uno con Él como Cabeza. Es sobre esta posición y tomando este terreno que salimos a predicar el evangelio. Esto difiere de tener solamente poder. Cuando un policía se nos acerca, él no viene únicamente con poder, sino con autoridad. Hay algo muy grande detrás de él. No podemos ir en contra de él debido a que tiene autoridad. Si comprendemos esto a este nivel, tendremos la fe y la certeza de que una persona será salva, y la arrebataremos de las manos de Satanás como nuestro botín. Debemos aprender esto.
Recientemente los hermanos y hermanas han aprendido a tomar la posición de los que han sido bautizados con poder de lo alto. Ésta es nuestra posición, porque somos miembros del Cuerpo, y porque el Cuerpo ya fue bautizado. Ésta es una realidad entre nosotros en estos días. Sin embargo, quisiera mostrarles algo más. Tenemos que comprender que el Cuerpo de Cristo no sólo fue bautizado con poder, sino que además le fue dado el derecho a poseer la autoridad de Cristo. Nosotros tenemos autoridad. Todos estos asuntos requieren que ejercitemos nuestra fe para que comprendamos que éstos son artículos del testamento. Ahora todo lo que estamos haciendo es descubrir cuáles son los artículos del testamento. Hemos tenido este testamento con nosotros por muchos años, pero aún hay muchos artículos que no entendemos claramente. Ahora estamos descubriendo todos estos artículos. En este testamento no sólo tenemos un artículo que nos dice que el poder es nuestro, sino también otro artículo que nos dice que la autoridad es nuestra. Cuando salgamos, debemos tener esta certeza, esta comprensión. Somos personas enviadas por el gobierno celestial, el cual es mucho más grande que Washington D. C. Somos personas que han sido enviadas por la Jerusalén celestial. La posición del Señor como Cabeza es mucho más grande que la posición del presidente de los Estados Unidos como cabeza. ¿Alguna vez se dieron cuenta de esto cuando salieron a tener contacto con las personas? Todos debemos entender que ésta no es una doctrina. Tenemos que recibir esto por fe.
Ahora sabemos que en este testamento hay un artículo que nos dice que a Cristo la Cabeza, el Señor, le fue dada toda potestad en el cielo y en la tierra, y que Él le dio esta autoridad a Su Cuerpo. Es sobre esta posición y con esta comprensión que salimos a predicar, no simplemente a predicar el evangelio, sino a dar órdenes. Éstas son las órdenes del Washington D. C. celestial. Debemos dar estas órdenes no sólo a los seres humanos, sino también a los demonios y al hombre fuerte, diciendo: “He venido aquí no simplemente en el nombre de Jesús, sino en el nombre del Señor Jesús. Él es el Señor hoy. Por lo tanto, Satanás, ¡tienes que acatar esta orden!”. Esto es diferente de simplemente ejercitar el poder. Esto cambia las tinieblas en luz y la noche en día. Esto incluso cambia el infierno por el cielo. No necesitamos hablar mucho; simplemente debemos dar la orden. Cuando un policía le da una multa a alguien no es mucho lo que tiene que hacer; simplemente escribe la multa, y la gente tiene que aceptarla y después pagarla. Debemos aprender a ejercitar nuestra fe tal como lo hace el “policía” al actuar con autoridad.
Debemos aprender estos asuntos desde el momento en que empecemos a predicar el evangelio. Si el Señor quiere, avanzaremos paso a paso. Es por eso que les hablo sobre estas cosas. Siento una verdadera carga por esto. Siento la carga de darles a ustedes todo lo que pueda, todo lo que he aprendido de estos asuntos tocantes al servicio al Señor. Con respecto a nuestra predicación es necesario que todos comprendamos que podemos ejercer autoridad. Sé de qué les estoy hablando. Hace veinte años yo predicaba mucho el evangelio. Siempre que predicaba, lo hacía basado en el hecho de que era una persona enviada, no sólo por el “humilde Jesús”, sino por el Señor Jesús. Podía decir: “En este universo yo soy una persona enviada, y he venido con autoridad. Tal vez usted no sepa esto, pero el diablo que está en usted sí lo sabe. Él sabe que aquí y en este momento hay una persona que tiene autoridad para derrotarlo”. Asimismo podía decirle al diablo: “Sí, yo tengo autoridad sobre ti. Tú tienes que acatar la orden que te doy. ¡Deja a esta persona y vete!”.
Esto es lo que determina los resultados. Muchas veces cuando subía al estrado a predicar, no me atrevía a tomar la posición sobre el hecho de que yo pudiera dar un mensaje. En vez de ello, lo hacía con la comprensión de que era una persona enviada que daba órdenes. Debemos aprender a ejercitar la fe de esta manera. No debemos prestar atención a nuestros sentimientos ni a lo que vemos. Si prestamos atención a nuestros sentimientos o a lo que vemos, ello indica que tenemos un corazón maligno de incredulidad. Nosotros tenemos un testamento; ¿no es eso suficiente? Si es suficiente, entonces usted no necesita sentir algo, ni esperar a que algo se manifieste. Simplemente tome los hechos y créalos. Si algo ha de manifestarse, eso depende del Señor. Ciertamente veremos muchas cosas maravillosas, pero jamás debemos prestar atención a ellas. Cuanto más pendientes estemos de ellas, más seremos un estorbo y más frustrados nos sentiremos. Como les dije en el mensaje pasado, aquellos que andaban en el atrio veían muchas señales y manifestaciones, pero los que servían en el Lugar Santísimo no tenían ninguna señal. En vez de ello, contaban sólo con la gloria shekiná del Señor. Esto tenía que ver con la fe. Siempre debemos guiarnos por el principio de laborar, andar y hacerlo todo en fe, no por vista. Debemos aceptar el artículo en el testamento que nos dice que a Cristo le fue dada toda autoridad y que nosotros tenemos Su autoridad, ahora debemos salir a predicar tomando esto como nuestra base.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.