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Línea central de la revelación divina, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8224-3
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Actualmente disponible en: Capítulo 9 de 28 Sección 3 de 5

C. Ser recibido por el hombre como vida
y como elemento constitutivo
a fin de que el hombre
fuese el complemento del Dios Triuno

El tercer elemento de la intención positiva de Dios en Su economía era que el hombre le recibiera como su vida y como su elemento constitutivo a fin de que el hombre fuese el complemento del Dios Triuno (Gn. 2:8-9, 22-24). Adán fue creado a la imagen de Dios y conforme a Su semejanza. Dios formó al hombre con un cuerpo de barro y con el aliento de vida que había procedido de Dios. Este aliento llegó a ser el espíritu del hombre como receptor y recipiente que contiene a Dios. Dios hizo al hombre de esta manera y lo puso en frente del árbol de la vida (v. 9) porque tenía en mente que el hombre le recibiera. Luego, le dijo al hombre que podía comer de todos los árboles del huerto, incluso el árbol de la vida (v. 16). También advirtió al hombre que no comiera del árbol del conocimiento del bien y del mal (v. 17). El árbol de la vida representa a Dios como vida para el hombre. Si el hombre hubiera comido del árbol de la vida, habría recibido a Dios en su interior. Sin la vida representada por el árbol de la vida, el hombre es un recipiente vacío, un vaso sin contenido. Hoy en día, nosotros como recipientes de Dios tenemos al Dios Triuno como nuestra vida y nuestro contenido. Todos los días esta vida llega a ser nuestro elemento constitutivo.

Hoy Dios está dentro de nosotros como nuestra vida y nuestro suministro de vida. Como nuestro suministro de vida, nos constituye consigo mismo, haciéndose nuestro elemento constitutivo. Cuando comemos alimento, tiene lugar cierta impartición. Una vez comido, después de unas ocho horas, el alimento llega a ser nuestro elemento constitutivo. Cuando los hijos de Israel fueron llevados de Egipto al desierto, no tenían nada que comer. No tenían labranzas para producir alimento, así que cada mañana Dios enviaba el maná de los cielos para que lo comieran. Los hijos de Israel se sostuvieron por el maná durante cuarenta años. Adondequiera que fueron durante esos cuarenta años, allí estaba el maná. Antes de entrar al desierto, los hijos de Israel eran egipcios en su constitución porque todo lo que habían comido era el alimento de la dieta egipcia, que era pescado, pepinos, cebollas verdes, puerros y ajos. Tal comida producía una constitución egipcia dentro de ellos. Pero Dios cambió su constitución dándoles a comer el maná. Al comer el maná por cuarenta años, los israelitas llegaron a ser constituidos de maná. Su constitución cambió mediante lo que comieron.

La intención de Dios en Su economía es que Él mismo llegue a ser la vida del hombre para ser el elemento constitutivo del hombre a fin de que éste sea el complemento de Dios. ¡Qué maravilla que podemos ser el complemento de Dios! Esto es plenamente tipificado como una revelación divina en Génesis 2. Dios creó a Adán (v. 7), edificó una mujer de una de sus costillas (vs. 21-22), le trajo la mujer a Adán, y los dos llegaron a ser una sola carne (vs. 22-24). Eva llegó a ser el complemento de Adán. Hoy nosotros hemos llegado a ser el complemento de Dios, una parte de Dios que le corresponde a Él. Inicialmente, Dios estaba solo; pero no era bueno que estuviera solo (v. 18). Dios necesitaba un complemento. Después de recibir a Dios como su vida para su constitución interior, el hombre llegó a ser el complemento del Dios Triuno.

Según Efesios 4:4-6 el Padre, el Hijo, el Espíritu y el Cuerpo son uno. Esto es la unidad del Cuerpo. Decir que el Padre, el Hijo, el Espíritu y el Cuerpo son uno es perfectamente correcto. El Dios Triuno es tres, pero ahora tiene una cuarta parte, un complemento. Sin embargo, solamente los primeros tres son dignos de nuestra alabanza. El Dios Triuno con Su complemento ahora son cuatro en uno.

II. LA NECESIDAD NEGATIVA
CAUSADA POR LA CAÍDA DEL HOMBRE,
COMO RESULTADO DE LA TENTACIÓN
DEL ADVERSARIO DE DIOS, SATANÁS

La intención positiva de Dios en Su economía consta de los tres elementos anteriormente mencionados. Pero la caída del hombre, como resultado de la tentación del adversario, causó una necesidad negativa. Esta necesidad consta de cuatro elementos.

A. Destruir a Satanás
en la humanidad de Cristo por medio
de la muerte

El primer elemento de la necesidad negativa causada por la caída del hombre es destruir a Satanás —quien es el origen del pecado y el que posee el imperio de la muerte— en la humanidad de Cristo por medio de la muerte (He. 2:14). Satanás no es solamente el enemigo de Dios, sino también Su adversario. Un enemigo es alguien que está por fuera, pero un adversario es uno que está por dentro. La intención de Dios es dar solución a la necesidad negativa del hombre al destruir a Satanás, Su enemigo y adversario.


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