Vivir en y con la Trinidad Divinapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6188-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En 1 Juan 4:13-14 se nos muestra que permanecemos en Dios [el Padre] y Él en nosotros, que Dios el Padre nos ha dado de Su Espíritu, y que el Padre ha enviado a Su Hijo como el Salvador del mundo. El versículo 13 nos dice que Dios el Padre nos ha dado “de” Su Espíritu. Esto significa que Él nos ha dado algo del Espíritu, lo cual indica que todas las riquezas de Cristo ahora son el contenido mismo del Espíritu. Finalmente, lo que Dios nos ha dado es el Espíritu completo, consumado, todo-inclusivo, compuesto, vivificante, que mora en nuestro ser y fue procesado. Nuestro Dios, el Padre, nos ha dado de este Espíritu todo-inclusivo, quien es el suministro abundante de Jesucristo, el Hijo.
En Gálatas 4:4-6 vemos a [el Triuno] Dios que envía a Su Hijo para redimirnos de la ley, a fin de que recibamos la filiación. También vemos a Dios [el Padre] enviando al Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones, el cual clama: ¡Abba, Padre! El Padre envió al Hijo para llevar a cabo la redención en beneficio nuestro a fin de que obtuviéramos la filiación. Esto indica que la meta del Padre es ganarnos con miras a Su filiación, y la redención del Hijo tiene este mismo objetivo. El Padre también envió al Espíritu de Su Hijo. En la salvación que el Dios Triuno efectúa, el Hijo logró la redención en la cruz en nuestro beneficio. Ahora el Espíritu del Hijo está dentro de nosotros para llevarnos a la filiación, para hacer realidad la filiación en nosotros. Su redención logró para nosotros la filiación, y ahora Su Espíritu que mora en nuestro ser nos está llevando a la realidad de tal filiación. Por eso es que necesitamos dos “enviar” por el Padre: el enviar al Hijo y el enviar el Espíritu del Hijo. Dios el Padre envió a Dios el Hijo para redimirnos de la ley a fin de que recibiéramos la filiación. Él también envió a Dios el Espíritu para impartir Su vida a nuestro ser a fin de que lleguemos a ser Sus hijos en realidad. Así pues, el Dios Triuno está produciendo muchos hijos para el cumplimiento de Su propósito eterno.
El Padre como la fuente es el que envía. Primero, Él envió al Hijo; y segundo, Él envió al Espíritu del Hijo. Podemos ver a los Tres en la Deidad en Su mover, llevando adelante Su obra. El primero es Aquel que está activo al enviar. El segundo es el Enviado. El Enviado tiene un tercero quien es Su Espíritu. Los Tres de la Deidad no sólo son omnipotentes, sino que también son omnipresentes. Por lo tanto, el Primero puede enviar al Segundo y aun ser uno con el Segundo. Más aún, el Primero puede enviar al Tercero, y el Tercero aun ser uno con el Segundo y con el Primero. Ésta es la unidad divina en la Deidad. También hay una distinción entre los Tres. Todas las hermosuras y las virtudes exhibidas por la Trinidad Divina vienen de ésta distinción. Hay una distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu, aun así los Tres son uno.
Romanos 8:9 nos habla del Espíritu de Dios [el Padre] que mora en nosotros y también nos habla del Espíritu de Cristo [el Hijo]. El Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo no son dos Espíritus. Son un Espíritu en dos aspectos. El Espíritu de Dios es el Espíritu de Cristo. Esto indica que Dios y Cristo son uno. El hecho de que Dios y Cristo sean uno indica que el Espíritu es el Espíritu tanto de Dios como de Cristo. Dios el Padre, Cristo el Hijo y Dios el Espíritu están en nosotros. Ellos moran en nosotros, hacen Su hogar en nosotros. Tenemos a un Ocupante maravilloso dentro de nosotros, un Ocupante triuno. Romanos 8:9 nos muestra la belleza de los Tres de la Trinidad Divina obrando juntos para nuestro beneficio.
En 1 Corintios 12:4-6 se nos habla de los dones del mismo Espíritu, los ministerios del mismo Señor [el Hijo] y las operaciones del mismo Dios [Dios el Padre] que realiza todas las cosas en todos. Los dones son por el Espíritu; los ministerios, los servicios, son para el Señor; y las operaciones son de Dios. En este contexto los ministerios denotan los servicios, las obras de servicio. Aquí el Dios Triuno está involucrado en estas tres cosas: los dones, los ministerios y las operaciones. Los dones por el Espíritu son para llevar a cabo los ministerios, los servicios para el Señor; y los ministerios para el Señor son para efectuar las operaciones, las obras, de Dios. Éste es el mover del Dios Triuno en los creyentes para el cumplimiento de Su propósito eterno para edificar la iglesia, el Cuerpo de Cristo, a fin de que Dios tenga una expresión.
Los dones provienen del Espíritu y resultan en los ministerios, los servicios, del Hijo. Más aún, los ministerios, los servicios, del Hijo efectúan las operaciones, las obras, de Dios el Padre. Éste es el tres-uno Dios, operando, moviéndose y distribuyendo Sus dones entre todos nosotros. Aquí vemos otra vez la belleza, la armonía y la excelencia de los Tres trabajando juntos. El Padre opera, el Hijo ministra y el Espíritu otorga los dones. Además, nosotros somos los beneficiarios, que recibimos todos los beneficios del que opera, del que ministra y del que otorga los dones.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.