Puente y canal de Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3840-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-3840-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Pregunta: ¿Qué debo hacer si tengo el interés de servir, pero todavía estoy estudiando y siento que mis estudios son una distracción?
Respuesta: Ésta es una pregunta difícil de responder. La Biblia dice que Moisés fue educado en el palacio de Egipto, que fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios (Hch. 7:22). ¿Podemos decir lo mismo de nosotros mismos? Por supuesto, cuando Moisés recibió su educación, él no había sido salvo o no se había consagrado al Señor, ni tampoco había un salón de reunión de la iglesia en el palacio de Egipto. Él simplemente se dedicó a sus estudios a fin de terminar su educación apropiadamente; no fue sino hasta más tarde que él fue llamado. Por tanto, él no tuvo el supuesto problema de distraerse con sus estudios. Sin embargo, muchos hermanos y hermanas hoy han sido salvos, avivados y llamados antes de graduarse de la universidad.
Para el creyente que desea permanecer en el mundo esto no representa ninguna dificultad. Después de todo, este creyente ya ha sido salvo y no irá al infierno. Podríamos comparar a este creyente con un israelita que vivía en Egipto y amaba el mundo, pero que, por ser israelita no fue tocado por las plagas. En el futuro este creyente amador del mundo no irá al infierno, y al mismo tiempo recibirá una educación universitaria y obtendrá un doctorado. ¿No sería esto una doble ganancia? Algunos hermanos y hermanas son así de ilusos. No importa cuánto uno trate de persuadirlos, ellos siempre le dirán que usted haga sus propias cuentas y que ellos harán las suyas. Me temo que en ocasiones ustedes se dejen convencer por lo que ellos dicen y piensen que esto es razonable.
Para los creyentes que tienen planes de vivir en el mundo, estudiar en la universidad no representa ningún problema, sino que al contrario, les trae muchos beneficios. En primer lugar, estos creyentes no tendrán vicios; es posible que no apuesten en los juegos de azar, ni fumen ni beban. Muchas personas han tenido mucho éxito en el mundo de esta manera. Son cristianos y han sido salvos, pero aún siguen viviendo en Egipto. Un cristiano que está en el mundo y ama al mundo, podrá ser, en el mejor de los casos, una persona muy brillante y exitosa. Para esta persona, estudiar representa muchos beneficios. Incluso hay personas que creen en Jesús después de escuchar un evangelio que les promete salvación y éxito en el mundo. Esto no está nada mal, pues vemos lo mismo en el caso de Moisés, quien era un israelita y al mismo tiempo estudió en el palacio de Egipto y tuvo una carrera exitosa.
Otra categoría de personas que no encuentran ninguna dificultad en estudiar en una universidad es el creyente que se consagra de forma absoluta al Señor. Para tal creyente la educación no representa un problema porque siempre para él servir al Señor es primero. Si Dios le da permiso para estudiar, él estudia diligentemente; y si Dios no le permite estudiar, él deja sus estudios. Si Dios le permite tener éxito en sus estudios, él es exitoso; y si Dios no se lo permite, no será exitoso. Esta clase de persona siempre tiene en cuenta a Dios, y no insiste en nada que sea suyo.
Las personas que encuentran mayores dificultades son aquellas que han sido llamadas por Dios a salir de Egipto, pero que en su corazón aún desean permanecer en el palacio. Ser esta clase de persona es lo más difícil. Por un lado, esta persona piensa: “Si me voy de Egipto al desierto, lo único que podré disfrutar allí es el maná. Además, este maná únicamente proviene del cielo, lo cual significa que tendré que depender de Dios para todo”. Por otro lado, también piensa que si no se consagra a sí mismo de forma absoluta, estará intranquilo interiormente.
Los verdaderos cristianos por lo general se encuentran en alguna de estas categorías. No hay dificultades para la persona que se encuentra en un extremo o en el otro; lo más difícil es cuando uno está en el medio. No es difícil ser negro o blanco; lo más difícil es ser gris. El cristiano que sufre más es el que no ama al Señor, y aun así, desea servirle; el que no ama su educación, pero tampoco está dispuesto a abandonarla; y el que no está dispuesto a abandonar el mundo completamente y, al mismo tiempo, teme estar descalificado para entrar al reino en el futuro. Para aquellos que se consagran al Señor de forma absoluta, nada es un sufrimiento porque consideran que todo ha sido dispuesto por Dios. Así que, no importa cuán difíciles y duras sean sus circunstancias ni tampoco si otros ascienden de posición u obtienen un aumento salarial, ellos no son conmovidos por ello, sino que simplemente siguen al Señor con absoluta entrega.
Hace cien años alguien dijo que si John Nelson Darby no hubiera sido cristiano, sin duda alguna habría sido muy exitoso de una u otra manera. Quizás habría tenido mucho éxito en el campo de la literatura o la política. Esto nos muestra que si una persona que verdaderamente se ha consagrado a sí misma hubiera permanecido en el mundo, habría tenido un futuro extraordinario. Sin embargo, puesto que valora como su tesoro a las cosas espirituales, para ella servir a Dios es más importante y precioso que cualquier futuro que pudiera tener en el mundo. Por ejemplo, Moisés no abandonó Egipto sin saber lo que estaba haciendo. Al contrario, él estuvo dispuesto a ser maltratado con el pueblo de Dios, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que su posición y futuro en Egipto (He. 11:25-26). Él hizo esto después que tuvo en cuenta lo que esto le costaría. Cuando entramos a una tienda a comprar algo, siempre nos fijamos en el precio y nos preguntamos si es demasiado caro o si vale la pena pagar ese precio. La razón por la cual Moisés pudo abandonarlo todo en Egipto era que había hecho una cuidadosa evaluación de lo que le costaría.
De manera semejante, Pablo estimó todas las cosas como basura (Fil. 3:7-8) después de que hizo un cálculo cuidadoso del costo. Él puso a Cristo y todas las demás cosas en una balanza y los comparó. Después que hizo sus cálculos, encontró que uno era más precioso y que valía el precio que iba a pagar, y estimó por basura todas las demás cosas. Por esta razón, él abandonó lo uno y valoró lo otro como su tesoro. Debemos comparar y sopesar ambas cosas antes de decidir cuál escogeremos. Por consiguiente, la consagración nos exige pagar un precio, y abandonar algo también nos exige pagar un precio. Por un lado, la vida que está en nosotros nos exige algo; la vida espiritual en nuestro interior nos pide algo y ello es que nos consagremos al Señor. Por otro lado, debemos estimar el costo y estar dispuestos a abandonar todo lo que no sea el Señor.
Ciertamente es maravilloso que un creyente que ha sido llamado por el Señor tenga éxito en sus estudios; no obstante, si él o ella no se consagra al Señor, no se sentirá cómodo en su interior. Hay algunos que si no se consagran al Señor no tendrán paz ni reposo. Hay otros que calculan, y sopesan cuidadosamente y comparan al Señor con todas las cosas del mundo. En otras palabras, ponen a Cristo a la par del mundo, los pesan en una balanza, y se preguntan si desean un futuro en el mundo o el galardón espiritual. Muchos están en la iglesia hoy en día porque hicieron este tipo de evaluación.
Hubo un político británico muy prominente llamado William Gladstone, quien también era cristiano. Él servía como primer ministro y obtuvo mucho éxito en su carrera política. Sin embargo, al final de su vida, alguien le preguntó como se sentía con respecto al éxito que había alcanzado. Él contestó: “Aunque he sido una persona importante, me he convertido en una columna en la política británica y he dedicado mucho tiempo y energía a Inglaterra, mi corazón se duele a causa de los días pasados. Si hoy tuviera tres vidas, dedicaría cada una de ellas a salir a la predicación del evangelio”. Ésta fue la comparación él que hizo.
Tener un futuro en el mundo es muy valioso, pero tener un futuro en las cosas espirituales es aún más valioso. Debemos sopesar estos dos futuros de una manera cuidadosa. Sin embargo, eso no significa que si usted desea ir en pos del Señor no deba estudiar. Usted debe estudiar diligentemente y cumplir con sus deberes de una manera apropiada dentro de los límites de la dirección del Señor. Por consiguiente, debe resolver esta cuestión de la educación en su consagración. Por ejemplo, hay dos santos en las Filipinas; uno estudió en una universidad médica muy famosa y el otro estudió en una de las mejores universidades de ingeniería. Sin embargo, debido a la necesidad del Señor, hoy en día ambos están dispuestos a abandonar su educación. Éste fue el resultado de su evaluación; pero eso no significa que todos ustedes deban hacer lo mismo. No tenemos la intención de pedirles a los santos que abandonen sus estudios; antes bien, lo que estamos diciendo es que todos ellos deben resolver el asunto de su consagración; si lo hacen, todos los demás problemas se solucionarán espontáneamente. Nadie puede imitar lo que haga otra persona; únicamente debemos aprender a rendirle cuentas al Señor de nuestros actos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.