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Llevar fruto que permanece, tomo 1por Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6314-3
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Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 5 Sección 1 de 4

EN CUANTO A LAS ESTADÍSTICAS Y CÁLCULOS
PARA EVANGELIZAR A TAIWÁN

La población actual de Taiwán es de diecinueve millones. Actualmente hay seiscientos servidores de tiempo completo aquí. Si ellos salen a tocar a las puertas cada semana de este año, cada uno podría bautizar a cincuenta y dos personas. Incluso si no pudieran hacerlo, podrían bautizar al menos a cuarenta personas. De este modo, veinticuatro mil personas serían salvas.

Anteriormente, había aproximadamente diez mil santos reuniéndose regularmente en todo Taiwán, de los cuales más de 3,500 están en Taipéi. De los ocho mil y pico que fueron bautizados el año pasado, aproximadamente uno de cada cuatro son estables en la vida de iglesia. Si añadimos estos dos mil santos estables a los diez mil santos que había originalmente, tendremos un número base de doce mil. Si una cuarta parte de éstos sale a tocar a las puertas semanalmente, eso significa que tres mil santos estarían saliendo cada semana. Si cada uno de ellos gana a una persona cada dos meses, es decir, si gana seis al año, dieciocho mil personas serían salvas. Si añadimos éstos al número original de doce mil santos, más los veinticuatro mil que fueron ganados por los servidores de tiempo completo, habría un total de cincuenta y cuatro mil santos en todo Taiwán para finales de este año. Ésta es una ley que descubrimos del entrenamiento, una cifra que calculamos de manera científica; es necesario que cada santo vea esto.

Después de esto, en 1988 habrá al menos mil servidores de tiempo completo. Si cada uno de ellos gana a cuarenta personas, obtendremos un número de cuarenta mil personas. Si la cuarta parte de los cincuenta y cuatro mil que calculamos anteriormente gana a seis personas en un año cada uno, obtendremos ochenta y un mil personas. Al añadir este número a los cincuenta y cuatro mil que había originalmente y a los cuarenta mil que fueron ganados por los servidores de tiempo completo, el número total sería de 175,000. Si continuamos creciendo de esta manera hasta e incluyendo el año 1989, el resultado será de 477,500, cifra que podríamos redondear a 480,000. Éste es un incremento cuarenta veces mayor que el número base original de doce mil santos. Si obtenemos otro incremento del cuarenta por uno en la siguiente ronda, el resultado sería 19,200,000. Por consiguiente, en seis años, para 1992, habríamos hallado a cada una de las diecinueve millones de personas de Taiwán, claro está, a menos que alguien sea un hijo de perdición. Para entonces todo Taiwán habría sido evangelizado; el evangelio habría saturado a Taiwán.

LA CLAVE PARA EL ÉXITO DE LA NUEVA MANERA

Producir obreros de tiempo completo
a fin de implementar con seriedad
la práctica de tocar a las puertas

Para hacer esto, debemos estudiar de una manera práctica nuestros cálculos a fin de hallar los puntos confiables y cruciales requeridos en nuestra práctica. Según nuestra experiencia, debemos practicar los siguientes puntos a fin de lograr que cada servidor de tiempo completo bautice a cuarenta personas cada año. En primer lugar, los servidores de tiempo completo necesitan ser producidos. Esto no representa un problema en Taiwán, porque ya hay mil santos que se han inscrito para el entrenamiento. Así que, con seguridad tendremos seiscientos servidores de tiempo completo a partir de próximo mes. Aunque suena fácil decir que cada una de las mil personas debe bautizar a cuarenta personas al año, ello requerirá que ellos laboren de casa en casa. Si estos mil servidores simplemente sueñan día tras día, pensando que nuestros cálculos son irreales y en consecuencia se relajan, tal vez no sean capaces de bautizar ni siquiera a veinte personas.

Es factible esperar que una cuarta parte de la iglesia que tenga el deseo de salir a tocar a las puertas una vez por semana gane a seis personas en un período de un año. Sin embargo, tememos que “salgan a pescar sólo por tres días y dejen secando sus redes por dos días”, y a la postre se queden sin fruto. A fin de ganar a las personas de una manera apropiada es necesario que estemos unánimes y laboremos con seriedad. Sin lugar a dudas, si laboramos con seriedad veremos los resultados. Ésta es la primera clave para tener éxito en la nueva manera.

Establecer reuniones de hogar
como una cobertura y protección
para los nuevos creyentes

También debemos conducir las reuniones de hogar de una buena manera. Esto es más difícil que el primer punto; no obstante, si las reuniones de hogar no son exitosas, la nueva manera no podrá avanzar. El veinticinco por ciento de la iglesia que tenga el deseo por salir continuará creciendo en número; por lo tanto, ellos necesitarán mucho perfeccionamiento. En Juan 15:16 el Señor Jesús primero dijo: “Para que vayáis y llevéis fruto”, y después añadió: “Y vuestro fruto permanezca”. El que nuestro fruto permanezca no depende del Señor sino de nosotros. Si laboramos bien, esto hará que nuestro fruto permanezca. El Señor también nos revela que son las reuniones de hogar las que hacen que nuestro fruto permanezca (véase la nota 3 del versículo 16 de la Versión Recobro).

En el pasado, de cien personas que bautizamos, probablemente ni siquiera cinco permanecieron. Esto es semejante a una mujer que, después de dar a luz a varios hijos, considera que ha terminado con su obligación y no los cría. Debido a esto, quizás cien personas sean dadas a luz, pero sólo cinco de ellas sobreviva, y el noventa y cinco por ciento restante muera prematuramente. Esto se debe a que las personas no son alimentadas ni sustentadas por medio de las reuniones de hogar. Sin embargo, en el presente tenemos reuniones de hogar, las cuales son una salvaguardia para los que recientemente se han bautizado. Una vez que una persona sea bautizada, de inmediato nosotros debemos establecer para ella una reunión en su casa. Una vez que se establezca la reunión de hogar, la persona recién bautizada tendrá una salvaguardia, una cobertura y una protección. La tecnología médica moderna en los Estados Unidos ha avanzado mucho. Un bebé que ha nacido prematuramente aún puede crecer de manera apropiada después que nace. Esto se debe a que cuando nace, de inmediato lo ponen en una incubadora. La incubadora llega a ser el medio que le permite sobrevivir. Nuestras reuniones de hogar son las “incubadoras” de los nuevos creyentes.

Después de conducir a una persona a ser salva, debemos alimentarla e instruirla. Cuando cierto joven nació prematuramente era un bebé muy pequeño y arrugado. Los que lo vieron en la incubadora tuvieron que ejercitar fe porque no sabían cómo iba a crecer. Sin embargo, hoy ese niño ha llegado a ser un muchacho alto y fuerte, y es un jugador de fútbol en su escuela. Eso fue posible únicamente porque recibió el debido cuidado después que nació. A esto nos referimos cuando hablamos de nuestras reuniones de hogar. No podemos simplemente bautizar a las personas. Por supuesto, deseamos que nazcan más bebés, pero si no alimentamos ni instruimos a los que hemos bautizados, morirán prematuramente. Las reuniones de hogar proveen a las personas la alimentación y enseñanza que necesitan después que son salvas y bautizadas. En el sentido espiritual, enseñar es alimentar. Cuanto más enseñamos a las personas la verdad, más de las riquezas contenidas en la verdad las abastecerán y alimentarán. Por consiguiente, las reuniones de hogar son la segunda clave para el éxito de la nueva manera.


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