Cristo todo-inclusivo, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-626-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Hemos visto brevemente la necesidad de trabajar en Cristo y hacer de El nuestra industria. Creo que entendemos esto claramente, pero me temo que sólo sea doctrina para muchos de nosotros. ¿Cómo podemos aplicarlo en una forma práctica? ¿Qué debemos hacer para trabajar en Cristo diariamente?
Quisiera poner un ejemplo. Todas las mañanas usted debe orar diciendo: “Señor, me consagro a Ti una vez más, no para trabajar para Ti, sino para disfrutarte”. Usted debe consagrarse sinceramente al Señor con el simple propósito de disfrutarlo y experimentarlo, y nada más. Desde el momento en que despierta en la mañana, necesita decir: “Señor, aquí estoy. Me dedico a disfrutarte. Concédeme durante todo el día, desde este momento en adelante, experimentarte y aplicarte en toda situación. No te pido nada para mañana. Te pido la gracia para disfrutarte hoy. Muéstrame cómo cultivar la tierra, sembrar la semilla y regar los sembrados del Señor”. Entonces, momento a momento, durante todo el día, usted mantendrá su comunión con el Señor. Vivirá en el Señor en una forma práctica, trabajando en El, aplicándolo y disfrutándolo. Si hace esto, considere cuán fructífera y cuán hermosa será su “labranza”. La labranza de Cristo en su vida diaria estará llena de producción. Y al siguiente día del Señor cuando usted vaya a adorarlo con los santos, podrá decir: “Voy a ver a mi Dios; voy a adorar a mi Señor. No voy con las manos vacías, sino llenas de Cristo. Tengo un excedente, y en la mano derecha tengo la mejor parte reservada para mi amado Señor”. Cuando llega a la reunión, tal vez algún hermano se acerque y le diga: “Tengo cierto problema. ¿Me puedes ayudar?” Puede tener un poco de comunión con él y transmitirle algo de su excedente de Cristo. Puede darle un poco del producto del Cristo en quien ha laborado, el Cristo a quien ha disfrutado día tras día. Ha sido satisfecho ricamente con El, y tiene algo adicional para compartir con los hermanos. Cuando empieza la reunión, usted está bien preparado para ofrecer sus oraciones y alabanzas al Señor de lo que le ha reservado. Esto es lo mejor de su excedente, y con los santos gozosamente lo ofrece al Señor para el disfrute y satisfacción de El. Usted ha cosechado lo suficiente de Cristo para usted mismo, para los necesitados y para el Señor. Además, ha almacenado una porción considerable que lo sostendrá abundantemente en los días por venir.
Si somos ricos en Cristo, necesariamente debemos ser ricos en trabajo y en industria. En Cristo no podemos ser perezosos. Debemos dejar que Dios disfrute a Cristo con nosotros y al mismo tiempo con otros. Si usted hace esto, si yo hago esto y si todos lo hacemos, ¡cuán maravillosas serán las reuniones cuando nos congreguemos para adorar al Señor! Yo compartiré con usted y usted conmigo. Usted me dará algo del Señor, y yo a mi vez le daré algo. Habrá mutualidad y disfrute recíproco. Además, el Señor tendrá Su porción completa.
En el mundo actual hay muchas exhibiciones y ferias. En ciertas ocasiones, algunas personas de ciertas áreas o distritos y a veces de todo el mundo, traen sus productos para exhibirlos en un solo lugar. Esto es precisamente lo que hacemos cuando nos reunimos para adorar a Dios. Nos reunimos para tener una exhibición de Cristo, no simplemente del Cristo que Dios nos ha dado, sino del Cristo que hemos producido, del Cristo en quien hemos laborado y a quien hemos experimentado. Nos reunimos para exhibir a este Cristo. Hermanos y hermanas, esto es lo que todas nuestras reuniones deben ser: una exhibición, una feria, donde se exhiba toda clase de los productos de Cristo.
Consideremos de nuevo al pueblo de Israel. En la fecha de la fiesta de los tabernáculos, muchos venían de todas partes de la tierra para reunirse en el centro, Jerusalén. Todos traían consigo sus productos: frutas, vegetales, ganado y muchas otras cosas. Si hubiéramos podido estar en esa ocasión para verla, nos habríamos maravillado de todas las riquezas de la tierra. Habríamos contemplado la abundancia del producto amontonado allí: hermoso, maduro y de muchos colores, con ovejas y ganado por todos lados. Todo era reunido y disfrutado mutuamente en la presencia de Jehová, quien también tenía Su propia porción.
Hermanos y hermanas, la vida de la iglesia sencillamente es esto. Todos los santos disfrutan a Cristo delante de Dios y mutuamente con Dios. Disfrutan al Cristo que han producido. Día tras día trabajan en Cristo; día tras día lo producen. Luego, en cierto día señalado por el Señor, se reúnen. No solamente tienen las manos llenas, sino que también en sus hombros, hablando figuradamente, llevan a Cristo. Se regocijan en la abundancia de su cosecha y de todas las riquezas que han segado de esa “buena tierra” donde viven. No llegan con las manos vacías, ni llegan con el ceño fruncido. No se duermen en las bancas mientras un pobre ministro ocupa la plataforma. ¡Qué lamentable es una situación así! Ciertamente eso no es la adoración del pueblo del Señor. La adoración de Su pueblo se da cuando todos están llenos de Cristo, radiantes de Cristo, exhibiendo al Cristo en quien han laborado y a quien han producido. Un hermano puede decir: “Aquí está el Cristo en quien laboré y a quien produje hoy. El es muy rico y abundante para mí en este aspecto y en el otro”. Una hermana puede testificar: “Alabado sea el Señor, he experimentado la misma paciencia y bondad de Cristo en la situación difícil que hay en mi hogar. El es muy dulce y real para mí en esa forma”. Este es su producto de Cristo. Todos exhiben al Cristo que han cosechado. ¡Qué adoración a Dios! ¡Qué edificación para los santos! Y ¡qué vergüenza para el enemigo! Esta clase de reunión es un gran desconcierto para los principados y potestades en los lugares celestiales. Las fuerzas malignas que la observan son puestos en vergüenza al ver qué clase de Cristo es éste que tenemos. Hermanos y hermanas, ¿tienen reuniones así en su localidad?
Me temo que el enemigo hoy se ríe y que las fuerzas malignas en los lugares celestiales se burlan de nuestras reuniones cristianas. Pero podemos invertir los papeles por medio de disfrutar al Cristo todo-inclusivo, laborando diligentemente en El día tras día, y reuniendo nuestro producto abundante de El para compartirlo con Dios y con todos los santos. Si hacemos esto, el enemigo y sus ejércitos temblarán de ira y de vergüenza.
Esta es la vida que se tiene después de que se ha poseído la buena tierra. Es una vida de trabajar en Cristo, producir a Cristo, disfrutar a Cristo, compartir a Cristo con otros y de ofrecer a Cristo a Dios para que El lo pueda disfrutar con nosotros. Esta clase de disfrute y de compartir es una exhibición de Cristo para todo el universo. Es una adoración a Dios y una vergüenza para el enemigo. Después de tal adoración, ninguno de los hijos del Señor será pobre. Todos serán ricos y satisfechos, y todos saldrán de “Jerusalén” regocijados. Al terminar tal clase de reunión, todos los hermanos y hermanas saldrán rica y abundantemente nutridos. Llegaron con un excedente, y se van con una porción mayor. Todo lo relacionado con la vida en la tierra es Cristo, pero es un Cristo que está relacionado con nosotros. No es simplemente un Cristo objetivo, sino un Cristo muy subjetivo. Es un Cristo en el cual laboramos, a quien producimos, a quien disfrutamos, a quien compartimos con otros y ofrecemos a Dios.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.