Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Cuando la hija de Faraón “vio la arca en el carrizal, ella envió una criada suya a que la tomase” (v. 5). Aquí vemos el papel que desempeñó una esclava femenina. Esta esclava es la tercera mujer mencionada en este capítulo. Vemos que aquí también no se menciona el nombre para enfatizar la intención de Dios de impresionarnos con la vida femenina. En Exodo 2, vemos a varias mujeres reunidas alrededor de una arquilla en la cual se hallaba un niño varón de tres meses de edad. Cada una de estas mujeres tenía una función diferente. La función de la esclava femenina era servir. Su servicio consistía particularmente en tomar la arquilla.
La hija de Faraón, la cuarta mujer en este capítulo, tenía también su función. Primero ella rescató a Moisés, y luego encargó a la madre de Moisés que lo amamantara. Más adelante, cuando el niño fue llevado a la hija de Faraón, “ella lo adoptó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: porque de las aguas lo saqué” (v. 10). Hechos 7:21 nos enseña que “la hija de Faraón le recogió y le crió como hijo suyo”.
En Exodo 2 tenemos un relato histórico, pero en Hechos 7 y Hebreos 11 tenemos un relato espiritual. Por ejemplo, Hechos 7:20 afirma que Moisés fue “hermoso a los ojos de Dios”. Esto significa que a los ojos de Dios Moisés era muy preciado. Sus padres deben de haber sido piadosos. Ellos poseían una visión y discernimiento espirituales, y se dieron cuenta de que Moisés era un niño muy prometedor para el propósito de Dios. Por consiguiente, lo escondieron durante tres meses “porque le vieron niño hermoso” (He. 11:23).
Exodo 2 no recalca el significado espiritual del principio de la vida de Moisés, sino el papel importante que desempeñó la vida femenina. Aunque los escritos de Moisés son muy descriptivos en otras partes, en Exodo 2, él nos da un relato muy sencillo a fin de impresionarnos con la manera en que Dios usa la vida femenina en tiempos de crisis. Durante los tiempos difíciles, la única vida que puede ser usada por Dios es la vida femenina que permanece con Dios y que depende de El.
Nosotros vivimos en un tiempo difícil, un tiempo en el cual la vida femenina se necesita urgentemente. Todo aquel que presuma ser varón se convertirá en Faraón. Todos nosotros, incluyendo a los hermanos, debemos ser mujeres. En este tiempo difícil en que vivimos, la vida masculina que no depende de Dios no es útil. La vida femenina, la vida que depende de Dios, es la única que prevalece. Si vemos eso, tendremos mucho aprecio por la vida femenina, la vida que depende totalmente de Dios.
En el capítulo dos, Dios usó a muchas mujeres para cumplir Su propósito de preparar un salvador. Una de estas mujeres, la madre de Moisés le dio a luz y lo amamantó. Otra mujer, su hermana Miriam, lo observó cuando él estaba en la arquilla y sirvió de lazo entre la hija de Faraón y la madre de Moisés. La esclava tomó la arquilla, y la hija de Faraón crió a Moisés como a su propio hijo. Es probable que ella haya sido también la persona por la cual Moisés aprendió “toda la sabiduría de los egipcios” (Hch. 7:22). Hoy en día también necesitamos las diferentes funciones de la vida femenina: la concepción, el engendrar, y amamantar; la función de cuidar, de recomendar, y de establecer las conexiones apropiadas; la función de ayudar y servir; y la función de criar, enseñar, y entrenar. Mediante las cuatro clases de vida femenina, Moisés nació, fue criado y adiestrado para el propósito de Dios. El Señor necesita estas cuatro clases de vida femenina para llevar a cabo Su economía hoy en día. El necesita a muchas madres, hijas, esclavas y princesas reales para preparar la liberación de Su pueblo a fin de que cumplan Su propósito.
Hechos 7:22 dice: “Y fue enseñado Moisés en toda sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras”. Bajo la soberanía de Dios, Moisés aprendió toda la sabiduría egipcia mientras vivía en el palacio real como el hijo de la hija de Faraón. Mediante su educación egipcia, él llegó a ser muy culto y recibió el aprendizaje más elevado del mundo. Por consiguiente, él se hizo poderoso en palabras y obras. No obstante, esto era solamente la preparación por el lado natural; él todavía necesitaba la preparación por el lado espiritual.
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