Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4916-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Sé que estoy empleando nuevos términos. Cuando vemos cosas nuevas necesitamos emplear nuevos términos. Cuando la ciencia descubre algo nuevo, se necesita crear nuevos términos para describirlo. Los diccionarios están creciendo continuamente con la creación de nuevas palabras. El diccionario de inglés hoy en día tiene muchas más palabras que hace cien años. Esto se debe a que se han hecho nuevos descubrimientos. Lo mismo sucede con respecto a las cosas espirituales. Hay muchas cosas que jamás habían sido descubiertas, pero poco a poco, en estos últimos años, el Señor nos las ha venido revelando. Para estos nuevos descubrimientos se necesitan nuevos términos.
¿Creen ustedes que Dios era Dios, y que Cristo en la carne era simplemente Cristo en la carne? ¿Y creen que el Espíritu vivificante es alguien más, de manera que existen tres personas por separado? ¿Creen que Dios era Dios en los cielos, y que el Redentor es otra persona llamada Jesús, quien vino en la carne para morir en la cruz por nuestros pecados? ¿Y creen que hay un tercero, aparte de los otros dos, quien es el Espíritu Santo? Puedo decirles que por experiencia yo fui descubriendo que Dios se hizo carne para llegar a ser mi Redentor en la cruz, y que mi Redentor en la cruz es simplemente el Espíritu vivificante que mora en mí. Esto no es algo que me enseñaron a manera de doctrina. Esto es algo que vine a comprender al experimentar al Cristo que mora en mí.
Por algún tiempo, yo sencillamente no sabía a quién debía dirigir mis oraciones. ¿Debía orar al Padre, a Cristo o al Espíritu Santo? Los Hermanos me enseñaron que debíamos dirigir nuestra oración únicamente al Padre o al Señor, pero nunca al Espíritu. Ellos me habían convencido de ello, pero cuanto más oraba y más experimentaba al Señor en mí, menos sabía quién era quién. En cierto momento me creí muy listo y oraba: “Mi Padre, mi Señor y mi Espíritu Santo”. Pero después de hacer esto por algún tiempo, sentí que realmente no era tan ingeniosa la idea, pues sencillamente no concordaba con mi experiencia.
Sé que muchos de ustedes tienen la enseñanza de la Trinidad, y no estoy refutando esta enseñanza. Pero permítanme decirles lo siguiente. Nunca debemos permitir que nuestra enseñanza nos perturbe. La enseñanza siempre está en la mente; pero nosotros únicamente debemos prestar atención a la experiencia del Cristo que mora en nuestro espíritu. Muchas veces pensamos una cosa con nuestra mente, pero lo que experimentamos en nuestro espíritu es diferente. No debemos quedarnos en nuestra mente. Debemos estar en nuestro espíritu. Todo lo que está en nuestra mente no es muy real ni verdadero. Además, es muy difícil identificarnos con algo que está en nuestra mente. No obstante, sí podemos identificarnos con algo que es real en nuestro espíritu. Si hemos de experimentar al Cristo que mora en nuestro ser, debemos entender que Cristo hoy en día es el propio Dios que llegó a ser nuestro Redentor, y quien ahora es el Espíritu vivificante que mora en nosotros. ¡Aleluya! Éste es nuestro Cristo. Nuestro Cristo es el Cristo, quien es Dios-Redentor-Espíritu vivificante. Él es nuestro Señor, y Él mora en nosotros a fin de tomar posesión de todo nuestro ser.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.