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Entrenamiento y la práctica de los grupos vitales, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0320-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 14 Sección 6 de 6

2) Alimentar a los creyentes recién nacidos en Cristo

Una vez que tengamos contacto con los pecadores y los hagamos miembros del Cuerpo de Cristo, ellos serán niños en Cristo. Tenemos que alimentar a estos creyentes recién nacidos en Cristo.

3) Perfeccionar a los santos

Alimentar a los niños los hará crecer. Luego serán santos que necesitarán de perfeccionamiento.

4) Edificar las iglesias para la edificación del Cuerpo
al profetizar, al hablar de parte de Dios

Finalmente, tenemos que ayudar a estos santos perfeccionados a aprender a profetizar, es decir, a hablar de parte de Dios. Profetizar en las reuniones de la iglesia edifica las iglesias para la edificación del Cuerpo de Cristo. Si sólo unos pocos hablan en las reuniones de la iglesia, el Cuerpo de Cristo no será edificado.

Debemos hacer lo mejor posible para perfeccionar y edificar a todos los santos de manera que profeticen, que hablen de parte del Señor. Debe haber muchos oradores en las reuniones de la iglesia; mientras más, mejor. Tal hablar edifica a los santos localmente y edifica el Cuerpo de Cristo universalmente. Primero, necesitamos ejercitarnos para hablar de parte del Señor. Si hablamos por el Señor cada semana, nos edificaremos a nosotros mismos y creceremos. Luego seremos miembros vivos no sólo de una iglesia local, sino también del Cuerpo universal de Cristo.

b. Vencer la degradación de la iglesia

Para participar de los cuatro pasos de la manera ordenada por Dios mencionados arriba, necesitamos pagar el precio. Sin embargo, vencer no es simplemente vencer los obstáculos y frustraciones para llevar a cabo las prácticas de la manera ordenada por Dios. Todavía necesitamos vencer la degradación de la iglesia actual.

Hoy día el Señor ha avanzado Su mover a través de la raza de Adán, la raza de Abraham y la iglesia. Con el tiempo todos ellos fracasaron, pero el Señor no quiso abandonar Su propósito. En el libro de Apocalipsis, El llama a los vencedores pidiéndoles que lleven a cabo Su mover en la tierra para el cumplimiento de Su economía eterna. La Biblia revela que los vencedores son un triunfo para el Señor.

Primero, en Apocalipsis 12 vemos a los vencedores muertos representados por el hijo varón nacido de la mujer brillante y universal. Todos aquellos que componen el hijo varón vencen a Satanás por medio de la sangre del Cordero, la palabra de su testimonio, y por menospreciar sus vidas hasta la muerte (v. 11). En segundo lugar se mencionan los vencedores vivientes, los 144,000 arrebatados al tercer cielo para estar en pie con el Señor sobre el monte de Sion (Ap. 14:1). Estos siguen a Cristo por dondequiera que va (v. 4). Son los vencedores que viven antes de la tribulación. Además de estos dos grupos de vencedores, hay otro grupo que vencerá al anticristo, su ídolo y el número idólatra de su nombre (Ap. 15:2). Estos vencedores serán martirizados, pero vencerán al anticristo. El libro de Apocalipsis muestra que el Señor tiene la manera de llevar a cabo Su economía mediante Sus vencedores.

Al estar en las iglesias locales nos es más fácil ser vencedores, pero esto no significa que mientras estemos en la iglesia, seremos vencedores. Ninguna iglesia es una iglesia vencedora. No obstante, nosotros debemos permanecer en tal iglesia no vencedora para ser los vencedores. No debemos esperar que la iglesia local sea una iglesia vencedora. Por supuesto, a todos nos gustaría ver que la iglesia siga adelante y mejore, pero no todos los miembros de una familia son fuertes. De todos modos, en toda familia debe haber algunos miembros fuertes. No todos los ciudadanos de los Estados Unidos pueden ser soldados que van a la guerra, sino los ciudadanos más fuertes. No debemos disculparnos diciendo que otros miembros de la iglesia no son vencedores. Esto está mal. A pesar de todo debemos vencer.

En Apocalipsis 2 y 3 el Señor reprendió a las iglesias. Incluso dijo a los laodicenses que los vomitaría de Su boca (3:16). Pero aún el Señor les dice: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono” (v. 21). Sin importar la condición de una iglesia local, mientras esté establecida en el terreno de unidad, todavía es iglesia. El terreno de la iglesia es el factor que determina si es una iglesia local o no. Si lo es, tenemos que permanecer allí, pero no lo debemos hacer de modo rutinario. Debemos ser vitales.

Ahora necesitamos considerar cómo podemos ser vitales. Primero, debemos tener un tiempo de contacto con el Señor. Luego seremos iluminados por El para ver todos nuestros defectos, errores, faltas, delitos y transgresiones. Debemos hacer una confesión cabal al Señor para obtener un perdón total y una eliminación completa de todas esas cosas negativas.

Luego usted debe pedirle al Señor que le dé un compañero con quien pueda laborar en el evangelio. No debe decir que no tiene tiempo. Todos estamos ocupados. Usted tiene que redimir y controlar su tiempo. Debe apartar dos horas cada semana para ponerse en contacto con pecadores en muchas maneras. Entonces hará que algunos sean salvos y bautizados para ser sus niños espirituales. Tiene que alimentarlos, perfeccionarlos y edificarlos para profetizar. Debe pagar el precio para tomar la manera bíblica, la manera ordenada por Dios en el Nuevo Testamento, sin depender de los ancianos o los colaboradores, tomando la responsabilidad usted mismo.

Tal vez hay muchos hermanos en su localidad que viven una vida de iglesia rutinaria. Todos éstos son personas derrotadas. No son vencedores. Pero usted tiene que levantarse para ser vital. Entonces será una persona vital en su iglesia local para producir y edificar un grupo vital. Entonces el Señor obtendrá algunos vencedores en su localidad, y tendrá la manera de llevar a cabo Su economía eterna.

4. El juicio de Dios

Los vencedores triunfarán, pero la mayoría de los santos serán derrotados. Finalmente, el juicio de Dios se aplicará a todos los creyentes ante el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10).

a. El galardón del pleno disfrute de Cristo en el reino

Dios recompensará a los vencedores con el pleno disfrute de Cristo en el reino. Hoy día si usted es vencedor, disfruta a Cristo, pero no en plenitud. El pleno disfrute de Cristo vendrá en la próxima era. Participar del pleno disfrute de Cristo en el reino milenario será un galardón para usted.

1) Reinar con Cristo en Su gloria

El pleno disfrute de Cristo incluye ser Sus correyes en Su gloria (2 Ti. 2:12a; Ap. 20:4, 6).

2) Participar del gozo de Cristo en Su reino

La gloria de Cristo y el gozo de Cristo son los dos elementos principales del galardón que Dios dará a los santos vencedores. Mateo 25:21 y 23 revelan que los vencedores participarán del gozo de Cristo en Su reino.

b. La salvación del alma
de perder a Cristo en la era de la justicia

Otro aspecto del galardón para los vencedores es la salvación del alma. Si usted ha vencido, el Señor lo salvará de perder a Cristo en la era de la justicia

1) Salvación de ser echado
en las tinieblas en la era disciplinaria

Los vencedores se salvarán de ser echado en las tinieblas en la era disciplinaria (Mt. 25:30). Aquellos que no venzan en esta era, perderán a Cristo en la era de la justicia, la era del reino, la era de la disciplina.

2) Salvación de ser excluido
del pleno disfrute de Cristo en Su gloria

Mateo 24:51 dice que los creyentes derrotados serán castigados duramente. Eso quiere decir que serán separados de Cristo. Cuando fuimos salvos, fuimos unidos a Cristo. Esta unión con Cristo es para nuestro disfrute de El. Pero si somos derrotados en esta era, cuando el Señor venga, nos castigará duramente, nos excluirá del disfrute de Cristo.

Aun hoy, si somos derrotados, estamos en tinieblas y excluidos del disfrute de Cristo. Juan 15 dice que los pámpanos que no dan fruto son cortados por el Padre (vs. 2a, 6). Ser cortado no quiere decir perecer, sino que significa ser excluido del disfrute de Cristo, aun hoy. Si somos derrotados en la actualidad, sin duda, en la venida del Señor, seremos echados en las tinieblas de afuera y excluidos del disfrute de Cristo en el milenio.

II. DAR CONSUMACION A LA NUEVA JERUSALEN
PARA EL CUMPLIMIENTO DEL DESEO DE DIOS

El mover de Dios en la tierra mediante los vencedores tiene como fin consumar, completar, la edificación de la Nueva Jerusalén para el cumplimiento del deseo de Dios. Hoy día estamos en la era de los vencedores. En la vida de la iglesia, debemos ser vitales para vencer toda la degradación que existe actualmente entre los cristianos.


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