CAPÍTULO UNO

LA REVELACIÓN EN EL ESPÍRITU
ES NECESARIA PARA EL SERVICIO

EL SERVICIO CELOSO QUE PABLO RINDIÓ A DIOS
ESTABA EN OPOSICIÓN A DIOS

Pablo no era un gentil; él no adoraba ídolos ni cometía pecados viles. Él creció en un entorno en el que se buscaba a Dios y él mismo era uno que buscaba a Dios. Él dice: “En el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación” (Gá. 1:14). Pablo era más avanzado, más piadoso, más celoso y buscaba más a Dios que muchos de sus contemporáneos. Él era tan fuerte en su búsqueda de Dios que era considerado irreprensible en cuanto a la justicia que es en la ley (Fil. 3:6). Según la moralidad y la cultura humana, él era alguien sin defecto. Pablo llevó a cabo una obra religiosa superior en el mejor entorno religioso. Sin embargo, según 1 Timoteo 1:13, Pablo reconoció que él se opuso a Dios a lo sumo, habiendo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador. Ni siquiera los gentiles idólatras que pecaban vilmente se opusieron a Dios tanto como Pablo. Él no solamente se opuso a Dios, sino también a la iglesia, por la cual Cristo se entregó a Sí mismo al derramar Su sangre (Gá. 1:13, 23; Ef. 5:25).

Aunque el celo y la diligencia que Pablo tenía al servir a Dios eran sin igual, él se opuso a Dios a lo sumo. En Hechos 22:3 Pablo dijo que él fue “instruido a los pies de Gamaliel, en el rigor de la ley de nuestros padres”. La palabra instruido en el griego significa “educado”. Pablo nació, fue criado y fue educado en un entorno en el cual se buscaba a Dios y se servía a Dios. Los nombres de los ídolos no estaban en su boca y con sus manos él no cometía ofensas ni crímenes. Todo lo que él hacía era para Dios. A no ser por la luz que resplandeció sobre él de parte de Dios, nadie sería capaz de creer que tal persona pudiese ser un opositor de Dios.

LA POSIBILIDAD DE REPETIR LOS ERRORES DE PABLO

Es posible que nosotros repitamos los errores de Pablo. Nosotros hemos sido entrenados por muchos años en la iglesia, y servimos más celosamente que la mayoría de los cristianos. No solamente somos nosotros quienes nos consideramos de este modo, sino que incluso otros tienen tal consideración acerca de nosotros. Nuestra situación es exactamente igual a la de Pablo, quien era elogiado por sus contemporáneos. Ciertamente los sacerdotes y los ancianos elogiaron al joven Pablo, quien era tan prometedor, decidido y capaz. Los sacerdotes y los ancianos seguramente estaban complacidos debido a que él era capaz de hacer tanto. No obstante, Pablo no sabía que él estaba en tinieblas. Aunque nosotros podríamos jactarnos de nuestros muchos años de entrenamiento, nuestro amor por Dios, nuestro servicio a Dios y lo absolutos que somos para con Dios, es posible que seamos iguales que Pablo. Antes que Pablo fuera salvo, pensaba que su persecución a la iglesia y las cosas que él hacía contra el nombre de Jesús eran parte de su servicio celoso que rendía a Dios.

SATANÁS UTILIZA LA PIEDAD Y EL CELO DEL HOMBRE
PARA DESTRUIR EL MOVER DE DIOS

Satanás era la fuente del servicio celoso que Pablo rindió. Cuando decimos esto, algunos fanáticos religiosos argumentarán que Satanás no quiere que el hombre sea celoso para con Dios. Nadie cuestiona la influencia que Satanás tiene sobre alguien que se entrega a los placeres de ir a los teatros y los clubes nocturnos. Pero si una persona asiste a las reuniones celosamente, sirve a Dios y es un anciano en la iglesia, nadie se atrevería a hablar de esta actividad como algo proveniente de Satanás. Sin embargo, la Biblia indica que es posible servir a Dios celosamente bajo la influencia de Satanás.

En Juan 16:2 el Señor Jesús dijo: “Os expulsarán de las sinagogas; pero viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios”. Aunque servir a Dios no está motivado por Satanás, matar es algo que siempre proviene de Satanás. Sin embargo, en este versículo el Señor Jesús conectó el servir a Dios con matar. Satanás puede motivar a las personas, quienes creen que están sirviendo a Dios, a matar. En otras palabras, Satanás puede engañar a las personas haciéndoles pensar que matar es un servicio rendido a Dios.

Según la revelación hallada en la Biblia, nuestro cuerpo, nuestra carne, todavía está bajo la autoridad de Satanás. Por tanto, no importa cuán piadosos o celosos nosotros seamos, es posible que nuestra piedad o celo provengan de Satanás. No hay nada que Satanás no pueda usar. Satanás puede utilizar la piedad y el celo de la persona más piadosa y celosa. Saulo de Tarso fue utilizado por Satanás a lo sumo. Saulo no hurtó ni cometió fornicación, y él guardó la ley al grado que era considerado irreprensible en cuanto a la justicia que es en la ley. No obstante, él fue usado por Satanás al máximo para destruir el mover de Dios.

Dios se hizo carne en el hombre Jesús para cumplir el deseo de Su corazón (Jn. 1:14). Sin embargo, Pablo sirvió a Dios celosamente e hizo muchas cosas contra el nombre de Jesús a fin de derrocar este nombre (Hch. 26:9). Pablo quería eliminar el nombre de Jesús. Esto muestra el grado al cual él había sido engañado por Satanás. No deberíamos pensar que nunca podemos ser engañados. Es posible que sintamos que nosotros amamos a Dios y que somos absolutos para la iglesia, pero nuestro celo por la iglesia puede ser usado por Satanás en sus esfuerzos por destruir la iglesia. En el servicio celoso que Pablo rindió, él hizo muchas cosas en contra del nombre de Jesús a fin de derrocar Su nombre, y persiguió la iglesia al grado que él prendía y entregaba en cárceles a hombres y mujeres (8:3; 22:4). Él incluso castigaba a los creyentes en las sinagogas (26:11), dando su voto en contra de ellos cuando los mataban (v. 10).