Edificación de la iglesia, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7483-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El recobro del Señor no reconoce ninguno de los terrenos divisivos de las numerosas denominaciones. Esto ofende a muchos. En el cristianismo actual entre las denominaciones cada una considera que las otras están equivocadas, y sin embargo, no quieren ofenderse unas con otras. Pero en el recobro del Señor, el Señor nos ha alumbrado y ha abierto nuestros ojos para que veamos que las denominaciones están equivocadas. No importa lo que los demás digan de nosotros o nos hagan a nosotros, nunca reconoceremos ninguna denominación. Sin embargo, sí reconocemos que todos los creyentes que están en las denominaciones son nuestros queridos hermanos. En 1957 algunos hermanos de Copenhague y de Londres vinieron a visitarnos a Taiwán. A pesar de que estos santos eran nuestros amigos, ellos trataron de condenarnos, haciendo la pregunta: “¿Por qué ustedes afirman ser la iglesia y que todas las denominaciones no lo son? ¿No son ellos hermanos cristianos genuinos?”. Inmediatamente les contesté: “Queridos hermanos, ustedes vinieron desde el mundo occidental, donde todos los cristianos protestantes condenan a la Iglesia Católica y dicen que ella es diabólica y demoníaca. ¿No se dan cuenta de que incluso en la Iglesia Católica hay un buen número de cristianos genuinos?”. Cuando estuve en las Filipinas, conocí a algunos creyentes preciosos que estaban en la Iglesia Católica. Asistí a su servicio dominical y escuché a algunas hermanas orar allí. Aprecié sus oraciones. Así que les dije a nuestros visitantes de Europa: “Ustedes condenan a la Iglesia Católica, pero ustedes saben que allí hay verdaderos creyentes. Simplemente porque hay allí creyentes genuinos, ¿dirían ustedes que la Iglesia Católica es la iglesia apropiada?”. La respuesta era: “¡Por supuesto que no!”. Les dije entonces que mi respuesta con respecto a ellos era la misma. Reconocemos que hay muchos queridos hermanos y hermanas en las denominaciones, pero jamás podemos decir que las denominaciones están bien. Esta postura ofende muchísimo a la gente.
El Señor levantó el recobro en China en 1922. Al cabo de doce años, en 1934, todos los misioneros de China se habían ofendido. Dijeron: “Nosotros fuimos llamados por el Señor. Abandonamos nuestro país, nuestro hogar, nuestra familia y nuestra posición. Sacrificamos todo para venir a este país, y hemos estado laborando noche y día. Hemos gastado las suelas de nuestros zapatos, y hemos ganado a un buen número de creyentes. Entre ellos, los mejores, que son sólo unos pocos, aman al Señor de veras y le buscan. Amamos a estos hermanos; ellos son la fuente de nuestra iglesia. Ahora todos estos mejores creyentes han sido ganados por su proselitismo. Por supuesto, sus reuniones son más vivientes, más elevadas y más ricas que las nuestras; ustedes nos robaron los mejores. Nosotros levantamos un pobre rebaño, pero ustedes formaron otro rebaño y nos robaron las mejores ovejas”. Les dijimos: “Queridos hermanos, nosotros nunca robamos nada. Las ‘ovejas’ son vivientes, y ellas mismas toman sus propias decisiones. No nos culpen por eso. En vez de ello, vayan a sus ovejas y pregúntenles por qué se escaparon de su redil. Nosotros no las robamos; ellas salieron corriendo de su redil. Ahora aunque quisiéramos echarlas, dirían: ‘Aun si ustedes hermanos no siguen este camino, nosotros sí lo seguiremos’”. Muchos santos de las denominaciones que vinieron al recobro del Señor pueden testificar que nadie los robó ni les hizo proselitismo. En vez de ello, fueron atraídos por el Señor en Su recobro.
La razón principal por la que otros nos acusan de herejía y doctrinas erradas es que están molestos porque un buen número de sus mejores miembros se fueron para venir al recobro del Señor. Sin duda alguna, muchas denominaciones están llenas de doctrinas erradas. Aunque nadie dice nada en contra de sus doctrinas erradas, muchos dicen que nosotros somos herejes. El desacuerdo doctrinal no es la razón fundamental de esta oposición; es sólo un pretexto. La razón básica es que nosotros ofendemos a muchos por estar sobre el terreno único de la unidad. Nuestra postura sobre este terreno único indica que hemos renunciado firmemente a todos los terrenos denominacionales, los cuales son divisivos. Nuestra postura sobre el terreno único de manera espontánea e involuntaria condena todos los demás terrenos. No nos gusta hacer esto, pero no tenemos otra forma de reunirnos.
Espero que por medio de esta breve comunión toda esta situación llegue a ser clara para todos nosotros. Debemos pedirle al Señor que nos cubra, preserve y guarde de toda disputa doctrinal. Debemos olvidarnos de cualquier hablar o escrito negativo que venga a nosotros. En el recobro del Señor hoy no nos interesan las disputas doctrinales, sino la revelación pura de la Palabra de Dios, la cual nos trae de regreso a la vida a fin de edificar la iglesia para que se cumpla el propósito de Dios. Aparte de este camino, no tenemos otro, y el Señor tampoco tiene otro camino aparte de éste. Éste es el camino del recobro del Señor, y éste es el camino que lo traerá a Él de regreso. Tenemos que ser fieles a este camino.
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