Living Stream Ministry

Ser perfeccionados en la obra de la literatura

Estoy agradecido al Señor porque cuando recién llegué a Shanghái, el hermano Nee me otorgó muchas oportunidades para aprender. Por ejemplo, yo nunca había hecho obra alguna de literatura antes de ese tiempo, ni había ido a su librería. Sin embargo, él me perfeccionó en la obra de la literatura. Primero, él me perfeccionó en cuanto a responder cartas. Los santos y las iglesias muchas veces le escribían al hermano Nee haciéndole preguntas. A veces él me daba estas cartas y me pedía que contestara a nombre suyo. Estas cartas contenían más que saludos, pues contenían preguntas específicas. Segundo, el hermano Nee me hizo editor de algunas de sus publicaciones, tales como Collection of Newsletters. Tercero, él me permitió editar artículos en la revista The Christian. Esta revista, después de estar en circulación por varios años, se detuvo por un periodo de tiempo. Cuando la revista reinició su publicación, él me pidió que llevase la responsabilidad del editor. Me entregó la tarea y permaneció en un segundo plano para adiestrarme. Ésta es la manera en que deberíamos perfeccionar a otros a fin de producir santos útiles. Si lo hacemos todo por nuestra propia cuenta de principio a fin, no habrá nadie que continúe la obra después que muramos.

HACER UN ESFUERZO POR PERFECCIONAR A OTROS
Y LLEGAR A SER MÁS ÚTIL

A fin de que un oficio crezca y se expanda, debe producir aprendices. Por tanto, los colaboradores deben cambiar su concepto por completo. Los hermanos en las ciudades más grandes han estado escuchando mensajes por diez o veinte años. Por tanto, ellos deberían ser experimentados y capaces de manejar las cosas. Los santos que están en las iglesias en Taiwán son unos buenos recursos a quienes les podemos entregar los asuntos de la iglesia. Es la soberanía del Señor y Su misericordia que hayamos encontrado problemas y hayamos sufrido una pérdida en años recientes. Por aproximadamente diez años libramos una batalla, tanto en el Este como en el Oeste, respecto a la verdad y el terreno de la iglesia. Ahora los santos finalmente tienen claridad en lo tocante al terreno de la iglesia.

En cierta ocasión le dije a un hermano que fue un error de mi parte aceptar la sugerencia de algunos hermanos e invitar al hermano Austin-Sparks para que viniera a nosotros, porque su visita causó un problema. El hermano dijo que no lo consideraba como un error, pues si no hubiese sido por ese error, no habríamos librado una batalla con respecto al terreno de la iglesia, y no seríamos capaces de hablar de forma clara acerca de este asunto. Las iglesias en este país y en el extranjero están claras acerca de la verdad respecto al terreno de la iglesia. Las palabras de este hermano ciertamente me brindaron algún consuelo.

Un hermano estadounidense joven, quien no había tenido contacto con nosotros en los Estados Unidos, vino a una reunión en Taipéi porque había oído que nuestras reuniones se basaban en las enseñanzas de Watchman Nee y Witness Lee. Sin embargo, él no estaba claro con respecto al terreno y el camino de la iglesia. Durante una reunión de la mañana del día del Señor, él habló acerca de cómo llegó a estar con nosotros. Finalmente, dijo que cada grupo cristiano es el mismo. Esta declaración despertó una carga en los santos. Uno tras otro, los santos se pusieron de pie y testificaron acerca de la verdad con su experiencia. Todo el hablar enfatizó de forma clara los puntos de la verdad respecto al terreno y el camino de la iglesia. Me dio gran gozo ver que los santos están tan claros respecto al terreno y el camino de la iglesia. Deberíamos tener la certeza de que después de tantos años de observar, escuchar y aprender, los santos son capaces de llevar responsabilidades. Deberíamos tener paz con encomendar los asuntos en sus manos. Los santos sencillamente necesitan un poco de dirección. Siempre y cuando los colaboradores y los ancianos estén dispuestos a dedicar el tiempo y tengan la determinación de seguir este camino, no sólo serán capaces de producir santos aptos, sino que ellos mismos aprenderán más. Los maestros siempre aprenden más que sus estudiantes. Cuando enseñamos a otros, nosotros aprendemos de manera más cabal. Cuando perfeccionamos a otros para que lleguen a ser útiles, nosotros también llegamos a ser más útiles.