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Cómo disfrutar a Dios y cómo practicar el disfrute de Diospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6564-2
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 21 Sección 1 de 4

CAPÍTULO CINCO

CÓMO DISFRUTAR A DIOS EN ORACIÓN

Lectura bíblica: Sal. 42:1-2; 27:4; 62:1; 104:34; 145:5; 29:2; 150:1; Gn. 18:22, 33

En este capítulo y en el siguiente consideraremos cómo disfrutar a Dios por medio de la oración y la lectura de la Palabra. La oración y la lectura de la Palabra son los medios más cruciales para recibir a Dios y disfrutarle.

Aunque la oración y la lectura de la Palabra son muy comunes entre nosotros, hay muchos detalles que considerar. Muchas personas oran, pero no conocen el significado de la oración. Asimismo, algunos leen la Biblia, pero no conocen el significado de la lectura de la Palabra. Cuanto más común sea una práctica, más ciencia hay al respecto. Nunca debemos pensar que tan pronto como alguien se hace cristiano, automáticamente sabe cómo orar y leer la Palabra. No es así de sencillo. Si un cristiano verdaderamente llega a conocer la clave de la oración y la lectura de la Palabra, estará en el camino que lo conducirá a disfrutar a Dios diariamente. Veamos ahora cómo disfrutar a Dios por medio de la oración.

LA ORACIÓN CONSISTE EN INHALAR A DIOS

La oración no consiste principalmente en acudir a Dios para pedirle algo. El significado de la oración no es pedirle a Dios que haga algo por nosotros. El principal significado de la oración es inhalar a Dios, absorber a Dios. Cuando oramos, no debemos tener el menor motivo o intención de pedirle a Dios que haga algo por nosotros; en vez de ello, nuestra intención debe ser inhalar a Dios y absorberlo. Lamentablemente, muchos cristianos no entienden correctamente el significado de la oración y piensan que debemos orar a Dios para pedirle Su ayuda porque hay cosas que no podemos hacer. Permítanme decirles enfáticamente que eso no es oración. La verdadera oración no tiene nada que ver con pedirle a Dios Su ayuda.

En palabras sencillas, la oración es nuestra respiración espiritual. Todos sabemos qué es respirar. Cuando exhalamos, expulsamos el dióxido de carbono que está en nuestro organismo; y cuando inhalamos, tomamos el oxígeno que está fuera de nosotros. Esto es lo que sucede cuando inhalamos y exhalamos. En la oración hacemos lo mismo; exhalamos lo que hay dentro de nosotros e inhalamos lo que está en Dios. Todo lo que tenemos en nuestro ser natural puede ser comparado al dióxido de carbono y todo lo que Dios es puede ser comparado al oxígeno. Cuando oramos, exhalamos todo lo indeseable e inhalamos todo lo de Dios.

Hace poco encontramos un buen himno sobre la oración (Himnos, #119). Este himno dice que cuando acudimos a Dios, exhalamos lo que somos y todo lo que tenemos, e inhalamos a Dios y todo lo que es de Él. Al inhalar y exhalar, somos librados de nosotros mismos y somos introducidos en Dios. Esta clase de respiración elimina lo que hay en nosotros y nos trae todo lo de Dios. Cuando exhalamos, nuestros pecados son exhalados, y cuando inhalamos, la santidad de Dios es inhalada. Al exhalar, nos deshacemos de la debilidad; y al inhalar, recibimos el poder de Dios. Tal vez estemos llenos de tristeza y dolor, pero en cuanto nos acercamos a Dios y exhalamos, la tristeza y el dolor se van. Después de exhalar, debemos inhalar. Cuando inhalemos, el gozo de Dios y Su consuelo entrarán en nosotros. Éste es el significado de la oración. La oración consiste en inhalar a Dios, así como respiramos el aire. Cada vez que oramos, inhalamos a Dios. La oración es nuestra respiración espiritual delante de Dios y en Dios. Aunque muchas veces no sabemos qué decir mientras esperamos en Dios, dentro de nosotros hay un gemido. Este gemido es como la respiración. Nuestra experiencia demuestra que cuando gemimos un poco, el peso que llevamos sobre nuestros hombros desaparece; nos sentimos completamente liberados y aliviados, y desborda en nosotros una sensación de dulzura. Muchas veces sentimos que nos hundimos en tinieblas y confusión, sin saber qué camino escoger, qué debemos hacer o incluso cómo debemos orar. Pero mientras esperamos en el Señor, gemimos desde lo más profundo de nuestro ser. Es interesante que después de gemir por unos minutos, las tinieblas y la confusión se desvanecen, vemos todo despejado y con claridad, y sabemos cómo proseguir. Esta experiencia maravillosa es el significado de la oración. La verdadera oración es nada menos que esperar en Dios e inhalarlo. Cuando inhalamos, exhalamos todo lo que somos e inhalamos todo lo que Dios es.

Veamos ahora diez puntos que nos muestran cómo inhalamos a Dios por medio de la oración.


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