Cuatro elementos cruciales de la Biblia: Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia, Lospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6380-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Después que fui salvo, me gustaba mucho leer libros y revistas espirituales, especialmente los escritos del hermano Watchman Nee. En dos de sus libros, La vida cristiana normal y La vida que vence, el hermano Nee, basándose en Romanos 6, dijo que todo cristiano debe aprender a considerarse muerto (v. 11). Por ejemplo, debemos considerar que fuimos crucificados juntamente con Cristo. En aquel tiempo, aunque en mi mente tenía claridad, sin importar cuánto me esforzara por considerarme así, no funcionó para mí. Según el tiempo, Cristo fue crucificado hace dos mil años, mientras que yo nací dos mil años después. ¿Cómo podía ser crucificado juntamente con Él? Además, según el espacio, Él nació en la tierra de Judea, mientras que yo nací en China en el Lejano Oriente. Vuelvo a preguntar: ¿Cómo podía ser crucificado juntamente con Él? El hermano A. B. Simpson, el fundador de la Alianza Cristiana y Misionera, escribió un himno cuyo coro dice: “Considerémonos, considerémonos muertos / Consideremos este hecho, no los sentimientos / Practiquemos esto con fidelidad, / Y el Señor lo hará real” (Hymns, #692). Puesto que esto se basaba en la Biblia, yo acepté esta doctrina, e hice lo posible por considerarme muerto. Sin embargo, por mucho que lo intenté, no me funcionó. Antes de considerarme muerto me iba mejor; cuanto más me consideraba muerto, más empeoraba. Cuando no consideraba tal hecho, parecía que mi yo natural estaba muerto; pero en cuanto empecé a considerarme muerto, el yo cobró vida y todas las cosas salieron mal. Más tarde, el hermano Nee añadió que el considerarnos muertos conforme a Romanos 6 debía llevarse a cabo junto con la experiencia de Romanos 8. Romanos 6 únicamente nos presenta los hechos, pero Romanos 8 nos introduce en la experiencia.
Romanos 8:13 dice: “Porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; mas si por el Espíritu hacéis morir los hábitos del cuerpo, viviréis”. Este versículo nos dice claramente que no es que podemos considerarnos muertos, sino que por el Espíritu hacemos morir los hábitos del cuerpo. ¿Cómo hacemos esto por el Espíritu? Lo hacemos invocando el nombre del Señor. Simplemente debemos invocar al Señor. Entonces nuestro espíritu es despertado y ejecuta la muerte del Señor en nosotros. Cristo en nosotros es el Espíritu, que contiene el elemento de Su muerte con la eficacia de ésta. Por lo tanto, la muerte del Señor se halla en el Espíritu, no en nuestro esfuerzo por considerarnos muertos. Por esta razón, después de lo dicho en Romanos 6, Pablo habló acerca de ser personas conforme al espíritu, de andar conforme al espíritu y de ser guiados por el Espíritu de Dios (8:4-5, 14). Es sólo por el Espíritu que podemos hacer morir los hábitos del cuerpo. Si el Señor no fuera el Espíritu, no podría entrar en nosotros, y Su muerte no tendría nada que ver con nosotros. El Señor pasó por el proceso de la muerte y la resurrección para llegar a ser el Espíritu vivificante. En este Espíritu se hallan los elementos del Señor mismo, Su muerte y Su resurrección. Puesto que el Señor es el Espíritu, Él puede entrar en nosotros, y nosotros podemos experimentar y disfrutar todas Sus riquezas de modo subjetivo. El Señor es el Espíritu, quien es la realidad de todas las cosas espirituales.
Cuando la Trinidad se menciona al comienzo de Apocalipsis, el último libro de la Biblia, el Espíritu es llamado “los siete Espíritus que están delante de Su trono” (1:4). Los siete Espíritus se mueven y hablan en la iglesia hoy. Al comienzo de cada una de las siete epístolas en Apocalipsis, en los capítulos 2 y 3, el Señor es quien habla, pero al final de cada epístola es el Espíritu quien habla a las iglesias. Esto indica que el Señor quien habla es el Espíritu, incluso los siete Espíritus. Apocalipsis 22:17 dice: “El Espíritu y la novia dicen: Ven”. Esto nos muestra que el Espíritu, quien es Cristo como Novio, y Su novia hacen este llamado juntos.
En el Evangelio de Juan, el Espíritu es comparado al aliento del Hijo. En Juan 20:22, el Hijo sopló en los discípulos y les dijo: “Recibid al Espíritu Santo”. Esto indica que el aliento que exhaló el Hijo era el Espíritu Santo. En Apocalipsis, los siete Espíritus son los ojos de Cristo el Cordero. El aliento está relacionado con la vida y denota la esencia del hombre, mientras que los ojos están relacionados con el mover y denotan las actividades del hombre. En otras palabras, respirar el aliento tiene que ver con el aspecto esencial, mientras que los ojos que observan y resplandecen tienen que ver con el aspecto económico. En los Evangelios el Espíritu es el aliento, mientras que en Apocalipsis el Espíritu es los ojos.
Ya sea en el aspecto esencial o económico, el Espíritu no puede ser separado del Hijo. En el aspecto esencial, el Espíritu es el aliento del Hijo, mientras que en el aspecto económico, el aspecto relacionado con el mover, el Espíritu es los ojos del Hijo. Asimismo, no podemos separar al Hijo del Padre ni separar al Padre del Espíritu. El Padre, el Hijo y el Espíritu de ningún modo están divididos ni pueden ser divididos; los tres son uno. Isaías 9:6 dice que el Hijo es llamado el Padre eterno, y 2 Corintios 3:17 dice que el Hijo es el Espíritu. Por lo tanto, los tres son uno. No importa cuál de Ellos experimentemos, experimentaremos siempre a los tres.
Hay una manera de experimentar al Dios Triuno. Efesios 2:18 dice: “Porque por medio de Él [Cristo] los unos y los otros tenemos acceso en un mismo Espíritu al Padre”. No podemos experimentar al Padre directamente; debemos acercarnos al Padre en el Espíritu todo-inclusivo por medio del Hijo. Por lo tanto, los Evangelios revelan que necesitamos creer en el Hijo. Creer en el Hijo es recibir al Hijo. El Hijo, quien es el Espíritu, entra en nosotros cuando le recibimos. Como resultado, tenemos acceso al Padre para experimentar a Dios y Sus riquezas. Ésta es la secuencia en que experimentamos al Dios Triuno, no son tres clases de experiencias, sino una sola experiencia en tres aspectos. Necesitamos tener una experiencia así de rica y subjetiva.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.