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Lo que el reino es para los creyentespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7228-2
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 10 Sección 2 de 6

PREDICAR EL EVANGELIO CON MIRAS AL
ESTABLECIMIENTO DEL REINO DEL SEÑOR

Después que el Señor ministró en la tierra por tres años y medio, y antes de Su crucifixión, dio a entender en Lucas 19 que Él se iba a fin de recibir un reino (v. 12). Él pronto partiría de la tierra, pero Su ida tenía como fin recibir un reino y después regresar. Él tenía que irse a fin de traer el reino del reinado de Dios formalmente a la tierra. Él dijo que un día recibiría Su reino y regresaría; ese día del regreso del Señor será el día de Su segunda venida. Después de ser levantado de los muertos, Él les dijo a Sus discípulos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra” (Mt. 28:18). Por consiguiente, Él aparentemente ya ha recibido Su reino, puesto que toda autoridad le ha sido dada en el cielo y en la tierra. En otras palabras, el reino de Dios ya le ha sido dado. El asunto en cuestión hoy en día es: ¿quién en la tierra realmente se somete a Su autoridad? Dios le ha dado el reino al Señor; Dios el Padre le ha dado al Hijo toda autoridad en el cielo y en la tierra. En lo que se refiere a Dios, no hay ningún problema. El deseo de Dios es glorificar a Su Hijo para que Él sea el Rey de todo el universo. Dios le ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra al Hijo en Su resurrección. Es por esa razón que el Señor Jesús pudo decirles a los discípulos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”. Sin embargo, debemos considerar si el Señor en realidad puede reinar hoy.

Todavía quedan dos problemas. Primero, el hombre no se somete a Su autoridad; y segundo, el diablo y sus ángeles, quienes son rebeldes, continúan oponiéndose a la autoridad de Dios en la tierra. El Hijo de Dios recibió la autoridad de parte de Dios para establecer Su reino en la tierra, pero la situación en la tierra no corresponde a este hecho. En la tierra hoy el hombre no se somete a Su autoridad, y el diablo y sus ángeles se rebelan contra Él. En esas circunstancias, ¿cómo puede el Señor establecer Su reino sobre la tierra? ¿Cómo puede Él ejercer la autoridad de Dios sobre la tierra?

Hay un cuadro de esta situación en el Antiguo Testamento. Un día el hijo del Rey David, Absalón, se rebeló contra él. Debido a la rebelión de Absalón, David fue expulsado. Dios había ungido a David y le había dado a él la autoridad. Según Dios, David era el rey que Él había designado, pero la tierra estaba llena de rebeldía contra David (2 S. 15:1—19:8a). Así que, Él fue expulsado por su propio hijo y los rebeldes. David era el rey de Dios, pero no pudo reinar en el reino. Lucas 19 nos muestra una situación semejante. En este capítulo el Señor contó una parábola mostrando que tenía que pasar por la muerte a fin de recibir el reino. En la resurrección del Señor, Dios le dio toda autoridad en el cielo y en la tierra. Asimismo Dios lo exaltó a Su diestra y lo hizo Señor y Cristo (Hch. 2:33, 36). En Salmos 2:6 Dios declaró: “Yo he establecido Mi Rey / sobre Sion, Mi monte santo”. Sin embargo, la parábola de Lucas 19 nos muestra que Sus conciudadanos, las personas de la tierra, enviaron una embajada, diciendo: “No queremos que éste reine sobre nosotros” (v. 14). Después que el Señor Jesús fue levantado de los muertos, las personas de la tierra hicieron esta declaración. El diablo instigó a los hombres de la tierra desde su interior para que dijeran al Dios del cielo: “No queremos que Jesús de Nazaret reine sobre nosotros”. En tales circunstancias, aunque nuestro Señor es el Rey de reyes y el Señor de señores ungido por Dios, no puede reinar sobre la tierra, debido a que ella está llena de rebelión. Los hombres no están dispuestos a someterse a Su autoridad, reconocerle como Rey, ni permitir que Él reine. En vez de ello, las personas de la tierra siguen a Satanás, quien se rebela contra Él. Por esta razón, después de recibir en Su resurrección toda autoridad y el reino de parte de Dios, el Señor envió a Sus discípulos, diciendo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mt. 28:19). El Señor quería que ellos fueran por toda la tierra predicando el evangelio del reino.

¿Qué significa predicar el evangelio del reino? Significa hacer a todas las tribus y naciones de la tierra discípulos del Señor Jesús. ¿Qué significa hacer a las naciones discípulos del Señor? Significa hacer que ellas se sometan al Señor. Anteriormente ellas seguían a Satanás para rebelarse contra el Señor, pero ahora debemos hacer que ellas se sometan al Señor. El Señor no es solamente el Señor que creó el universo, sino también el Rey ungido por Dios, el Rey de reyes que Dios ha designado. Dios le ha dado toda autoridad en el universo para que establezca el reino de Dios sobre la tierra, de modo que ejerza la autoridad de Dios y exprese la gloria de Dios. Sin embargo, Satanás instigó a las personas de la tierra para que le declararan a Dios: “No queremos que Jesús, a quien Tú has designado, reine sobre nosotros. No queremos que el Nazareno reine sobre nosotros”. ¿Qué debió haber hecho el Señor al escuchar estas palabras de parte de los hombres de la tierra? ¿Debió haberlos destruido con relámpagos y truenos? ¿Debió haber mandado que descendiera fuego del cielo y los consumiera? El Señor no estaba dispuesto a hacer esto. Si hubiera hecho esto, no habría podido cumplir la voluntad de Dios ni establecer el reino de Dios. El Señor dijo: “El Hijo del Hombre no ha venido para destruir las vidas de los hombres, sino para salvarlas” (Lc. 9:56). Por esta razón, Él envió a Sus discípulos a predicar el evangelio a todas las naciones, a propagar el evangelio del reino en toda la tierra y a hacer discípulos a todas las naciones para que éstas se sometieran al Señor y llegaran a ser el pueblo del reino.


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