Estudio-vida de Ezequielpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6480-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Ezequiel 1:11b-14 revela un cuadro muy claro de la coordinación. Ningún otro pasaje en la Biblia presenta el tema de la coordinación de una manera tan definida y práctica. En este mensaje comenzaremos a considerar la coordinación de los cuatro seres vivientes descrita en este pasaje de Ezequiel 1.
Ezequiel 1:11b dice: “Cada uno tenía dos alas que se unían la una a la otra, y dos que cubrían su cuerpo”. Aquí vemos que dos de sus alas le sirven para moverse, y este mover se efectúa en coordinación. Por medio de dos de sus alas ellos se mantienen unidos entre sí y, de este modo, están en coordinación. Como vimos, los seres vivientes se valen de las otras dos alas para cubrirse.
También hemos visto que en el Antiguo Testamento las alas de águila representan el poder divino, la fuerza divina y el suministro divino. Esto indica que los seres vivientes no realizan su coordinación inmersos en sí mismos. En sí mismos, ellos carecen de la capacidad de estar en coordinación. Su coordinación es realizada en el poder divino, en la fuerza divina y en el suministro divino debido a que las alas de águila son el medio por el cual ellos coordinan entre sí. Por tanto, su coordinación no depende de ellos mismos; no depende de lo que ellos sean o puedan hacer. Su coordinación depende de las alas de águila. Las alas de águila son el medio por el cual ellos coordinan y se mueven como una sola entidad. Dios mismo es el poder y la fuerza, y es por este poder y fuerza divinos que ellos están en coordinación.
Vemos el mismo principio en el tabernáculo. El tabernáculo fue erigido teniendo cuarenta y ocho tablas coordinadas para conformar una sola entidad. Dichas tablas estaban en coordinación para conformar un solo edificio no por sí mismas, sino en virtud del oro que las recubría (Éx. 26:29-30). Todas las tablas estaban recubiertas de oro. Sobre el oro que las recubría había anillos de oro, y las barras de oro pasaban a través de los anillos de oro. Así pues, el oro permitía que todas las cuarenta y ocho tablas estuvieran en coordinación conformando una sola entidad. El oro que las recubría representa la naturaleza divina e indica que Dios mismo es el factor de coordinación que hace que todas las partes del edificio divino constituyan una sola entidad.
En sí mismos, los seres vivientes están separados y son meros individuos; pero con las alas de águila, ellos están coordinados como un solo cuerpo. Esto indica que la coordinación entre nosotros, los cristianos, no es algo que proceda de nosotros mismos. Lo que tenemos en nosotros mismos no sirve para coordinar sino que, por el contrario, nos divide. Todo lo que seamos en nosotros mismos, todo cuanto tengamos en nosotros mismos y todo cuanto hagamos en nosotros mismos no resulta en coordinación, sino en división y separación. Sin embargo, tenemos alas de águila, y con las alas de águila podemos ser uno y podemos estar en coordinación.
Es importante comprender por qué tenemos que estar en coordinación. Como seres vivientes debemos estar en coordinación a fin de que Cristo sea expresado y manifestado. Además, la coordinación de los seres vivientes tiene por finalidad que se lleve adelante el mover del Señor. El mover del Señor tiene lugar en el centro de la coordinación de los seres vivientes. Además, esta coordinación constituye la administración divina, el gobierno divino. El trono donde está el Señor, el cual es el trono para la administración de Dios, es el centro de esta coordinación. Por tanto, la coordinación de los seres vivientes tiene por finalidad la expresión y manifestación del Señor, el mover del Señor y el gobierno divino.
Ahora debemos ver la manera en que los cuatro seres vivientes están en coordinación. Cada uno de los seres vivientes está orientado en una sola dirección y mira, respectivamente, al norte, al sur, al este y al oeste. Al mismo tiempo que ellos están orientados en estas cuatro direcciones, dos de sus alas se extienden y tocan las alas del ser viviente que está a cada uno de sus lados, formando así un cuadrado. Cada uno de los seres vivientes usa dos de sus alas para mantenerse unido a los otros seres vivientes.
Ezequiel 1:12 dice: “Cada uno andaba de frente, hacia adelante; adondequiera que iba el Espíritu, andaban ellos; mientras andaban, no se volvían”. Aquí vemos que todos y cada uno de los seres vivientes camina de frente. Ellos no se voltean, si bien algunos retroceden, esto es, se mueven hacia atrás. Por ejemplo, mientras uno de los seres vivientes avanza hacia el norte, el ser viviente que mira al sur tiene que retroceder moviéndose hacia atrás. Por tanto, mientras uno de ellos avanza hacia adelante, el ser viviente al extremo opuesto se mueve hacia atrás; al mismo tiempo, los otros dos se mueven de costado. Uno se mueve de costado hacia la izquierda, y el otro se mueve de costado hacia la derecha. No importa en qué dirección avancen los seres vivientes, no hay necesidad de que ninguno de ellos se voltee. Uno simplemente va hacia delante; otro retrocede, moviéndose hacia atrás; y los de cada lado se mueven de costado. Éste es un hermoso cuadro de la coordinación necesaria en la vida de iglesia.
Ciertos hermanos y hermanas no pueden tolerar estar juntos en la coordinación; más bien, prefieren estar separados y hacer las cosas por sí mismos. Siempre y cuando estén separados, no experimentarán sufrimiento alguno; pero una vez que están en coordinación, hay una especie de sufrimiento, debido a que en la coordinación no hay libertad ni conveniencia propia.
La coordinación nos guarda de estar efectuando giros. Si uno se mueve por sí mismo, puede moverse primero con dirección al norte y después girar para moverse con dirección al este. Más adelante, tal vez tenga que hacer otro giro a fin de moverse con dirección al sur y, eventualmente, tendrá que hacer otro giro a fin de moverse con dirección al oeste. Uno se mueve en muchas direcciones al hacer muchos giros. En el ministerio del Señor, por el contrario, no se hacen tales giros. En lugar de ello, uno se mueve de frente, y quienes coordinan con él se mueven ya sea hacia atrás o hacia el costado.
Si alguien actúa sin ninguna coordinación en los servicios de la iglesia, haciendo cosas por sí mismo, efectuará una serie de giros. Si él ejerce su función a la manera de alguien que hace muchas cosas por sí mismo, será necesario que realice muchos giros. En el servicio de la iglesia, sin embargo, no hay necesidad de efectuar giros. Todos tienen su función y posición. Uno puede simplemente avanzar hacia adelante al desempeñar su función y conforme a su posición. Si hay necesidad de avanzar en otra dirección, otros podrán encargarse de ello. No hay necesidad de que nadie gire.
En la vida de iglesia todos debemos aprender no solamente a andar recto hacia adelante, sino que también debemos aprender a andar hacia atrás (esto es, retroceder) así como a andar hacia el costado. Aunque esto podría parecernos un tanto incómodo, todos debemos aprender esta lección. De otro modo, no podemos estar en coordinación.
Un problema es que ciertos hermanos y hermanas quieren hacerlo todo o no quieren hacer nada. Aquellos que desean hacerlo todo quieren poder girar en toda dirección. Si se les pide que se muevan en cierta dirección particular, ellos también querrán moverse en otras direcciones. Esto significa que ellos quieren efectuar muchos giros. Independientemente de la dirección que se debe tomar en el servicio de la iglesia, ellos quieren poder andar en esa dirección.
En la coordinación apropiada no hay necesidad de hacer giros. Uno simplemente camina recto hacia adelante, o retrocede andando hacia atrás, o anda de costado. Es particularmente difícil caminar de costado, y muchos hermanos y hermanas no pueden hacer esto.
Tenemos necesidad de la coordinación apropiada en las iglesias locales. En algunas iglesias ciertos hermanos y hermanas son personas muy capaces y hacen muchos giros. Otros no son muy capaces, así que no hacen nada. Como resultado de ello, no hay coordinación. Si hemos de tener coordinación en la vida de iglesia, debemos aprender a andar de frente hacia adelante, andar hacia atrás y andar hacia el costado.
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