Predicar el evangelio en el principio de la vidapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3771-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Hemos visto los tres asuntos principales en cuanto a cómo ayudar a las personas a ser salvas. Debemos ayudarlas a orar para “cerrar el trato”, a comprender que Cristo es el Espíritu viviente, y que ellas tienen que recibirlo abriendo su corazón y su espíritu; y, también, debemos ayudarlas proveyéndoles algunos versículos prácticos. Además de esto, debemos ayudarles a comprender que han sido salvas por el Señor por medio de la iglesia. Ellas deben darse cuenta que tienen una relación con la iglesia. Desde el comienzo tenemos que ayudar a los nuevos creyentes a conocer el Cuerpo. Ellos nunca se olvidarán de aquello que les deja una impresión profunda en el principio. Tenemos que explicarles que a partir de ese momento necesitarán asistir a las reuniones de la iglesia. Ellos necesitan entrar en contacto con los hermanos y tener comunión con ellos.
Cuando alguien es salvo por medio de nosotros, de inmediato tenemos que ayudarlo a conocer la vida de iglesia. Luego, debemos recomendarle a dos o tres hermanos o hermanas para que sean compañeros suyos en la iglesia. Esto les será de gran ayuda. Todo nuevo creyente, todo recién convertido, debe tener por lo menos a dos o tres hermanos por compañeros cristianos. Todos tenemos que aprender a ayudar a las personas de esta manera.
Después de una reunión en la que sea predicado el evangelio, debemos pedirles a los nuevos creyentes que continúen viniendo por tres noches más para tener un seguimiento con ellos. De este modo, podremos inmediatamente proveerles algún entrenamiento. Sin embargo, no debemos pensar que éstas son sólo reuniones para ellos y que nosotros no necesitamos asistir; al contrario, debemos comprender que ésta es nuestra oportunidad para venir y practicar. Luego, después de estas reuniones de seguimiento, podremos bautizarlos. Así, al siguiente día del Señor, tendremos un buen número de nuevos creyentes en la reunión de la mesa del Señor. Ellos serán los nuevos “miembros” de nuestra familia. Entonces podremos ayudarlos a conocer un poco acerca de la iglesia, y ellos comprenderán que la iglesia, el Cuerpo, es su hogar. También debemos ayudarlos a entender que no predicamos el evangelio de forma individualista, sino conforme al Cuerpo, es decir, de manera corporativa. Así, a partir del primer día, ellos deben comprender que es la iglesia la que predica el evangelio, no con el fin de conducir a las personas al cielo, sino con el fin de traerlas a la iglesia. Entonces veremos la diferencia. Tenemos que creer que después de tan sólo dos semanas ellos lograrán que muchas otras personas crean. De hecho, ellos ejercerán su función, aun mejor que nosotros.
Después de ayudarlos hasta este punto, debemos ayudarlos a ofrecerse a sí mismos al Señor, o sea, a consagrarse a sí mismos. Los cinco asuntos que mencionamos anteriormente debemos hacerlos en la primera semana. Eso significa que aun antes de que sean bautizados debemos ayudarlos al cubrir estos cinco asuntos.
No deseo imponer nada de manera legalista, pero sí quisiera rogarles a que aprendan esto. Estoy aquí delante de ustedes para decirles con toda humildad que si ponen estas cosas en práctica, verán los resultados. Veremos que nuestra predicación tendrá impacto en nuestro medio, pues muchas personas serán salvas. Nuestra reunión para predicar el evangelio es sólo el comienzo de la predicación. Muchas otras personas vendrán después. En el mar un pez siempre le muerde la cola a otro pez. Si logro agarrar uno, muchos otros vendrán detrás. Así, tendremos una cosecha. Si hacemos esto bien, cada mes traeremos a un buen número de peces “agarrados de la cola”. Sin embargo, tenemos que aprender a laborar y a saber cómo ayudar a los nuevos creyentes para que ellos laboren. Debemos visitarlos inmediatamente para ayudarles a laborar. Ellos ahora han llegado a ser miembros de la iglesia; de hecho, son los miembros “principales”, pues ellos tomarán más iniciativa que nosotros debido a que no tienen mucho conocimiento; lo único que poseen es la vida. Nosotros, en cambio, tenemos demasiado conocimiento. Nuestra “cabeza” es demasiado grande.
El Señor me cubra al decir esto. Estoy poniendo mis ojos al Señor al respecto; he estado buscándolo y sigo buscándolo mucho con respecto a este asunto. Éste es el secreto de que la iglesia predique el evangelio. No debemos poner nuestra confianza en ningún orador. Es posible que en nuestra reunión para predicar el evangelio no haya ningún orador; sin embargo, el evangelio será predicado. ¿Creen ustedes esto? Yo sí creo que esto es posible, porque lo vi en el pasado. Muchas personas fueron salvas de una manera viviente, pero ninguna de ellas sabría decir por medio de cuál orador fue salva. Nunca podrían decir que tomaron la decisión de creer con la ayuda de cierto predicador famoso. En el Lejano Oriente no tuvimos esa clase de predicadores famosos, no obstante, miles de personas fueron salvas. El evangelio fue predicado por la iglesia, por todo el Cuerpo y por cada miembro del Cuerpo.
Después de ayudar a las personas en los asuntos ya mencionados, debemos ayudarlas a ver la necesidad del bautismo. Debemos testificarles y explicarles lo que significa ser bautizados, y ayudarles a comprender que por haber sido identificadas con Cristo, fueron crucificadas y ahora están muertas. Por consiguiente, tienen que ser sepultadas. En cuanto al bautismo, ellas tienen que ejercitar su fe para creer que han habido muchos casos en los que una gran bendición descendió sobre los que se bautizaban. Yo vi a personas que fueron sanadas por medio de bautismo. Antes de descender a las aguas, estaban muy enfermas, no simplemente con una gripe, sino con enfermedades crónicas. No obstante, después de que fueron bautizadas, algunas fueron sanadas. No debemos ser supersticiosos en cuanto a las aguas de bautismo, pero definitivamente hay algo muy significativo. Tiene que haberlo, pues el Señor nos mandó que lo hiciéramos. No debiéramos considerar el bautismo como un simple ritual. Debemos decirles a las personas que ellas necesitan tener un entendimiento espiritual del bautismo.
También debemos ayudarles a comprender que cuando sean bautizadas, ellas traen consigo todos sus problemas para que sean sepultados allí, así como el pueblo de Israel al cruzar el mar Rojo condujo a todo Egipto al mar. No fueron ellos quienes fueron sepultados allí, sino todo Egipto, incluyendo a Faraón y su ejército. Debemos decirles que si tienen algún problema, incluso enfermedades físicas, ellas sumergen todo ello en el agua y lo sepultan allí. ¿Tienen algún pecado que los atormenta o alguna debilidad moral? Deben sumergirlo en el agua. Deben sumergirlo todo en el agua. En particular, deben sumergir en el agua todos sus placeres. En el Lejano Oriente y en muchos otros lugares, cuando alguien es sepultado, lo sepultan junto con todos los objetos que más ama, con sus objetos favoritos. En cierto sentido, esto es bíblico. Cuando las personas son bautizadas, ellas deben traer consigo todo aquello que aman para que sea sepultado en el agua. Debemos ayudarles a entender estos asuntos.
Después de que las personas sean bautizadas, debemos ayudarlas en cuatro asuntos. Primero, debemos ayudarles a orar diariamente y en secreto. Segundo, debemos ayudarles a estudiar la Palabra cada día. Tercero, debemos ayudarles que asistan regularmente a las reuniones de la iglesia. Cuarto, debemos ayudarles a que prediquen el evangelio. Así pues, ellas tienen que orar, estudiar la Palabra, asistir a las reuniones y traer a otros a la siguiente reunión para que se les predique el evangelio. Ellos deben ser los miembros más activos en la obra de predicación del evangelio que realiza la iglesia. Si no somos capaces de hacer esto o si no estamos dispuestos a hacerlo, fracasaremos. Todos los pecadores que vienen a la primera reunión del evangelio deben ser los predicadores en la siguiente reunión. Esto no depende tanto del Señor como de nosotros, y dependerá de cuánto laboremos nosotros y de cómo laboremos. Estoy seguro de que si laboramos de esta manera, veremos muy buenos resultados.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.