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Estudio-vida de 1 y 2 Reyespor Witness Lee

ISBN: 0-7363-1278-1
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ESTUDIO-VIDA DE 1 Y 2 REYES

MENSAJE VEINTITRES

CONCLUSION AL ESTUDIO-VIDA DE
LA HISTORIA DE LOS REYES DE ISRAEL

Con este mensaje concluimos el estudio-vida de la historia de los reyes de Israel.

HUBO UN TOTAL DE CUARENTA Y UN
REYES EN LA HISTORIA DE ISRAEL

En la historia de Israel hubo cuarenta y un reyes. Los tres primeros: Saúl, David y Salomón reinaron sobre todo el pueblo de Israel. Después de ellos, diecinueve reyes, de Roboam a Sedequías, reinaron sobre Judá, en el sur, y los otros diecinueve, de Jeroboam a Oseas, reinaron sobre Israel, en el norte.

NUEVE REYES
FUERON RELATIVAMENTE BUENOS
A LOS OJOS DE DIOS

Entre los cuarenta y un reyes, nueve de ellos, incluyendo a David, fueron relativamente buenos a los ojos de Dios, y treinta, incluyendo a Saúl, fueron malos. Los dos restantes, Salomón y Jehú, fueron buenos y a la vez malos.

Saúl

La falsa humildad de Saúl, su búsqueda de sus propios intereses y su ambición por el reinado, no sólo para sí mismo sino también para sus descendientes, quedó de manifiesto, como evidencia de que él no edificaba el reino de Dios sino una monarquía para sí mismo y para sus descendientes. Esto lo indujo a olvidarse de Dios y a buscar una adivina, una hechicera, para averiguar acerca de su destino.

David y Salomón

David fue un hombre conforme al corazón de Dios y agradó a Dios, pero cometió un pecado atroz, entregándose a sus apetitos sexuales, lo cual ofendió a Dios al grado que, en Su Palabra santa, este pecado se cita en varias ocasiones (1 R. 15:5; Mt. 1:6). David se convirtió en un ejemplo negativo de alguien que se entrega a las concupiscencias y que se casa con una mujer gentil. Esto afectó directamente a Salomón, quien después hizo lo mismo, complaciendo su concupiscencia y tomando muchas mujeres paganas por esposas, las cuales lo indujeron a la idolatría; esto le costó la pérdida de gran parte del reino de David, el reino que Dios le había dado, y tuvo una influencia negativa y duradera sobre la mayoría de los reyes, quienes también se entregaron a la lujuria y a la idolatría.

Por una parte, Salomón fue bueno, en el sentido de que expresó la sabiduría de Dios y que edificó el templo de Dios, pero por otra parte, fue perverso y se entregó a la concupiscencia, tomando setecientas esposas y trescientas concubinas, la mayoría de las cuales eran paganas, por lo cual cayó en la idolatría, edificando muchos templos a ídolos paganos.

Los treinta y ocho reyes restantes

De los otros treinta y ocho reyes, sólo ocho fueron relativamente buenos; no obstante, buscaron sus propios intereses y su propia gloria, y hasta cierto punto consideraron el reino de Dios como su propia monarquía, y no conocieron a Dios según la manera que El había dispuesto. No se negaron a sí mismos, ni a su hombre natural a fin de llevar una vida regida por el Espíritu de Dios. Veintinueve de ellos, entre los cuales sobresalen Jeroboam, Acab y Manasés, fueron los peores de todos, pues expresaron su maldad rebelándose, cometiendo asesinatos, usurpando el trono y derramando sangre inocente, todo con el fin de establecer sus monarquías, sin importarles en lo más mínimo el reino de Dios. De éstos sólo un rey, Jehú, fue malo y a la vez bueno.

UN CUADRO DESCRIPTIVO QUE MUESTRA COMO
LOS ELEGIDOS DE DIOS PUEDEN PARTICIPAR DE LA BUENA TIERRA Y EJERCER SUS DERECHOS

La manera en que estos cuarenta y un reyes vivieron, actuaron y llevaron a cabo sus actividades cotidianas y su carrera, describe claramente cómo los elegidos de Dios podían disfrutar de la buena tierra que Dios les había prometido y dado, y como podían ejercer sus derechos y llegar a ser el reino de Dios sobre la tierra, la cual Satanás, el enemigo de Dios, había usurpado. Esto tipifica y representa la manera en que nosotros podemos participar del Cristo que lo es todo, quien es la porción que Dios ordenó para nosotros, y ejercer todos los derechos que, en Cristo, Dios nos asignó para que nosotros, Su pueblo elegido y redimido, lleguemos a ser, en Cristo y con El, el reino de Dios sobre la tierra, la cual había usurpado el maligno, Satanás, el enemigo de Dios.

LA RAIZ MALIGNA DE LOS REYES MALOS:
RECHAZAR A DIOS Y VOLVERSE
A LOS IDOLOS PAGANOS

La raíz maligna de los reyes malos y del pueblo de Israel, fue rechazar a Dios, fuente de aguas vivas, y volverse a los ídolos paganos, cisternas rotas que no contienen agua (Jer. 2:13). Estos dos males los arrojaron en las aguas mortíferas de la idolatría, la concupiscencia y la injusticia, al derramar sangre inocente. Sus males ofendieron a su Dios a tal grado que El no apaciguó Su ira contra ellos y los entregó, primero en manos de los asirios, y luego en manos de los babilonios, quienes destruyeron y quemaron el templo santo y la ciudad santa, llevaron cautivo el pueblo santo a una tierra pagana llena de idolatría, y asolaron la tierra santa durante setenta años. Así, el pueblo elegido de Dios perdió el disfrute de la buena tierra que Dios les había asignado, y en lugar de seguir siendo los ciudadanos del reino de Dios en la tierra santa, fueron llevados cautivos a una tierra pagana.


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