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Perfeccionamiento de los santos y la edificación de la casa de Dios, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7391-3
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NUESTRA PRÁCTICA

La mejor práctica es que dos obreros viajen juntos. El principio bíblico es salir de dos en dos y laborar en coordinación (Mr. 6:7; Lc. 10:1). Los obreros pueden realizar conferencias relacionadas con la obra de edificación, ayudando a los santos en el asunto de la vida o en la lectura de la Palabra de Dios. Lo mejor es que vayan a diferentes lugares de dos en dos y laboren en coordinación. Entonces las iglesias en Taiwán tendrán la oportunidad de recibir el suministro de muchas personas dotadas. Más aún, algunos de los hermanos locales tendrán la oportunidad de levantarse y aprender a llevar la responsabilidad. Esto a su vez proveerá a los obreros más oportunidades de viajar.

Los obreros que viajan deben primero ir a los lugares que están cerca de la localidad donde se reúnen. Esto dará a los santos de su localidad la oportunidad de llevar más responsabilidad en la iglesia. Una vez que los santos locales sean capaces de llevar más responsabilidad, los obreros podrán ir a lugares más lejanos. Con el tiempo, los obreros así como los hermanos locales recibirán un entrenamiento práctico. Ésta es nuestra necesidad actual.

Algunos santos tal vez sientan que deben permanecer en un mismo lugar por muchos años; otros santos quizás estén de acuerdo con este cambio en nuestra práctica. En la Biblia encontramos muchos modelos. El apóstol Pablo permaneció en un lugar por tres años (Hch. 20:31), en otro lugar por un año y seis meses (18:11) y en diferentes lugares por períodos mucho más cortos (13:42, 44-52; 14:1-21; 17:2). Él era flexible, porque su labor se basaba en la necesidad. Por consiguiente, no debemos ser tan rígidos en nuestra labor como lo fuimos en el pasado, cuando nos quedábamos en un lugar por mucho tiempo y ocasionalmente visitábamos otros lugares. Es tiempo de viajar a otros lugares.

Las localidades que son nuevas tal vez aún no estén listas para este cambio, pero los santos locales de las localidades más establecidas deben tener la oportunidad de levantarse y servir. Aunque los obreros puedan orientar a los santos, su principal responsabilidad es la de impartir un suministro a las iglesias. Un obrero debe ser capaz de impartir un suministro incluso a la iglesia donde labora otro obrero. Por ejemplo, el obrero de la localidad A puede impartir un suministro a la localidad B, y el obrero de la localidad B puede impartir un suministro a la localidad A. De este modo, habrá un suministro mutuo, y la capacidad de vida y servicio en las iglesias locales se ensanchará.

Un obrero que viaja para impartir un suministro a las iglesias no debe abandonar su propia localidad. Así como Pablo regresaba a Antioquía, la localidad que lo había enviado, los obreros deben regresar a la localidad que los envió. Pablo fue enviado a laborar, pero regresó a Antioquía para tener comunión con los santos e impartirles un suministro. Él no abandonó a Antioquía. Pablo continuó cuidando de la iglesia en Antioquía mientras cuidaba de las iglesias que fueron levantadas entre los gentiles (14:26-28; 15:30, 35; 18:22-23). Los hermanos deben tener un entendimiento apropiado de este asunto, pero no es necesario establecer reglas respecto a cómo los obreros deben viajar. Los hermanos deben estar siempre listos para recibir la dirección del Señor de ir a visitar a las iglesias y brindarles una ayuda práctica. El tiempo que los obreros deban estar en un lugar depende de la dirección que el Señor les dé.

NO ES POSIBLE COORDINAR CON OTROS
SIN APRENDER CIERTAS LECCIONES

Sin embargo, tal vez no sea beneficioso que los obreros que no han aprendido ninguna lección vayan a otros lugares. Lo mejor es que estos obreros permanezcan en su localidad hasta que aprendan algunas lecciones. Todos tenemos una porción de suministro, y tenemos también nuestros problemas. Estos problemas nos impiden aprender lecciones. En algunos lugares los obreros y los santos locales no pueden coordinar juntos. Un obrero que no es capaz de coordinar con los santos locales aún no ha aprendido algunas lecciones. Todo obrero debe aprender ciertas lecciones a fin de poder coordinar con los santos de cualquier localidad. Cuando un obrero tiene problemas para coordinar con los santos locales, esta dificultad no se debe a los santos locales, sino más bien a que el obrero no ha aprendido algunas lecciones.

En un reciente entrenamiento dijimos que el carácter de un obrero debe ser tan maleable como el engrudo. El engrudo se puede aplicar sobre cualquier superficie. Puede aplicarse sobre superficies porosas o rugosas; puede aplicarse a superficies ásperas o lisas. Prácticamente no hay ninguna superficie a la que no se pueda aplicar el engrudo. Por consiguiente, si un obrero no es capaz de coordinar con los hermanos locales, muy probablemente se debe a que no ha aprendido las lecciones que hacen que su carácter sea tan maleable como el engrudo.

Los obreros que viajan a un lugar y ejercen señorío sobre los santos no han aprendido esta lección (1 P. 5:3). Los obreros que son tan maleables como el engrudo se sujetarán a los santos locales y estarán dispuestos a aprender de ellos. Si los hermanos locales necesitan que ellos barran el suelo, ellos lo barrerán. Los obreros deben estar dispuestos a aprender de los hermanos locales que toman la delantera. Primero debemos aprender de otros antes de guiarlos a que aprendan de nosotros. Si tenemos una mejor manera de barrer el suelo, los hermanos que toman la delantera se fijarán en ello y aprenderán de nosotros. No obstante, algunos obreros piensan que ellos han sido puestos para asumir toda la responsabilidad en determinado lugar. Por esta razón toman las riendas de todo y asignan a los santos que barran el suelo, muevan las mesas, organicen las sillas y hagan otros servicios. No está bien invalidar todo lo que otros han dispuesto.

Tampoco es apropiado que un obrero celebre una conferencia simplemente porque sabe más que los santos. Incluso si verdaderamente sabe algo, no es necesario que celebre una conferencia. Si hay necesidad de celebrar una conferencia, los hermanos de la localidad deben tomar la iniciativa y pedirle ayuda al obrero. Un obrero no debe insistir jamás en celebrar una conferencia simplemente porque fue enviado por los obreros para cuidar de la iglesia y suplir la necesidad allí.

Esto ha ocurrido en el pasado, e indica que los obreros que no han aprendido ciertas lecciones básicas no deben salir a ayudar a las iglesias. Los obreros que no han aprendido estas lecciones siempre están deseosos de viajar. Ellos quieren coordinar con los santos de otros lugares, cuando ni siquiera son capaces de coordinar con los santos de su propia localidad. Por consiguiente, los obreros que deseen viajar deben aprender algunas serias lecciones. En muchos casos, los obreros que desean viajar deben quedarse en su localidad, y los que están renuentes a viajar deben ser enviados para impartir un suministro a las iglesias. A menudo, los obreros que desean viajar tienen problemas en su localidad; es por ello que están deseosos de salir. Los santos también están contentos cuando estos obreros se van de viaje. Estos obreros no deben viajar. Cuando los obreros que quizás no desean viajar son enviados, los santos los echarán de menos porque estos obreros siempre están ocupándose de las necesidades de la iglesia. Tales obreros verdaderamente imparten un suministro a las iglesias. Ésta es una buena lección que debemos aprender.

Un obrero que no es capaz de coordinar con los santos locales debe examinarse a sí mismo. Los obreros deben aprender esta lección. Nunca debemos culpar a los santos y decir que ellos no pueden coordinar con nosotros. En vez de ello, debemos encontrar la razón por la que no podemos coordinar con ellos. Podemos comparar esto a un niño que está aprendiendo a escribir. No hay ningún problema con la pluma y la tinta; el problema es que al niño le falta práctica y destreza. Por consiguiente, cuando encontremos un problema, debemos examinarnos a nosotros mismos, y no a los santos. Debemos aprender esta lección.

Hay muchas cosas científicas que no entiendo, pero sí conozco y entiendo los asuntos espirituales. Debemos ser capaces de coordinar con cualquiera. Si aprendemos las lecciones espirituales, podremos coordinar con cualquier hermano.


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