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Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritupor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8302-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 14 Sección 4 de 4

Orar-leer la Palabra

Orar-leer la Palabra es otra manera en que podemos ser llenos en el espíritu (5:18-19; Col. 3:16). En las reuniones necesitamos evitar el sabor de ser ruidosos cuando oramos-leemos. Es bueno que liberemos el espíritu, pero si somos ruidosos, perderemos el sabor de la oración y la lectura. A veces podríamos pronunciar frases más largas a fin de mejorar nuestra manera de orar-leer, pero las frases no deberían ser demasiado largas. En ocasiones podríamos emitir de tres a cinco frases cortas. De este modo tendremos un rico sabor cuando oremos-leamos.

Deberíamos evitar tomar el camino fácil y ser metódicos. No deberíamos convertir una práctica en un procedimiento. Esto equivale a seguir reglas. Necesitamos ejercitar nuestro espíritu a fin de evitar ser metódicos. Sea que leamos la Biblia, oramos-leamos o cantemos, deberíamos evitar seguir un procedimiento. Más bien, siempre deberíamos abrirnos al Señor y permitir que el Espíritu Santo fluya libremente. Lo que hagamos tiene que ser en el espíritu, no conforme a la letra. Debemos tener un espíritu abierto, y tenemos que estar en el espíritu, pues la realidad de la iglesia se halla en nuestro espíritu.

VESTIRNOS DEL NUEVO HOMBRE
EN NUESTRO ESPÍRITU

A fin de tener la realidad de la iglesia en nuestro espíritu, primero debemos ser llenos de Dios. Cuando seamos llenos de Dios, nuestra mente estará ocupada con el Espíritu y seremos renovados en el espíritu de nuestra mente (Ef. 4:23). A fin de tener la realidad de la iglesia, también necesitamos vestirnos del nuevo hombre. Cuando somos renovados en el espíritu de nuestra mente, nos vestimos de la iglesia como nuevo hombre (v. 24) y vivimos en la iglesia. El nuevo hombre es la iglesia; por tanto, vestirnos del nuevo hombre equivale a vestirnos de la iglesia y vivir en la iglesia. Cuando tenemos nuestro vivir en el espíritu y andamos en él, estamos en la vida de iglesia. Esto es lo que el Señor desea ganar.

El Señor no desea meramente un grupo de personas que hayan sido salvas y vayan en pos de Él al leer la Biblia, orar y asistir a las reuniones. Esto no satisfará Su corazón. Tenemos que ser llenos en nuestro espíritu con el Espíritu y permitirle ocupar todo nuestro ser. Ésta es la manera en que somos renovados en el espíritu de nuestra mente y nos despojamos de nuestra vieja manera de vivir, la vieja sociedad y las viejas relaciones. Ésta también es la manera en que nos vestimos del nuevo hombre, que es la iglesia. El nuevo hombre es un asunto de nuestro vivir. Por tanto, cuando nos vestimos del nuevo hombre, estamos en la vida de iglesia.

SER LA MORADA DE DIOS
EN NUESTRO ESPÍRITU

Tener la realidad de la iglesia equivale a ser la morada de Dios en el espíritu (2:22). Nuestro espíritu es la morada de Dios. Esto significa que somos edificados juntamente en el espíritu, no sólo en el Espíritu Santo, sino aún más en nuestro espíritu humano, a fin de ser la morada del Espíritu Santo. Entonces Dios tendrá un lugar de reposo en la tierra y Él hará Su hogar en nuestros corazones (3:17). Nuestro vivir será la morada de Dios, es decir, Su lugar de reposo. Dios está en el cielo, pero Él busca ganar una morada en la tierra. Cuando seamos la morada de Dios, no estaremos ocupados con pecados, ni amaremos el mundo ni nos preocuparemos por nuestro yo. Estaremos conjuntamente edificados en el nuevo hombre para ser la morada de Dios en el espíritu.

LLEGAR A SER EL EJÉRCITO DE DIOS
EN NUESTRO ESPÍRITU

Cuando tengamos la realidad de la iglesia, no sólo seremos la morada de Dios, sino también Su ejército, y combatiremos la guerra espiritual (6:10-20). Esta guerra espiritual será librada en nuestro espíritu por medio de toda oración y petición, tomando la espada del Espíritu, el cual es la palabra de Dios. Deberíamos orar en todo tiempo en el espíritu. Esto no se refiere a orar por cosas comunes, sino se refiere a la guerra espiritual, es decir, a derrotar el enemigo de Dios con oración y usar la oración para aniquilar la autoridad de las tinieblas. Por una parte, la iglesia es la morada de Dios, donde Él puede hacer Su hogar y, por otra, la iglesia es un ejército que combate por Dios a fin de apresurar la venida de Su reino.

Ésta es la realidad de la iglesia. Esta realidad es Cristo, y es Cristo mezclado con nosotros. La realidad de la iglesia consiste en que nosotros vivamos conjuntamente en el espíritu para llegar a ser la morada de Dios y el ejército de Dios. La realidad de la iglesia es completamente un asunto del espíritu.

ABANDONAR LOS MÉTODOS Y LAS REGULACIONES
Y HACERLO TODO CONFORME AL ESPÍRITU

Que el Señor abra nuestros ojos para que veamos que la realidad de la iglesia se halla en nuestro espíritu. Necesitamos abandonar nuestros procedimientos, métodos, rituales, regulaciones y prácticas. En nuestra vida diaria tenemos que vivir en el espíritu y permitir que el Señor sea nuestra persona. En vez de seguir métodos u ordenanzas en las reuniones, cada santo debería ejercer su función conforme al Espíritu. No necesitamos cantar primero u orar primero ni incluso leer la Biblia primero. Cuando leamos la Biblia, no necesitamos seguir un método particular. Todas nuestras actividades deberían efectuarse en nuestro espíritu mezclado. Entonces el Señor será expresado, y Él ganará una morada y un ejército. Esto es lo que el Señor desea ganar hoy.

Esto no quiere decir que no debamos leer la Biblia u orar. Debemos leer la Biblia con nuestro espíritu y debemos orar con nuestro espíritu. Tenemos que hacerlo todo en nuestro espíritu. Entonces nuestra vida de reunión y nuestra vida diaria serán una sola vida en vez de ser dos vidas desvinculadas. Nuestras reuniones serán la expresión de nuestro vivir. Entonces nuestras reuniones no serán una actuación, sino un testimonio.

Que el Señor tenga misericordia de nosotros, y que Su sangre preciosa nos cubra para que aprendamos a volvernos a nuestro espíritu y pongamos en práctica el abandonar todo lo viejo. Si nos ejercitamos para vivir en nuestro espíritu en nuestra vida diaria, todo lo que hagamos en las reuniones estará en conformidad con el Espíritu.


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