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ESTAR GOZOSOS EN EL ESPÍRITU

Romanos 14:17 dice: “El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”. Tenemos la justicia para con nosotros mismos, la paz para con los demás y el gozo para con el Espíritu Santo. Necesitamos estar gozosos en el espíritu. Un cristiano debe ser una persona gozosa. Esto no significa que nuestras circunstancias serán maravillosas. Quizás verdaderamente significa que estamos en un “horno” como los tres amigos de Daniel (Dn. 3:19-20, 25). Ellos estaban en el horno ardiente, pero aún estaban gozosos. Nuestro entorno y nuestras circunstancias quizás sean miserables, pero nosotros mismos debemos estar gozosos. Si entre nosotros y Dios no hay gozo, estamos mal. Si estamos bien con Dios, siempre habrá gozo, incluso si sufrimos. Cuando los apóstoles Pablo y Silas fueron echados a la cárcel, su entorno era terrible, pero ellos estaban gozosos (Hch. 16:23-25). Para ellos, no estaban en la cárcel, sino en Dios. Para ellos, la cárcel era sencillamente el representante de Dios, y ellos estaban en Él (Ef. 4:1). Por lo tanto, ellos estaban gozosos.

Si no estamos fervientes y gozosos, debemos estar mal de alguna manera. Cuando estamos fervientes en nuestro espíritu y gozosos en el Espíritu Santo, disfrutamos a Dios, reinamos como reyes en vida, andamos en novedad de vida y servimos en la novedad del espíritu. En nuestro servicio no les daremos una sensación de vejez a las personas. Más bien, en nuestro servicio y ministerio siempre les daremos a otros una sensación de frescura y novedad. Es posible que nuestro mensaje sea el mismo, pero la impresión será de novedad y frescura.

LA REVELACIÓN HALLADA
EN EL LIBRO DE ROMANOS

Tener novedad y frescura exige que andemos en el espíritu y conforme al espíritu, que pongamos nuestra mente en el espíritu, que estemos fervientes en espíritu y gozosos en el Espíritu Santo. De esta manera, nos gloriaremos en Dios y le disfrutaremos como nuestra porción. Espontáneamente reinaremos en vida como reyes, andaremos en novedad de vida y serviremos en la novedad del espíritu. Esto es lo que el libro de Romanos nos dice. Entonces, todos los asuntos mencionados en la última porción de este libro, del capítulo 12 al 16, son las cosas que disfrutaremos en nuestro espíritu. Cuando disfrutamos a Dios en un espíritu ferviente y gozoso, tenemos todos estos asuntos.

El libro de Romanos se compone de tres secciones. La primera parte nos dice que hemos sido justificados en Cristo y la segunda parte nos dice que andemos en el espíritu. Luego, la última parte nos dice que a medida que andamos en el espíritu, llegamos a relacionarnos unos con otros para ser el Cuerpo vivo de Cristo que le expresa a lo sumo. El Cristo que estuvo en la cruz como Cordero redentor está en nosotros actualmente como Espíritu vivificante, mezclándose con nuestro espíritu humano. Ahora Él y nosotros somos un solo espíritu. Por lo tanto, siempre debemos considerar este espíritu, poner nuestra mente en el espíritu, vivir y andar conforme a este espíritu y orar en el espíritu, permaneciendo allí para pasar tiempo en la presencia del Señor a fin de que nuestro espíritu esté ferviente y lleno de gozo. Disfrutaremos al Señor, reinaremos en vida, andaremos en novedad de vida y serviremos en novedad de espíritu. Entonces todo nuestro ser será transformado por la renovación de la mente y seremos hechos conformes a la imagen del Hijo de Dios. De este modo, seremos los verdaderos hijos de Dios y los miembros vivos de Cristo, quienes están relacionados unos con otros y edificados juntamente como Cuerpo vivo para expresar a Cristo. Éste es el mensaje del libro de Romanos. Acudo al Señor pidiendo que tenga misericordia de nosotros para que todos podamos ver estos asuntos. El punto clave es que necesitamos volvernos a nuestro espíritu, permanecer allí y andar y vivir conforme a este espíritu. Entonces todas las cosas buenas en este libro se llevarán a cabo.