Lo que el reino es para los creyentespor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7228-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La Palabra de Dios revela que Él le ha dado el reino, la autoridad y la gloria a Su Hijo. El Hijo de Dios, el Señor Jesús, ha hecho todo lo relacionado con recibir el reino y ejercer la autoridad. Ahora sólo una cosa falta: no hay suficientes personas en la tierra que estén dispuestas a someterse a Su autoridad. Así que, Él nos salva por medio del evangelio con el fin de hacernos Su reino. Sin embargo, este concepto, este pensamiento, no ha prevalecido en la iglesia en el pasado. Son muy pocos los que han tenido el concepto de que son salvos para ser el reino del Señor. Por esta razón, el Señor no ha podido establecer Su reino en la tierra.
Por deducción lógica, puesto que toda autoridad en el cielo y en la tierra le ha sido dada al Señor (Mt. 28:18), Él debería reinar. Sin embargo, las personas en la tierra se rebelan contra Él; son pocos los que se someten a Su autoridad. Ésta es la razón por la cual el Señor envió a Sus discípulos a predicar el evangelio en toda la tierra y hacer discípulos a todas las naciones (v. 19).
Mateo 28 claramente dice que la meta del evangelio es hacernos los discípulos del Señor. Toda autoridad en el cielo y en la tierra le ha sido dada al Señor, y el Señor nos ha enviado a predicar el evangelio para que hagamos discípulos a todas las naciones. El significado de la palabra discípulo es diferente del significado de la palabra creyente. El énfasis de la palabra creyente es creer en el Señor. Cuando una persona cree en el Señor, ella llega a ser un creyente. Podríamos decir que una vez que una persona cree, todos los problemas son resueltos, y ella llega a ser un creyente. La palabra discípulo en griego tiene el sentido enfático de ser adiestrado y guiado. Por lo tanto, un discípulo es alguien que ha sido adiestrado, gobernado y disciplinado. En otras palabras, es alguien que ha sido disciplinado por la autoridad y que se somete a la autoridad.
Cuando nosotros creemos en el Señor, llegamos a ser creyentes. Sin embargo, el Evangelio de Mateo dice que el propósito de creer en el Señor es que lleguemos a ser Sus discípulos. Por un lado, la Biblia revela que el evangelio es el evangelio de la gracia, cuya finalidad es que lleguemos a ser creyentes por medio de la fe; por otro, la Biblia dice que el evangelio es el evangelio del reino, cuyo objetivo es que lleguemos a ser los discípulos del Señor, aquellos que son adiestrados, gobernados, disciplinados y tratados minuciosamente por la autoridad del Señor. Según el evangelio de la gracia, Dios se complace en darnos gratuitamente la gracia, y nosotros podemos recibirla simplemente creyendo. Sin embargo, este evangelio es también el evangelio del reino, mediante el cual Dios desea someternos al gobierno de la autoridad celestial de modo que lleguemos a ser Su reino, aquellos que son gobernados por la autoridad de Dios.
Mateo nos revela el evangelio del reino (24:14). El capítulo 28 dice que toda autoridad en el cielo y en la tierra le ha sido dada al Señor (v. 18). El Señor desea gobernar y reinar, pero son pocos en la tierra los que están dispuestos a ser gobernados por Él. Por esta razón, Él envió a Sus discípulos a que predicaran el evangelio del reino. En Mateo el evangelio es llamado el evangelio del reino. El evangelio que el Señor mandó a Sus discípulos a predicar es el evangelio del reino, el cual consiste en traer personas a Él y hacerlas discípulos, a fin de que sean guiadas, adiestradas, enseñadas, tratadas minuciosamente y gobernadas por Él en Su reino. Esto es lo que significa ser un discípulo.
Ser un creyente hoy en día es más bien sencillo y fácil, pero no es igual de sencillo ser un discípulo. Lucas 14 narra que cuando muchos vinieron a seguir al Señor Jesús, Él les dijo que si alguno no aborrece a su padre y madre, su mujer, sus hijos, y sus hermanos y hermanas, y aun la vida de su alma, no puede ser Su discípulo (v. 26). El Señor no dijo que tal persona es indigna de ser Su discípulo, sino que no puede ser Su discípulo. Ser un creyente es algo sencillo, mas ser un discípulo no lo es. A fin de ser discípulos, no sólo tenemos que amar al Señor sobre todas las cosas, sino también aborrecer todo lo que no sea el Señor. No sólo tenemos que darle al Señor la posición más elevada, sino también la única posición.
En Lucas 14:27 el Señor también dijo que el que no lleva su propia cruz y viene en pos de Él, no puede ser Su discípulo. En Lucas 14 el Señor dijo la frase no puede ser Mi discípulo tres veces (vs. 26, 27, 33). En el último caso dijo: “Así, pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser Mi discípulo”. Ser un creyente es sencillo. Una vez que oramos, confesamos, nos arrepentimos, creemos y recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, somos creyentes, personas salvas. Sin embargo, no es suficiente simplemente ser un creyente. Todo creyente debe también ser un discípulo, alguien que es adiestrado, gobernado, guiado, disciplinado y tratado minuciosamente por el reino del Señor. Debido a que el Señor desea que estemos en Su reino y que seamos adiestrados bajo Su autoridad, después que llegamos a ser creyentes, debemos aprender a someternos a Su autoridad a fin de llegar a ser Sus discípulos.
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