Fe cristiana normal, Lapor Watchman Nee
ISBN: 978-0-87083-779-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Una vez en una reunión en la Universidad de Nanking, comenté que ningún ateo es moral. Había allí muchos estudiantes que no creían en Dios. Ellos se ofendieron muchísimo con esas palabras. Al día siguiente, mientras yo hablaba, ellos empezaron a arrastrar los pies con la intención de distraerme a mí y al auditorio. Al siguiente día cuando volvieron, me hicieron gestos de burla durante mi mensaje. Al cuarto día el vicerrector de la universidad, el doctor Williams, se acercó y me dijo: “Creo que sería mejor cambiar el lugar de reunión. Estos estudiantes se pusieron furiosos con la afirmación que usted hizo el primer día, que los ateos son inmorales. Hoy no van a usar solamente los pies y la boca, sino que van a usar los puños. Oí que van a esperar a la entrada del corredor y que saltarán sobre usted cuando entre”. Estuve de acuerdo con el arreglo y conduje la reunión en otro lugar. Cuando iba para la reunión junto con algunos estudiantes, escuché sus conversaciones. Aunque muchos no estaban de acuerdo conmigo y estaban molestos por mi predicación, querían seguir oyendo. Uno de ellos dijo: “El señor Nee dijo que las personas que no tienen a Dios no tienen sentido de responsabilidad. Eso es perfectamente cierto. ¿Cómo puede una persona decente arrastrar los pies y hacer gestos mientras otro está dando un discurso? Ayer causaron disturbios en la reunión, y hoy quieren pelear. Indudablemente una persona honorable no haría tal cosa. No hay duda de que los que no creen en Dios no tienen decencia. Vayamos a la reunión y no nos preocupemos por lo que ellos planeen hacer”.
Una vez un muchacho le dijo a un predicador: “Cuando yo era joven, creía seriamente en Dios. Pero ahora que estoy en la universidad, ya no puedo creer en El”. El predicador, que tenía cincuenta años, palmeó al joven en el hombro y le dijo: “¿Con que ya no crees en Dios, hijo? Déjame hacerte una pregunta: Desde que te convertiste en ateo, ¿has mejorado moralmente? ¿El ateísmo te ha ayudado a mejorar? ¿Ha hecho tus pensamientos más limpios o tu corazón más puro? O ¿sólo ha producido lo opuesto?”. El joven se sintió avergonzado. Admitió que desde que había empezado a negar a Dios iba moralmente cuesta abajo. El predicador continuó: “Me temo que realmente no estás diciendo que crees que Dios no existe, sino que desearías que no existiera”.
Muchas personas no están realmente convencidas de que Dios no existe; solamente desearían que así fuera. Les gustaría que no hubiera Dios en el universo. Esto les convendría mucho en muchos aspectos.
Yo mismo era una de esas personas. Cuando era un estudiante decía que Dios no existía. Aunque era extremadamente firme en mi declaración, algo dentro de mí parecía protestar y decir: “Dios sí existe”. En lo profundo de mi corazón sabía que Dios existía. Pero mis labios rehusaban admitir eso a fin de tener excusa para pecar. Al decir que Dios no existía, tenía justificación para ir a lugares pecaminosos. Si Dios no existía, me atrevía a pecar. Cuando usted cree en Dios, no se atreve a hacer ciertas cosas. Cuando se deshace de Dios, se siente libre para cometer los peores pecados sin ninguna clase de temor. Si desea sinceramente elevar su nivel moral al afirmar la inexistencia de Dios, entonces sus argumentos aún son aceptables. Sin embargo, la única razón por la que los hombres proclaman que Dios no existe es buscar una excusa para su iniquidad, inmoralidad, liviandad e indecencia. Por consiguiente, sus argumentos no son dignos de consideración. La pregunta es ésta: “¿Está usted calificado para declarar que Dios no existe?”. Si su esperanza es solamente escapar de la justicia, ya perdió su base.
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