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Economía de Dios, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-536-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 24 Sección 3 de 3

LA MENTE, EL CORAZON Y LA IMAGEN

Ahora, volvámonos a nosotros mismos y consideremos lo que somos como recipientes. No piense que somos tan simples. Creo que los médicos pueden decirnos que el cuerpo humano es muy delicado y complejo. Un ser humano no es un recipiente tan simple como una botella que contenga algún refresco; por el contrario, el hombre tiene muchas diferentes partes. A esto se debe que debamos conocer las diferentes partes del hombre tanto como las tres Personas de Dios a fin de dar en el blanco de la economía de Dios. La economía de Dios tiene que ver con Sus tres Personas, y el centro de Su economía tiene que ver con nuestras diferentes partes.

Muchos de nosotros sabemos manejar. Pero es imposible manejar un carro si no conocemos algunas de sus partes. Debemos aprender por lo menos cuáles son las partes esenciales para manejarlo. Por ejemplo, debemos identificar y localizar partes tales como el freno, la palanca de cambios, el encendido, etc. Si no conocemos las partes del carro, no sabremos cómo manejarlo. Del mismo modo, para que nos demos cuenta de cómo podemos contener a Dios, debemos conocer las diferentes partes de nuestro ser.

Consideremos cuántas partes pueden encontrarse en un corto pasaje en 2 Corintios 4. En el versículo cuatro vemos el entendimiento y en el versículo seis vemos el corazón. En este pasaje se pueden encontrar por lo menos dos partes, el entendimiento y el corazón. Es posible que usted haya sido cristiano por muchos años, y hasta este preciso momento usted no sabía la diferencia que hay entre el entendimiento y el corazón. Leemos que el enemigo puede cegar el entendimiento y que la luz de Dios puede resplandecer en el corazón. El dios de este siglo ciega el entendimiento de los incrédulos, pero Dios hace brillar Su luz en el corazón de los creyentes. Quizás usted creía que entendía esta parte de la Palabra, pero nunca había considerado que aquí hay dos partes del ser humano.

Antes de definir el entendimiento y el corazón mencionados en las Escrituras, usemos una cámara fotográfica como ejemplo. Una cámara fotográfica se hace para captar algo en su interior. Tomar una fotografía significa hacer pasar algo al interior de la cámara. Cuando visité Tokio, usé mi cámara para introducir a Tokio en la cámara. Mi intención era que una imagen que estaba afuera de la cámara fuera llevada adentro de la cámara.

¿Qué fue lo que necesité para introducir una imagen en la cámara? Tres cosas principales: la lente por fuera, el rollo por dentro y la luz. Con estas tres cosas, un objeto puede ser captado dentro de la cámara. Hace varios años tomé algunas fotografías mientras viajaba en un tren. Después de haber revelado los rollos de película, muchas de ellas estaban veladas. ¿Qué había ocurrido? Me di cuenta de que había sido tanta mi prisa por tomar las fotografías, que se me había olvidado quitar el protector de la lente. La lente había sido cegada por el protector.

Muchas veces, cuando un incrédulo viene a oír un buen mensaje del Evangelio, pensamos: “¡Oh, sin duda esta noche este hombre será salvo!” Pero al final él todavía está velado. El enemigo de Dios ha cegado su mente. La mente es el órgano del entendimiento, y Satanás ha cegado el entendimiento de este oyente. No importa cuán bueno sea el mensaje y cuánto haya oído, su entendimiento ha sido cegado o cubierto. Su mente todavía está velada, nada ha sido captado.

Hace treinta años el hermano Watchman Nee estaba predicando el evangelio, diciéndole a la gente que la intención de Dios no era que nosotros hiciéramos el bien. El bien no significa nada para Dios. El enfatizó mucho este punto, de tal manera que quedó muy claro. Un hermano había llevado un amigo a la reunión y, durante el mensaje, de vez en cuando miraba a su amigo, notando que siempre asentía con la cabeza como si hubiera entendido. El hermano estaba muy contento, pensando que su amigo había escuchado cuidadosamente y que había recibido todo. ¿Saben qué pasó? Después de la reunión, el hermano le preguntó a su amigo: “¿Qué piensas del mensaje?” A lo que aquél contestó: “¡Sí, todas las religiones animan a la gente hacer el bien!” Sin embargo, en su mensaje el hermano Nee había enfatizado muy claramente que Dios no tenía la intención de pedirle al hombre que hiciera el bien. La respuesta de ese hombre indicó que su entendimiento había sido cegado por el enemigo. Muchas veces necesitamos orar que Dios ate al dios de este siglo, que ate su obra cegadora durante un mensaje. Esto simplemente significa quitar el protector de la lente.

Después de quitar el protector, necesitamos el rollo de película adecuado. Sin el rollo apropiado, aunque la lente esté bien, nada se logrará. No podemos tomar una buena fotografía si estamos usando un rollo inadecuado. El rollo representa nuestro corazón. Nuestro entendimiento es como la lente y nuestro corazón es como el rollo. Por lo tanto, nuestro corazón debe estar apropiadamente sintonizado y ajustado. Necesitamos la lente y también necesitamos el rollo. Necesitamos la mente que entiende y también necesitamos el corazón que recibe. El corazón debe ser puro, limpio, correcto y ajustado.

No obstante, aun si tuviéramos la lente y el rollo de película, todavía nos hace falta la luz. Necesitamos que la luz brille a través de la lente y llegue a la película. La luz divina de la gloria de Dios brilla en nosotros para darnos la imagen y la fotografía de Cristo. Esta misma imagen de Cristo es el tesoro que está en los vasos de barro. Por medio de este ejemplo podemos darnos cuenta de la manera en que necesitamos tratar con nuestro entendimiento y con nuestro corazón. Es precisamente lo mismo que en la cámara: Debemos saber cómo ajustar la lente y cómo usar la película. Si no sabemos cómo manejar la lente y la película, jamás podremos obtener una fotografía adecuada.

Las experiencias espirituales son precisamente como tomar fotografías. Nosotros mismos somos las cámaras, y debemos aprender a usar nuestra cámara para recibir a Dios en Cristo como la fotografía. Es de lamentar que muchos queridos cristianos simplemente no saben tratar con su entendimiento ni con su corazón. De hecho, ni siquiera saben que ellos mismos son cámaras.

Hablando con propiedad, el cristianismo no es una religión que enseña a la gente a hacer esto o aquello. Es simplemente Cristo mismo, el Viviente, forjándose en nosotros. El es el objeto mismo, la figura misma, y nosotros somos la cámara. Como el objeto, El debe ser introducido en nosotros por medio de que la luz divina brille sobre la película, pasando a través de la lente. Día tras día y momento tras momento necesitamos que la luz divina haga brillar más de la imagen de Cristo a través del entendimiento de la mente a fin de que le recibamos a El en nuestro corazón. Por lo tanto, debemos aprender a ajustar la mente y el corazón.

¿Qué son las experiencias espirituales? Son simplemente las fotografías que de Cristo han sido tomadas en nosotros, las cámaras, y que han sido impresas en nuestra película espiritual. En algunos cristianos la lente casi siempre está cubierta y la película por lo general está inadecuadamente ajustada. Si ustedes miran el rollo de película de éstos verán que no hay fotografías; todas las fotografías en el rollo están veladas porque no hay experiencias de Cristo. Pero si el apóstol Pablo viniera y abriéramos su cámara y sacáramos el rollo de película, veríamos que cada fotografía es un retrato lleno de Cristo. Todo depende de qué tanto ajustemos la lente y cuidemos de la película, es decir, depende de qué tanto tratemos con nuestra mente y sintonicemos apropiadamente nuestro corazón. Si hacemos bien esto, siempre que la luz divina brille en nosotros, la imagen de Cristo se hará brillar dentro de nosotros. Tendremos una hermosa fotografía de Cristo. Esto es la economía de Dios y su centro.

Ahora sabemos la importancia de conocer nuestras diferentes partes. Fuimos hechos para contener a Dios en cada parte. Debemos seguir adelante para conocerlas todas, aún más que el entendimiento y el corazón. En el siguiente capítulo consideraremos en detalle todas las partes, y más adelante consideraremos cómo funcionan y cómo ajustarlas.


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