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“IGLESIAMOS” PARA EDIFICAR EL ARCA DE HOY

Hoy en el recobro del Señor estamos “iglesiando”; es decir, estamos practicando la vida de iglesia apropiada a fin de edificar el arca de hoy. Para muchos en el cristianismo degradado, su Cristo es como una canoa, como un tronco que ha sido tallado. Sin embargo, en el recobro del Señor, nuestro Cristo es el arca, una entidad corporativa que no solamente es edificada por Dios, sino también por aquellos que le buscan. Hoy en día estamos iglesiando a fin de edificar el arca en la cual seamos salvos no sólo de la perdición eterna, sino también de esta generación torcida y perversa. El arca salvó a Noé y su familia no sólo de la perdición bajo el juicio de Dios, sino también de la generación perversa de sus días. Además, el arca llevó a Noé y su familia a salvo por las aguas del diluvio, las aguas de la muerte, y los introdujo en la “resurrección”, tipificada por el arca que vino a reposar sobre los montes de Ararat (Gn. 8:4), en la cual ellos vivían en calidad de reino de Dios en la tierra. Asimismo, nuestro Cristo, nuestra verdadera arca, no sólo nos salva de la perdición eterna, sino también de la era presente maligna y nos introduce en la resurrección para que se manifieste la vida del reino en la próxima era. Éste es el Cristo que tenemos en la vida de iglesia hoy.

Los cristianos fundamentalistas se oponen férreamente a la idea de la salvación por medio de las obras. En el pasado yo estuve bajo la influencia de este fundamentalismo. En un sentido, este concepto es correcto, pero no en todo sentido. Filipenses 2:12b dice: “Llevad a cabo vuestra salvación con temor y temblor”. No es necesario que llevemos a cabo nuestra salvación de la perdición eterna, pues Cristo efectuó esta salvación una vez para siempre en la cruz. No obstante, hay otra clase de salvación, la cual nos libra de esta generación torcida y perversa y nos hace resplandecer como luminares, enarbolando la palabra de vida (vs. 15-16). Esta salvación subjetiva requiere nuestra labor, la cual emana de la cooperación que brindamos a Dios. En realidad, ninguno de nosotros puede hacer esta labor en sí mismo, pero gracias a que Dios opera en nosotros, podemos llevar a cabo nuestra salvación. Es por eso que el versículo 13 dice: “Porque Dios es el que en vosotros realiza así el querer como el hacer, por Su beneplácito”. Dios opera en nosotros hoy. Por lo tanto, nuestra labor consiste en cooperar con Su operación.

Estamos en el recobro del Señor hoy para edificar la iglesia según la revelación de Dios en esta era. La revelación divina actual nos es dada para que edifiquemos la iglesia como arca, no para que seamos salvos de la perdición eterna, sino para que seamos salvos de la era maligna actual e introducidos en la era venidera del reino a fin de que se cumpla el propósito eterno de Dios. Estados Unidos es un país con una larga historia del cristianismo tradicional. No es necesario que venga nadie del Lejano Oriente a hablarles a los estadounidenses acerca del cristianismo. Sería mejor si los estadounidenses enviaran un misionero al Lejano Oriente para hablarles a los chinos paganos acerca del cristianismo. No obstante, lo cierto es que Dios necesitaba que alguien viera Su revelación y luego fuera enviado a los Estados Unidos para decirles a las personas cuál es la intención de Dios hoy.

Damos gracias a Dios por todos los antepasados piadosos que nos precedieron y por todos los caminos piadosos que heredamos de ellos. Sin embargo, Dios no tiene la intención de detenerse con lo que hemos heredado. Cada vez que tomo mi bolígrafo para escribir las notas de pie de página para los libros del estudio-vida de la Biblia, el Señor me encarga firmemente que no empiece leyendo otros comentarios bíblicos. Si empezara consultando otros libros, me dejaría influenciar por la perspectiva vieja y tradicional. No hay duda de que fueron reveladas muchas cosas buenas a los que nos precedieron, pero Dios tiene algo más que revelarnos a nosotros hoy. El Señor me ha dicho que me mantenga vacío, que mantenga mi ser como una tierra virgen, a fin de permitirle venir y mostrarme algo nuevo. Puedo testificar que al escribir las notas de pie de página para los estudios-vida de Génesis, Romanos, Juan y Hebreos, he visto muchos puntos nuevos; ha resplandecido nueva luz.

Al escribir las notas de pie de página para el Estudio-vida de Hebreos, vi que hoy nosotros somos socios de Cristo (3:14). La mayoría de los cristianos probablemente nunca haya oído que nosotros somos socios de Cristo. Sin embargo, necesitamos ver que Cristo es el Operador de la economía de Dios en el universo y que nosotros somos Sus socios en esta operación. El texto griego de Hebreos nos revela que no sólo somos los compañeros de Cristo, sino también Sus socios. Cuando vi esto, me sentí muy animado. Ahora conozco el valor, la excelencia, la preciosidad, del libro de Hebreos. Este libro revela algo único, a saber: nosotros somos los socios de Cristo y, como tales, compartimos con Él los intereses de Dios en Su economía. Pese a que tengo muchos libros antiguos que amplían el libro de Hebreos, el Señor me dijo que no los estudiara antes de escribir mis notas. Después que escribí las notas, abrí esos libros y comparé lo que había visto con lo que ya les había sido revelado a los escritores de esos libros. Descubrí que el Señor me había revelado mucha nueva luz y muchos puntos nuevos.

Dios está avanzando hoy; Él sigue laborando. Lo que el Señor está haciendo en la tierra no es simplemente salvar a las personas ni tampoco ayudarlas a ser espirituales. El Señor no ha regresado aún porque todavía está esperando que el arca de hoy sea edificada. Una vez que el arca esté lista, el Señor vendrá. Cuando la vida de iglesia sea apropiada, cuando el testimonio de la iglesia en el recobro del Señor haya madurado, el Señor dirá: “Ha llegado el momento en que debo regresar”. Por lo tanto, la vida de iglesia apropiada es el peldaño, la cabeza de playa, que le permitirá al Señor regresar. Estamos aquí con un propósito, el de satisfacer a nuestro Dios, un Dios de propósito. Este propósito se lleva a cabo en la vida de iglesia.