CAPÍTULO DIECISIETE

LA ASCENSIÓN Y LA ORACIÓN

I. EL EJEMPLO DADO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

En la tipología del Antiguo Testamento, tanto el Lugar Santo como el Lugar Santísimo denotan los cielos o la esfera celestial. Que el altar de las ofrendas esté en el atrio indica que la cruz se llevó a cabo en la tierra; asimismo, el que el altar del incienso esté en el Lugar Santo indica claramente que la posición que corresponde a la oración debe estar en la esfera celestial. La oración no se realiza en la esfera terrenal, sino en la esfera celestial. Aunque nosotros los seres humanos estamos en la tierra y pareciera que estamos orando en la tierra, toda oración que es aceptable a Dios debe expresarse en la esfera celestial. El atrio es útil para ofrecer los sacrificios, pero no para quemar el incienso. Se debe quemar el incienso en el Lugar Santo. El altar del incienso no está colocado en el atrio, sino en el Lugar Santo. Esto nos indica que la oración debe estar en la esfera celestial.

II. LA POSICIÓN DE ASCENSIÓN

La resurrección es una vida, mientras que la ascensión es una posición. Siempre que hablemos de la resurrección, debemos saber que es un asunto de vida. Igualmente, siempre que hablemos de la ascensión, debemos entender que es un asunto de posición. Efesios 2 dice que nosotros los creyentes, cuando se nos dio vida juntamente con Cristo, fuimos resucitados, ascendidos y sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales. El hecho de que se nos diera vida significa que obtuvimos vida; ser resucitado es vivir en vida, y ser ascendido es conseguir una posición celestial. Sin embargo, puesto que es evidente que estamos en la tierra, ¿cómo podemos estar sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales? Debemos saber que, en el texto original griego, los “lugares celestiales” aquí no se refieren al cielo físico, sino que aluden a cierta clase de condición celestial, de atmósfera celestial y de naturaleza celestial. Sin duda alguna, en cuanto a ubicación, aún no estamos en los lugares celestiales hoy; pero en cuanto a la condición, la atmósfera y la naturaleza, estamos definitivamente en los lugares celestiales. Éste es el significado de los “lugares celestiales” mencionado en Efesios 2. Nosotros hemos alcanzado tal naturaleza celestial y tal condición celestial en el Cristo resucitado y ascendido. Ésta es nuestra posición.

Demos un ejemplo aquí. Supongamos que visito una colonia estadounidense en las Filipinas. Allí el idioma, la comida, la vivienda, las personas, y todo lo que hacen, son típicos de los Estados Unidos. Geográficamente hablando, estoy en las Filipinas, y no en los Estados Unidos; pero la atmósfera y la naturaleza me hacen sentir que, sin duda, estoy en los Estados Unidos. Así que, los “lugares celestiales” mencionados en Efesios 2 no se refieren a un lugar, sino a cierto tipo de atmósfera y de naturaleza. Por supuesto, por otra parte, los “lugares celestiales” también denotan el lugar. Todos los que oran deben entender que la ascensión está relacionada con la posición, y que tal posición celestial equivale a una atmósfera celestial y una naturaleza celestial.

III. LA AUTORIDAD DE LA ASCENSIÓN

La posición de ascensión produce la autoridad de la ascensión. Cualquier persona que ocupe cualquier clase de posición tiene la autoridad que corresponde a esa posición. Incluso un sirviente tiene la autoridad así como la posición de un sirviente. Un policía tiene la posición y la autoridad de un policía. Un maestro tiene la posición y la autoridad de un maestro. Por tanto, necesitamos ver que la ascensión es una posición, y que a tal posición le corresponde cierta autoridad. La vida espiritual de un cristiano no es solamente un asunto de vida, sino también un asunto de posición. Por tanto, no es solamente una cuestión de poder, sino también de autoridad. La vida trae consigo poder; mientras que la posición trae autoridad. La resurrección está relacionada con el poder, mientras que la ascensión tiene que ver con la autoridad. Para tener cierta medida o tipo de autoridad necesitamos tener cierta posición. Si estamos en la esfera celestial, espontáneamente tendremos la autoridad celestial. Nuestras oraciones son genuinas cuando ejercitamos la autoridad celestial estando en la posición celestial.