Estudio-vida de 1 Corintiospor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1445-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Hemos hecho notar que cuanto más ejercitamos nuestro espíritu para invocar el nombre del Señor, más justos nos volvemos. Ahora debemos ver que no sólo llegamos ser justos, sino también santificados. Esto significa que cuanto más ejercitamos el espíritu para invocar el nombre del Señor Jesús, más somos separados de las cosas comunes y de ser comunes nosotros mismos. Siempre que una hermana pelea con su marido, discutiendo y cruzando palabras con él, ella es común y no hay ninguna diferencia entre ella y una mujer incrédula, pues toda mujer mundana e incrédula pelea con su marido. Pero cuando una hermana invoca el nombre del Señor y llega a ser justa, ella experimenta a Cristo como santificación y es santificada. El Cristo que ella disfruta la hace santa, la santifica, la separa. Como resultado, su marido verá la diferencia, y si se tratare de un incrédulo, sabrá que su mujer ha dejado de ser común.
A través de los años he conocido muchas hermanas que han sido auténticamente santificadas. En algunos casos la santificación de la hermana convenció al marido y le influyó a creer en el Señor, y él llegó a ser un buen hermano en Cristo.
La justicia y la santificación son aspectos del Cristo que nos es hecho de parte de Dios sabiduría. Hemos recalcado que la sabiduría es el método. Pero ¿cómo recibimos la sabiduría que necesitamos? Día tras día y hora tras hora debemos llevar una vida no en el alma, el yo, sino en el espíritu, ejercitándolo para invocar el nombre del Señor Jesús. De esta manera Cristo será nuestro disfrute, alimento, apoyo y provisión de manera práctica, y así llegaremos a ser justos. Entonces, en lugar de condenar a otros y culparles, nos condenaremos a nosotros mismos. Veremos que en nuestra relación con los demás, estamos equivocados. Por consiguiente, llegamos a ser justos. Además, llegamos a ser cónyuges diferentes. Dejamos de ser comunes y nos volvemos personas separadas, santificadas y aun especiales. Esto es la santificación.
Si ejercitamos nuestro espíritu, invocamos el nombre del Señor y disfrutamos a Cristo como nuestra porción, no sólo seremos hechos justos y seremos santificados, sino que también experimentaremos a Cristo como nuestra redención. Esto significa que en nuestra experiencia seremos devueltos a Dios. Siempre que una hermana pelea con su marido o debate con él, ella se encuentra alejada de Dios. Cuanto más discute, más se aleja del Señor. Pero cuando ella disfruta a Cristo, y por ende, es hecha justa y es santificada, será devuelta a Dios.
La redención también incluye la muerte. El Cristo que habita en nosotros, nos suministra, llega a ser nuestro alimento y también nos aniquila. Cuanto más invoquemos el nombre del Señor, más nos daremos cuenta que todavía estamos en la vieja creación. Nos aborreceremos a nosotros mismos y confesaremos que necesitamos ser aniquilados. Esta aniquilación es un segundo aspecto de la experiencia que tenemos de Cristo como redención. Primero, ser redimidos es ser devueltos a Dios, y segundo, es ser inmolados por el Señor. La redención incluye la comprensión de que necesitamos ser eliminados y que en efecto el Señor lo está llevando a cabo.
La redención también incluye ser reemplazados por Cristo. Cuando Cristo nos pone fin, El nos reemplaza consigo mismo. Esto es la transformación y también la transfiguración, y es más profundo que la santificación, la cual nos separa y nos hace diferentes de los demás. El proceso de transformación le pone fin a nuestro viejo elemento, nuestra vieja constitución, y lo reemplaza con un nuevo elemento, una nueva constitución, a saber, Cristo mismo en resurrección. Al ser reemplazados, somos transformados y Cristo se forja en nosotros. ¿No manifiesta esto la sabiduría de Dios? Cuando experimentamos a Cristo como justicia, santificación y redención, El nos es hecho de parte de Dios sabiduría.
Vuelvo a repetir, 1:2 dice que Cristo nuestra porción es de ellos y nuestro. El versículo 9 dice que fuimos llamados a disfrutar a Cristo, a participar de El como nuestra única porción. En los últimos versículos del capítulo uno vemos que cuando disfrutamos a Cristo como nuestra porción, somos hechos justos, santificados y redimidos. Entonces Cristo llega a ser nuestra sabiduría, nuestro camino. Como resultado, nos convertimos en las personas más sabias de la tierra. Si usted es un hermano casado, se convertirá en un marido muy sabio, uno que tiene la sabiduría de Dios. Si tenemos a Cristo como nuestra sabiduría, andaremos en el camino de justicia, santificación y redención. Seremos hechos justos, seremos separados y seremos redimidos. En esto redunda el disfrute que tenemos de Cristo como nuestra única porción.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.