Información del libro

Estudio-vida de Mateopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1422-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 15 de 72 Sección 4 de 4

PADECER PERSECUCION POR CAUSA DE LA JUSTICIA

Si tenemos una naturaleza que corresponda a lo revelado en estos versículos, algunas personas de la sociedad nos perseguirán. Hay dos causas por las cuales somos perseguidos; éstas son la justicia y Cristo. La octava bienaventuranza tiene que ver con ser perseguido por causa de la justicia (v. 10) y la novena, con ser perseguido por causa de Cristo (vs. 11-12). ¿Por qué otros nos persiguen por causa de la justicia y por causa de Cristo? Lo hacen simplemente porque somos pobres en espíritu, nos preocupa la situación negativa del mundo actual y lloramos por ello, somos mansos para con los que nos atacan y se nos oponen, somos justos para con nosotros mismos y misericordiosos para con otros, somos puros en nuestra relación con Dios y con todos mantenemos la paz. Por lo tanto, la sociedad maligna no se pone de acuerdo con nosotros. Debido a que deseamos ser justos, ellos nos perseguirán por causa de la justicia. Puesto que deseamos ser verdaderamente irreprensibles y honrados, nos perseguirán.

Si padecemos persecución por causa de la justicia, de nosotros es el reino de los cielos. Sufrir por causa de la justicia es una condición para participar en el reino de los cielos. Si no permanecemos en la justicia, estamos fuera del reino. Pero si permanecemos en la justicia, estamos en el reino porque el reino está completamente relacionado con la justicia. En el reino no hay nada malo, injusto u oscuro; todo es justicia y luz. Esta es la naturaleza del reino. Cuando somos pobres en espíritu, el reino de los cielos viene a nosotros. Cuando permanecemos en la justicia, el reino de los cielos permanece en nosotros. En los dos casos, el reino de los cielos es nuestro. Si queremos recibir el reino de los cielos, tenemos que ser pobres en nuestro espíritu, y si queremos que el reino de los cielos permanezca en nosotros, debemos mantenernos en la justicia. Pero si queremos permanecer en la justicia, tenemos que prepararnos para la persecución. Seremos perseguidos por causa de la justicia.

VITUPERADOS POR CAUSA DE CRISTO

El mundo entero, ya sea que hablemos del mundo político, religioso, académico, comercial, o industrial, está en contra de Cristo. Por lo tanto, si usted vive por Cristo, para El y con El, ciertamente será vituperado y calumniado. La gente hará circular muchos rumores acerca de usted. Tal vez usted obre en el mundo académico, y a veces se niegue a cooperar con respecto a algunas cosas que suceden allí, prefiriendo seguir el camino de Cristo. Algunos, quizás, estén en el campo financiero o en la esfera de los negocios. Pero, mientras trabajan en estas esferas, viven por y para Cristo y actúan con El. Los otros que están en el mismo campo se levantarán para perseguirle a usted, hablando mentiras con respecto a usted. No obstante, usted tiene que sufrirlo por causa de Cristo.

CRISTO CON EL REINO

Cada una de las nueve bienaventuranzas tiene una recompensa. La recompensa de la primera bendición es el reino de los cielos; de la segunda, consolación; de la tercera, la tierra; de la cuarta, satisfacción; de la quinta, misericordia; de la sexta, ver a Dios; de la séptima, ser llamado hijo de Dios; de la octava, el reino de los cielos; de la novena, Cristo. Si tenemos a Cristo, tenemos el reino de los cielos. Pero si no lo tenemos a El, tampoco tenemos el reino de los cielos. Así que, la verdadera bienaventuranza es Cristo con Su reino. Para compartir esta bendición, es necesario que seamos pobres en espíritu, afligidos hasta llorar por la situación negativa, mansos al enfrentar la oposición, justos con nosotros mismos, misericordiosos para con otros, de corazón puro para con Dios, y que mantengamos la paz con todos, padezcamos persecución por causa de la justicia y suframos el vituperio por causa de Cristo. Esta es la naturaleza del pueblo del reino. Finalmente, el pueblo del reino será la misma realidad del reino. Este es el reino, el cual es la vida de iglesia hoy en día. La iglesia hoy es la realidad del reino.


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