Vida cristiana, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0260-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El Espíritu todo-inclusivo aplica la resurrección de Cristo a los creyentes (Ro. 8:11). A fin de poder disfrutar la aplicación de la resurrección de Cristo por medio del Espíritu, necesitamos ser avivados cada mañana. Si usted practica esto todos los días, déjeme decirle que diez o veinte minutos no son suficientes. Usted necesita más tiempo. Tal vez usted diga que debido a que trabaja no puede dedicar mucho tiempo. Por un lado, estoy de acuerdo con usted, pero por otro, usted de todos modos debe hacer lo posible por pasar más tiempo con el Señor en la mañana. Según mi experiencia, yo necesito más tiempo. Si paso un buen periodo de tiempo en el avivamiento matutino contactando al Señor al tener comunión con Él, unos treinta minutos, unos cuarenta y cinco minutos o aun una hora, quedo más lleno del disfrute de la resurrección de Cristo.
Estar en resurrección nos trae muchos beneficios. En resurrección tenemos paz, gozo, descanso, fortaleza y todas las cosas positivas. El Espíritu es la totalidad de la resurrección. Además, sólo el Espíritu vivificante, el Espíritu de Jesucristo, puede aplicarnos la resurrección. La realidad de la resurrección puede ser nuestra solamente por medio del Espíritu que la aplica. Ésta es una gran función del Espíritu todo-inclusivo.
El Espíritu todo-inclusivo de Dios se mezcla con el espíritu de los creyentes, haciendo de los dos un solo espíritu (1 Co. 6:17). Nuestro espíritu ha sido regenerado por el Espíritu de Dios (Jn. 3:6), quien está ahora en nosotros (1 Co. 6:19) y es uno con nuestro espíritu (Ro. 8:16).
El Espíritu es la esencia de la vida divina por la cual los creyentes viven y andan. La vida divina, en el aspecto esencial, es el Espíritu. Gálatas 5:16 y 25 se refieren a nuestro vivir y andar por el Espíritu, quien es la esencia de la vida divina.
El Espíritu produce el fruto de las virtudes de los creyentes (vs. 22-23). Nosotros los creyentes necesitamos virtudes, pero no según nuestro carácter ni nuestra conducta naturales. Necesitamos el fruto de las virtudes cristianas producidas por el Espíritu. El Espíritu se mueve y vive dentro de nosotros con el fin de llevar fruto, el fruto de las virtudes cristianas. Éstas no son las virtudes naturales, sino las virtudes de Cristo expresadas en nuestra vida espiritual.
El Espíritu es el objetivo de lo que siembran los creyentes (6:8b). Cualquier cosa que hagamos es una especie de siembra. Si odiamos a otros, sembraremos para la carne la semilla del odio. Más adelante segaremos odio de parte de otros. No debemos sembrar para la carne, sino para el Espíritu. Sembrar con miras a segar el Espíritu es sembrar para el Espíritu, teniendo el deseo y el objetivo del Espíritu en la mira, a fin de llevar a cabo lo que el Espíritu desea.
El Espíritu circula dentro de los creyentes en Su comunión. Él no hace circular rumores ni noticias actuales. Él hace circular el amor de Dios el Padre y la gracia de Cristo el Hijo, dentro de nosotros para nuestro disfrute (2 Co. 13:14). Esta circulación es la comunión del Espíritu. El amor de Dios por medio de la gracia de Cristo es puesto en circulación por la comunión del Espíritu para nuestro disfrute.
El Espíritu es la esencia para la edificación orgánica del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:4, 16). La edificación orgánica del Cuerpo de Cristo es en efecto la función total del Espíritu en todos nosotros. Efesios 4:4a dice: “Un Cuerpo, y un Espíritu”. El versículo 12 habla del perfeccionamiento de los santos. El versículo 15 habla de nuestro crecimiento en vida. Luego el versículo 16 revela que el Espíritu en el Cuerpo edifica el Cuerpo por la función de cada miembro, esto es, por medio de cada miembro del Cuerpo y por medio de todas las coyunturas del suministro. Todo esto está relacionado con la función del Espíritu.
El Espíritu se mueve en un miembro para producir un tipo de función y se mueve en otro miembro para producir otro tipo de función. El Espíritu produce muchos tipos de funciones en el Cuerpo. Cada miembro opera en su propia medida, y todas las coyunturas del suministro hacen su obra como resultado de la función del Espíritu todo-inclusivo. Por esta razón, digo que el Espíritu tiene muchísimas funciones. Sin este Espíritu, el Cuerpo de Cristo no podría ser edificado orgánicamente.
El Espíritu habla como el Señor. En Apocalipsis 2 y 3, al comienzo de cada una de las siete epístolas, es el Señor el que habla (2:1, 8, 12, 18; 3:1, 7, 14), pero al final de cada epístola es el Espíritu el que habla a las iglesias (2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22). Así que, el Espíritu es uno con el Señor en el hablar, pues habla como el Señor. Hablar es una gran función del Espíritu todo-inclusivo.
El Espíritu alumbra y arde como las siete lámparas de fuego que están delante del trono de Dios (4:5b). El hecho de que las siete lámparas de fuego estén delante del trono de Dios significa que el fuego de las lámparas alumbra y arde para llevar a cabo la administración divina y espiritual de Dios.
El Espíritu observa e infunde como los siete ojos de Dios (5:6b). El Espíritu como las siete lámparas de fuego también es los siete ojos de Dios, de Cristo. Cristo nos mira con Sus ojos observándonos, y cuando nos observa se infunde en nosotros con todo Su sentir y parecer. Ésta es la función del Espíritu. Cuando miramos al Señor permitiéndole que nos mire, Él nos observa e infunde en nosotros lo que Él quiere decir o hacer.
El Espíritu todo-inclusivo habla junto con la iglesia, la novia (22:17a). El Espíritu consumado de Dios, quien es el Dios consumado, viene a ser el Novio que se ha de casar con la novia, la iglesia. Esta boda es una unión entre el Dios Triuno procesado y consumado, y el hombre tripartito transformado y glorificado. El Dios Triuno procesado y consumado y la iglesia como la novia vienen a ser una pareja universal.
En Apocalipsis 2 y 3 era el Espíritu quien les hablaba a las iglesias. Al final de Apocalipsis el Espíritu y la novia, la iglesia, hablan juntamente como una sola entidad. Esto indica que la experiencia que la iglesia tiene del Espíritu progresa hasta que ella llega a ser uno con el Espíritu, quien es la máxima consumación del Dios Triuno.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.