Estudio-vida de Jeremías y Lamentacionespor Witness Lee
ISBN: 978-0-73636366-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-73636366-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
El pacto de Jehová con Israel era un pacto basado en las obras del hombre en procura de cumplir la ley. Al respecto, Pablo dice en Gálatas 2:16: “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo, nosotros también hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley ninguna carne será justificada”.
El pacto con Israel no es como el pacto de la promesa dado a Abraham ni como el pacto de gracia dado a los creyentes neotestamentarios (Ro. 6:14b). En realidad, el pacto de la promesa dado a Abraham y el pacto de gracia dado a los creyentes neotestamentarios son el mismo pacto. En lo referente a Abraham, este pacto guarda relación con la promesa; en lo referente a los creyentes, guarda relación con el cumplimiento.
El pacto de Jehová con Israel no opera por la fe del hombre en Dios, sino por las obras que el hombre pudiera realizar en sí mismo (Gá. 2:16). Este pacto dependía por completo del yo del hombre y no de Dios. El nuevo pacto es diferente. El nuevo pacto se basa en la fe en Dios y depende por completo de Dios. Si no tenemos a Dios, no tenemos el nuevo pacto. Sin Dios, es imposible para nosotros experimentar el nuevo pacto.
Israel llegó a ser un completo fracaso al ser puesto a prueba por la ley. Ellos llegaron a ser tal fracaso con la finalidad de que pudieran comprender ciertas cosas.
Mediante su fracaso al ser puesto a prueba por la ley, Israel debía aprender que eran incapaces de cumplir la ley y que no poseían justicia alguna por medio de la ley (Ro. 8:3a; 9:31; 10:3). A todo aquel que es una persona carnal le es imposible poseer justicia por medio de la ley.
La naturaleza pecaminosa del pueblo de Israel no puede ser cambiada, tal como un cusita no puede cambiar su piel ni el leopardo sus manchas (Jer. 13:23).
Jeremías 17:9a dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, / e incurable”. Puesto que el corazón de Israel era engañoso e incurable y su naturaleza era pecaminosa, era imposible para ellos cumplir la ley.
A través de su completo fracaso en cumplir la ley, Israel también debía saber que necesitaban que Cristo fuese para ellos Jehová como su justicia (Jer. 23:6b; 33:16b; 1 Co. 1:30). Cristo, quien es Dios mismo y el Salvador, tiene que llegar a ser para ellos su justicia.
Finalmente, a través de su fracaso en cumplir la ley, Israel debía saber que ellos tenían necesidad de la vida divina con su ley en el nuevo pacto de Dios (Jer. 31:31-34; He. 8:8-12; 10:16-17).
Los capítulos del 11 al 13 de Jeremías hablan del quebrantamiento del pacto de la ley por parte de Israel y del castigo que Jehová les inflige.
“La casa de Israel y la casa de Judá han quebrantado Mi pacto, el cual Yo hice con sus padres” (Jer. 11:10c). Esto revela claramente que Israel quebrantó el pacto de la ley.
Israel quebrantó el pacto de la ley mediante su adoración idólatra (11:10b, 13, 15a, 17b; 13:10b, 27a). Tal adoración es contraria a los primeros cinco mandamientos de la ley.
Israel quebrantó el pacto también mediante su conducta malvada (11:8, 10a, 19; 12:2b, 4a, 14a; 13:27a). Tal conducta fue contraria a los últimos cinco mandamientos de la ley. Mediante su conducta y comportamiento en su diario vivir, Israel quebrantó por completo los mandamientos con respecto al asesinato, el adulterio, el hurto, la mentira y la codicia. Por tanto, mediante su adoración idólatra y su malvada conducta, ellos anularon completamente la ley. En cuanto concernía a ellos, la ley no tenía efecto alguno.
Aunque la intención de Dios al darle Su ley a Israel era probarlos y ponerlos al descubierto, Él todavía tenía que castigarlos por causa de Su justicia y santidad. La santidad se refiere a la naturaleza, y la justicia, a los actos de Dios. Debido a la idolatría (11:8, 10b-11, 13-14, 17; 13:10b, 27) y a la malvada conducta de ellos (11:10a, 11, 15b-16, 19-23; 13:9), Dios tenía que castigar a Israel. Su santidad y justicia requerían este castigo.
Jeremías 12:15 revela que a la postre Dios volverá a ellos y tendrá compasión de ellos y los hará volver de su cautiverio.
Finalmente, en 13:17, vemos la reacción del profeta Jeremías al hecho de que Israel quebrantó el pacto y de que Dios castigó a Israel. Allí, Jeremías dijo que su alma lloraría en lugares secretos a causa de la soberbia de Israel y que su ojo lloraría amargamente y derramaría lágrimas porque el rebaño de Jehová fue hecho cautivo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.