Vida necesaria para la predicación del evangelio elevado, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-861-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Necesitamos poder para predicar el evangelio elevado. En Lucas 24:49 el Señor les dijo a los discípulos: “Quedaos vosotros en la ciudad, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. Y en Hechos 1:8 dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Cuando venga el poder de lo alto sobre nosotros, seremos capacitados y equipados para ser testigos hasta lo último de la tierra. Si usted está en serio con el Señor, y si hoy está elevado en la cima de una montaña y sabe que toda potestad es de El y que usted verdaderamente está en el Dios Triuno, entonces ya tiene el poder. Sólo tiene que reclamarlo. Cuando vaya a los jóvenes, debe declararle al universo: “¡Yo tengo el poder!” Debe tener esta clase de fe. No tome en cuenta sus sentimientos ni sus experiencias. Sólo tome en cuenta la Palabra de Dios. Cuando vaya a hacer discípulos a los incrédulos, necesita creer que tiene el poder.
Quisiera también tener comunión con ustedes en cuanto a su necesidad de ser edificados con otros. El Señor Jesús no dijo que fuéramos a las naciones como individuos. Su mandato fue corporativo. Los que van son, en sentido corporativo, la iglesia. Esto quiere decir que necesitamos ser completamente edificados con otros en práctica en la iglesia. Si ustedes los hermanos jóvenes no están edificados juntos, eso significa que están completamente derrotados. Si no están edificados, no están elevados, no están en la cima de la montaña. En lugar de eso, están en el lugar más bajo, en el valle de Jericó. Mientras no están edificados con otros, están bajos, terminados en cuanto a la potestad de Cristo, están fuera del Dios Triuno, y no tienen la fe para reclamar el poder. Muchos cristianos hacen lo mejor por predicar el evangelio, pero en su predicación falta el poder porque no están edificados con otros.
Antes del día de Pentecostés, había cerca de ciento viente personas reunidas allí (Hch. 1:15). Ellos estaban edificados como un hombre. Entonces en el día de Pentecostés, cuando Pedro se puso de pie, se pusieron de pie con él otros once (2:14). Todos se levantaron juntos. Pedro era sólo el portavoz del Cuerpo. Supongamos que cinco de los hermanos jóvenes vayan a la playa a hacer discípulos a los incrédulos. Ustedes tienen que darse cuenta de que no van solos, sino que toda la iglesia va con ustedes. Deben tener la seguridad de que son miembros del Cuerpo activo, la iglesia que “va”. Cuando ustedes van, toda la iglesia va con ustedes. Por eso necesitan ser edificados juntos.
Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, antes de ser crucificado, se levantó una disputa entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor (Lc. 22:24). Temo que algunos de ustedes quieren ser el líder, el mayor. Si tenemos este pensamiento, no podemos ser edificados con otros. ¿Han sido ustedes edificados como uno? Otros quizá no sepan dónde usted está, pero todos los demonios sí lo saben. El diablo sabe y le diría: “No me engañes, yo sé dónde tú estás. Tú no eres uno. Nunca has sido edificado con los demás. Puedes engañar a otros, pero no a mí”.
Ustedes deben entender que el significado del universo es el hombre y el significado de nuestra vida humana es Cristo. Además, la iglesia es la expresión verdadera de Cristo, y la vida de iglesia es la verdadera vida comunal. Esta vida comunal es una vida en la cual un grupo de creyentes son edificados juntos en Cristo y con Cristo. ¿Puede decirle al enemigo con una conciencia pura que usted verdaderamente ha sido edificado en Cristo y con Cristo? Si pierde esto, lo pierde todo. Cuando somos edificados, tenemos el poder y la potestad.
Hechos 13 dice que en la iglesia en Antioquía había profetas y maestros (v. 1). En aquel momento había una verdadera edificación en la iglesia en Antioquía. No se debió a que Pablo y Bernabé estaban orando en sus casas, y que en su vigilia matutina recibieron la dirección y la inspiración del Señor. Hechos 13 nos dice primero que Pablo y Bernabé estaban en la iglesia. Quizá algunos hablen de la iglesia, pero sus palabras están en el aire. Pablo y Bernabé estaban en la iglesia de una localidad definida, a saber, Antioquía. Si usted quiere tener una obra prevaleciente para la predicación del evangelio, tiene que ser edificado en una iglesia local, en una iglesia que es práctica y definida.
En la iglesia que estaba en Antioquía, había cinco profetas y maestros que estaban edificados en la iglesia. La dirección del Espíritu Santo vino a ellos quienes eran representantes de la iglesia (Hch. 13:2). El versículo 3 dice que tres de ellos enviaron a Bernabé y a Saúl, pero el versículo 4 dice que ellos fueron enviados por el Espíritu Santo. Esto comprueba que los tres eran uno con el Espíritu en el mover del Señor, y que el Espíritu honró el hecho de que los enviaron, considerándolo Su propia acción. Ellos eran uno con el Espíritu y éste los guió porque estaban edificados en la iglesia.
Ustedes necesitan ser edificados en la iglesia. Luego en la iglesia recibirán la dirección y desde la iglesia usted saldrá, no meramente para predicar, sino para producir y establecer las iglesias locales. Los dos que fueron enviados, Pablo y Bernabé, salieron a predicar el evangelio, pero su predicación tenía como fin producir y establecer las iglesias locales. Adondequiera que fueron, predicaron. Dondequiera que predicaron se estableció una iglesia local en esa localidad. Así que la Biblia nos dice que Pablo y Bernabé, en su viaje de regreso, constituyeron ancianos en cada iglesia (Hch. 14:23). Ellos procedieron de la iglesia, la obra que hicieron se dirigió a la iglesia, y finalmente ellos regresaron a la iglesia en Antioquía (v. 26). Recuerden que la obra de ellos provino “de la iglesia, se dirigió a la iglesia, y regresó a la iglesia”. Todo lo que hicieron se dirigió a la iglesia. Su obra no era separada, independiente, o aislada de la iglesia. En Hechos 13 y 14 iglesia siempre se refiere a la iglesia local. Hechos 13:1 dice que los profetas y los maestros estaban “en Antioquía, en la iglesia local”, y en el 14:23 habla de “cada iglesia”, a saber, cada iglesia local.
Los predicadores cristianos hoy en día tal vez hablen muchísimo acerca de la iglesia, pero no tienen una iglesia local. No hablen de la iglesia sólo en teoría. Tiene que estar en una iglesia práctica y definida. Quizá haya mucha discusión en cuanto a la iglesia, la vida del Cuerpo, el ministerio del Cuerpo, la iglesia neotestamentaria, pero, ¿dónde está? Necesitamos orar diciendo: “Señor, ayúdanos a tener la vida de iglesia adecuada y a ser definidos y prácticos en la vida de iglesia”.
Si no tenemos la vida de la iglesia estamos terminados. Mientras los miembros de nuestro cuerpo físico permanezcan en nuestro cuerpo, son hermosos y útiles; pero cuando están aislados, llegan a ser espantosos e inútiles. Mis dos ojos son hermosos mientras permanecen en mi cuerpo. Pero si estuvieran aislados de mi cuerpo, serían feos y espantosos. Cuando nos damos la mano, usted se siente bien en cuanto a mi mano. Pero supongamos que mi mano estuviera aislada de mi cuerpo y se le presenta a usted. Sin importar cuán fuerte sea usted, se aterrorizará. Aun la nariz que usamos para respirar llega a ser inútil y espantosa si es separada del cuerpo. Muchos queridos cristianos actualmente podrían ser miembros útiles, pero son “espantosos” porque están separados del Cuerpo. Muchos queridos cristianos piensan que son admirables y maravillosos, pero no se dan cuenta de que son espantosos debido a su aislamiento.
A través de los años he escuchado muchos testimonios de diferentes personas que dicen que lo que vieron que más les inspiró y la profunda impresión que recibieron de la iglesia en Los Angeles fue la unidad. Solamente la unidad puede convencer a las personas que la iglesia es real. Cuanto agradecemos al Señor porque tantos jóvenes han sido capturados por el Señor en esta era maligna. Aman al Señor y tienen la intención de ser usados por el Señor. Esto es verdaderamente bueno. Pero antes de que vayan a discipular a otros, necesitan ser edificados juntos.
Olvídense de tratar de ser un líder. Pablo dijo que él era “menos que el más pequeño de todos los santos” (Ef. 3:8). El se consideró más pequeño que el más pequeño. Necesitamos ser como él. Algunos luchan por poder, por posición, en la iglesia entre los cristianos. Esto es una vergüenza. Querer ser un líder no es una gloria; es una vergüenza. En el mundo gentil, estar en poder es algo sobresaliente. Pero en la iglesia, luchar para estar en el poder es una vergüenza.
Conozco la historia. Soy un ser humano igual que ustedes. Además, he pasado por su edad. Hoy, a los jóvenes les gusta ser el líder. Ustedes no deben tener la siguiente actitud: “Si soy un líder en esto, me doy para ello. Si no, no me doy”. Si alguno de ustedes es así, está terminado. No trate de ser un líder. Por el contrario, por Su misericordia y gracia, sea simplemente un miembro edificado con otros en la iglesia. Todos necesitan ser edificados juntos.
Las personas mundanas de hoy dicen que la unión es poder. Pero nosotros decimos que la edificación es poder. Si usted es edificado con otros, cualquier cosa que haga servirá para producir la vida de iglesia. Si no, cualquier cosa que haga separará y dividirá el Cuerpo. Lo que el Señor necesita hoy es una iglesia edificada. Necesita un grupo de miembros que estén edificados juntos para que no sólo puedan predicar el evangelio sino también producir la vida de iglesia edificada.
La verdadera vida comunal es una vida edificada, una vida en la cual son edificados como uno. Es aquí donde tenemos el poder. Este poder no solamente convence a otros o los trae a Cristo, sino que produce las iglesias locales. En nuestro trabajo no debe haber nada personal ni individualista. En todo momento nuestro trabajo proviene de la iglesia, se dirige a la iglesia y regresa a la iglesia.
No trate de hacer un trabajo ligero. Cuanto más rápido trate de ser, más será retrasado. Por Su gracia y misericordia, simplemente sea edificado con otros. Necesitamos orar diciendo: “Oh Señor, solamente necesito la edificación. Concédeme el ser edificado con otros, Señor. Oh Señor, necesito la edificación. Necesito la unidad”. Necesitamos entender que somos uno y tomar acción e ir y hacer discípulos a las naciones.
Hemos visto que el significado del universo es el hombre, que el significado de la vida humana es Cristo, que la iglesia es la expresión de Cristo y que la verdadera vida comunal es la vida de iglesia. Cuando tenemos la vida comunal en realidad, la edificación de la iglesia, estamos calificados para ir. Usted necesita ser edificado, entonces puede ir. Adondequiera que vaya, una iglesia será producida y establecida. Salga de la iglesia y regrese a la iglesia. A través de todos los lugares donde viaje se establecerán iglesias. Este es el propósito del Señor.
El siguiente himno (Hymns, #1293) incorpora la carga de este libro:
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