Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4916-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-4916-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Sin embargo, este versículo abarca algo más. Y no simplemente es algo más, sino mucho más. “Mucho más [...] seremos salvos en Su vida”. Ciertamente fuimos reconciliados; sin embargo, aún necesitamos ser salvos. ¿Ya fue usted salvo? ¿Está usted seguro de ello? Si en verdad fue salvo, ¿por qué entonces este versículo dice que seremos salvos? ¿Qué significa esto? Bueno, por un lado, nosotros fuimos salvos de la condenación de Dios y fuimos reconciliados con Dios. ¡Alabado sea el Señor, hemos sido salvos! Sin embargo, por otro lado, todavía hay muchas cosas negativas en nuestra vida, de las cuales necesitamos ser salvos. Temo que como esposa usted no se sienta muy contenta con su esposo, y que como esposo, usted no esté en completa paz con su esposa. No sé qué es, pero estoy seguro de que se trata de algo de lo cual usted necesita ser salvo. Además, todos tenemos nuestro temperamento y nuestros defectos de los cuales necesitamos ser salvos. Necesitamos ser salvos diariamente de la carne, del viejo hombre, del yo y de la vida natural.
Aunque fuimos salvos de tantas cosas, todavía necesitamos ser salvos de otras más. De ahí que, mucho más, siendo reconciliados, seremos salvos en Su vida. Esta salvación no se efectúa por medio de Su muerte, sino por medio de Su vida. Debemos considerar algo aquí. Si Cristo no viviera en nosotros, si Él no morara dentro de nosotros, ¿cómo podríamos ser salvos por Su vida? Si Él simplemente estuviera sentado a la diestra de Dios en el cielo, ¿cómo podríamos ser salvos por Su vida? Pero, ¡aleluya!, Cristo hoy no sólo está sentado a la diestra de Dios (Ro. 8:34), sino que Él se mueve en nosotros (v. 10). Mientras Él vive en nosotros, nosotros podemos disfrutar de Su vida salvadora. Y la vida de Jesús es sencillamente Jesús mismo viviendo en nosotros. No debemos pensar que la vida de Jesús es una cosa, y que Jesús mismo es otra cosa. La vida de Jesús es Jesús mismo viviendo en nosotros.
Todos sabemos que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados. Así que, por medio de Su muerte, nosotros recibimos el perdón por nuestros pecados y fuimos reconciliados con Dios. Sin embargo, después de Su muerte, Él resucitó para llegar a ser el Espíritu (1 Co. 15:45) a fin de vivir en nosotros. Ahora Él vive en nosotros como nuestra vida. Es por medio de la vida de Cristo, la cual reside en nosotros, que diariamente somos salvos. Diariamente somos salvos de nuestro mal genio, de nuestros defectos, de nuestra insatisfacción con nuestro esposo o esposa, y de muchas otras cosas. Puedo testificar que incluso hoy en día he sido salvo al menos dieciocho veces; esta salvación no ha sido efectuada por Su muerte, sino por Su vida, la cual reside en mí.
Hoy, en un momento dado, algo vino a mí de parte del enemigo. Hace unos días había desechado esa carga. Salmos 55:22 nos dice que debemos echar nuestra carga sobre el Señor. En el idioma original significa desechar su carga. Así que, yo en efecto había echado esta carga sobre el Señor, y la carga había desaparecido. Pero hoy Satanás trató de traérmela nuevamente. Yo me volví al Señor y le dije: “Oh, Señor Jesús, oh Señor Jesús, Tú eres mi vida”. En ese instante, la carga desapareció. De este modo, el Jesús viviente que vive en mí me salvó de esta carga.
Les daré otro testimonio de cómo he sido salvo por Su vida. Esta tarde cuando mi esposa me llamó a cenar, tuve la tentación de contarle a mi esposa algo negativo de cierta persona. Pero una vez más empecé a invocar al Señor. “¡Oh, Señor Jesús, oh Señor Jesús!”. Inmediatamente tuve la profunda sensación de que no debía decir esas cosas. De este modo fui salvo una vez más por el Cristo que mora en mí. ¡Mucho más seremos salvos en Su vida! Les dije que fui salvo dieciocho veces hoy, pero puede haber sido más que eso. No sólo hoy, sino cada día soy salvo gracias al Jesús que vive en mí como mi vida. Cuanto más lo tomo como mi vida en mi andar diario, más soy salvo.
Ahora permítanme decirle algo a las hermanas. Espero que no se ofendan. Todos sabemos que a todos los seres humanos les gusta contar chismes. Sin embargo, las hermanas son expertas en esto. Incluso sería difícil para las hermanas más espirituales no chismear. No obstante, si las hermanas toman a Jesús como su vida, este Jesús viviente las salvará de chismear. Entonces ellas podrán reservar sus fuerzas para orar. No es necesario que desperdiciemos nuestro tiempo y energía chismeando. Podemos ser salvos por el Jesús viviente en nosotros. Entonces tendremos más tiempo y energía para la oración. “Mucho más [...] seremos salvos en Su vida”.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.