Estudio-vida de Danielpor Witness Lee
ISBN: 978-7363-6371-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Daniel 2:34-35 y 44-45 revela el destino de la gran imagen humana.
El destino de la gran imagen humana consiste en ser desmenuzada por una piedra no cortada por manos, cuando ésta aparezca (vs. 34-35a, 44b-45; 7:13-14). Esta piedra no cortada por manos es Cristo.
Cristo, en calidad de piedra que desmenuzará la totalidad del gobierno humano que rige sobre la humanidad, fue cortado no por manos humanas (como lo indica la frase “no con manos” en 2:34, 45); Él fue cortado por Dios mediante Su crucifixión y resurrección. Mediante Su crucifixión Él fue cortado al ser muerto (Hch. 2:23), y en Su resurrección Él fue cortado a fin de ser, primero, la piedra angular para la edificación de la iglesia y, después, la piedra que desmenuza para destruir la totalidad del gobierno humano (Hch. 2:24; Mt. 21:42, 44b).
Cuando aparezca como Aquel que es la piedra no cortada por manos humanas, Cristo desmenuzará la gran imagen desde los dedos de los pies hasta la cabeza. Esto quiere decir que Él herirá a los diez reyes con el anticristo. Apocalipsis 19 habla de una guerra entre Cristo y el anticristo. Con Cristo estará Su recién desposada novia, la cual está compuesta por los vencedores, y con el anticristo estarán los diez reyes con sus ejércitos. Esta guerra será un combate de la tierra contra los cielos, del hombre contra Dios. Cristo derrotará y destruirá al anticristo y los diez reyes.
Según Daniel 2, esto conllevará que toda la imagen humana sea desmenuzada de los pies a la cabeza. Los versículos 34 y 35 dicen: “Estabas mirando hasta que una piedra fue cortada, no con manos, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Luego fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y quedaron como tamo de las eras del verano; y se los llevó el viento sin que se hallara rastro alguno de ellos. Y la piedra que hirió a la imagen se hizo un gran monte que llenó toda la tierra”. Esto significa la completa destrucción de todo el gobierno humano desde Nimrod hasta el anticristo. Por tanto, Cristo pondrá fin al gobierno humano mediante Su manifestación como Aquel que es la piedra cortada por Dios.
La Biblia revela que Cristo es una piedra con tres aspectos. Primero, para los creyentes Cristo es la piedra de fundamento en quien ellos confían. Con respecto a este aspecto de Cristo como piedra, Isaías 28:16 dice: “He aquí, pongo en Sion por fundamento una piedra, / piedra probada, / preciosa piedra angular que pongo por fundamento firmemente asentado”. Segundo, para los judíos incrédulos Cristo es la piedra de tropiezo (Is. 8:14; Ro. 9:33). En referencia a este aspecto, Mateo 21:44a dice: “Y el que caiga sobre esta piedra se despedazará”. Tercero, para las naciones Cristo será la piedra que hiere. “Sobre quien ella caiga, le hará polvo y como paja le esparcirá” (Mt. 21:44b). Daniel 2 revela que Cristo es la piedra que hiere, la cual desmenuza a la gran imagen humana y hace que se vuelva como tamo llevado por el viento.
Cuando Cristo venga como piedra que hiere, Él no vendrá solo, sino que vendrá con Su novia. Para entonces Cristo habrá obtenido la iglesia y se habrá casado con Su novia, según se describe en Apocalipsis 19. Después de Su boda, Él vendrá como la piedra que hiere y como Aquel que pisa el lagar (Ap. 19:15; 14:19-20; Is. 63:2-3). El anticristo reunirá un número vasto de seres humanos malvados y rebeldes que rodeará Jerusalén, con lo cual estará preparando las “uvas” para ser pisadas en el “lagar” por Cristo. Su venida será una gran sorpresa, pues estos incrédulos serán personas que no creen en Cristo ni en Dios, sino únicamente en ellos mismos. El anticristo incluso llegará al extremo de afirmar que él es Dios (2 Ts. 2:4; Dn. 11:36) y para su propio deleite fijará su tienda entre la buena tierra y el mar Mediterráneo (v. 45). Entonces Cristo, la piedra cortada por Dios, vendrá con Su novia para herir los pies de la imagen, destruyéndola de los pies a la cabeza. De este modo, el gobierno humano será desmenuzado y aniquilado.
La gran imagen humana será reemplazada con un gran monte que llenará toda la tierra, monte que representa el reino eterno de Dios (2:35b, 44a). Esto quiere decir que después que Cristo venga a desmenuzar la totalidad del gobierno humano, Él introducirá el reino eterno de Dios sobre la tierra.
Daniel 2:35b dice: “La piedra que hirió a la imagen se hizo un gran monte que llenó toda la tierra”. Que la piedra llegue a convertirse en un gran monte representa el aumento de Cristo. El hecho de que Cristo puede crecer está claramente revelado en Juan 3. En referencia a Cristo, el versículo 30 dice: “Es necesario que Él crezca”. El crecimiento que se menciona en este versículo es la novia mencionada en el versículo 29: “El que tiene la novia, es el novio”. Cristo, por tanto, tiene un crecimiento, y este aumento es Su novia. Así como Eva era el aumento de Adán, la novia es el aumento de Cristo, el Novio.
La iglesia hoy en día es el aumento de Cristo en vida, pero el reino eterno de Dios es el aumento de Cristo en administración. En términos de vida, Cristo crece para llegar a ser la iglesia; en términos de administración, Cristo crece para llegar a ser el reino eterno de Dios. Por tanto, Cristo no solamente es la iglesia, sino también el reino de Dios. Tanto la iglesia como el reino constituyen Su aumento.
La parábola de la semilla en Marcos 4:26-29 revela cómo el reino de Dios es el aumento de Cristo. El versículo 26 dice: “Así es el reino de Dios, como si un hombre echara semilla en la tierra”. Esta semilla es Cristo como corporificación de la vida divina. Según esta parábola, esta semilla brota, crece, lleva fruto, madura y produce una cosecha (vs. 27-28). Desde los tiempos en que Cristo vino a sembrarse en la “tierra” de la humanidad, Él ha estado creciendo e incrementándose. Finalmente, este aumento se convertirá en un gran monte que llenará toda la tierra para ser el reino eterno de Dios.
Lo dicho en Daniel 2 con respecto a Cristo en calidad de piedra y monte revela que Cristo es la centralidad y universalidad del mover de Dios. Podemos afirmar que en calidad de piedra, Cristo es la centralidad del mover de Dios, y que en calidad de monte, Él es la universalidad. La piedra es Cristo como centro, y el monte es Cristo como circunferencia, la universalidad. Verdaderamente Cristo es todo-inclusivo. Él es la piedra y también el monte; Él es la iglesia y también el reino. Él junto con Su aumento es el gran monte que llena toda la tierra.
En 2:46-49 vemos que Nabucodonosor honra a Daniel. Nabucodonosor se postró sobre su rostro y adoró a Daniel; además, mandó que se le ofreciera una oblación e incienso y declaró: “Ciertamente el Dios vuestro es el Dios de dioses, el Señor de los reyes y el Revelador de los misterios, pues tú has podido revelar este misterio” (vs. 46-47). Entonces Nabucodonosor hizo de Daniel gobernante de toda la provincia de Babilonia y jefe de los prefectos sobre todos los sabios de Babilonia. Además, en respuesta a lo solicitado por Daniel con respecto a sus tres compañeros, Nabucodonosor los puso sobre la administración de la provincia de Babilonia. Por tanto, Daniel y sus tres compañeros fueron designados para gobernar en la provincia de Babilonia.
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