Entrenamiento y la práctica de los grupos vitales, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0320-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Los creyentes hemos sido regenerados y creados por Dios para ser la nueva creación. Tenemos un nuevo hombre en nuestro ser el cual necesita ser reanimado. Pero casi siempre hacemos a un lado a este hombre. Tal vez vengamos a las reuniones, pero dejemos al nuevo hombre en la casa. Según la doctrina, esto nunca puede pasar, pero en la práctica, sí puede pasar. Por eso siempre tenemos que reanimar nuestro nuevo hombre.
No hay necesidad de que reanimemos nuestro viejo hombre porque esa porquería es eterna. El viejo hombre estará con nosotros hasta que sea echado al lago de fuego para ser quemado. Cuando era joven, la gente me preguntaba por qué Dios iba a quemar a los pecadores en el lago de fuego por la eternidad. Tenemos que ver que el viejo hombre tuvo su origen en Satanás, quien es “eterno”, así que él necesita un fuego eterno. No es necesario que reanimemos nuestro viejo hombre debido a que el maligno siempre está reanimándolo. Pero sí tenemos que reanimar nuestro nuevo hombre, y la única manera de hacerlo es orar constante y continuamente. Por eso la Biblia nos dice que oremos sin cesar (1 Ts. 5:17). Una vez que cesamos de orar, inmediatamente nuestro nuevo hombre necesita ser reanimado. Que nuestro nuevo hombre sea reanimado no es algo común. Muy pocos cristianos saben cómo reanimar su nuevo hombre.
¿Ha llenado usted su lámpara? Esta pregunta está basada en Mateo 25. Las cinco vírgenes prudentes tenían aceite en sus vasijas y en sus lámparas (v. 4). Pero el problema de las vírgenes insensatas era que no llevaban aceite para volver a llenar sus lámparas (v. 3). Podemos llenar nuestras lámparas si pasamos un tiempo con el Señor. Esto no se refiere solamente a la oración. Primero, tenemos que pedir que nuestro nuevo hombre sea reanimado. Luego debemos permanecer con el Señor para llenar de aceite nuestras lámparas.
Si pasamos un día completo sin orar, sentimos que no hubo ardor dentro de nosotros y que no hubo luz. No somos reanimados. Pero si oramos, después de cinco minutos nos damos cuenta de que algo ha sido reanimado dentro de nosotros, y ese algo es el nuevo hombre. Unos pocos minutos de oración pueden reanimar nuestro nuevo hombre, pero eso no puede llenar nuestra lámpara. Para llenar nuestra lámpara tenemos que permanecer con el Señor. Conforme a mi experiencia, este asunto requiere por lo menos media hora. Una hora es el tiempo necesario para estar con el Señor de esta manera.
Esto no significa solamente orar, sino estar con el Señor; no sólo leer la Biblia, sino estar con el Señor; no sólo meditar o reflexionar algunos versículos clave, sino estar con el Señor. Estar con el Señor es mejor que reflexionar acerca de algunos versículos clave. Es mejor que meditar en alguna porción de la Biblia. Estar con el Señor es mejor que estudiar la Biblia. Es incluso mejor que orar. Sin leer, sin orar y sin meditar, es posible disfrutar la presencia del Señor por el hecho de estar con El. Entonces uno es lleno. Esto debe ser parte de su experiencia. El nuevo hombre es reanimado mediante la oración. La lámpara se llena pasando tiempo con el Señor.
En 2 Timoteo 1:6 Pablo le dijo a Timoteo que avivara el fuego del don de Dios que estaba en él. Tal vez tengamos una llama, pero la llama se esté apagando. Debemos avivar nuestra llama hasta convertirla en un fuego que nos haga arder. Hoy sólo tenemos una pequeña llama en nosotros, así que podemos dormir bien. Pero cuando la llama llegue a ser un fuego en la casa, no podremos dormir. Nuestro espíritu arderá para los intereses del Señor.
La verdadera íntima y cabal comunión con un compañero es algo especial. La comunión que hayamos tenido en el pasado probablemente no fue muy íntima o cabal. Es necesario abrirse a un compañero. La oración es la manera de reanimar el nuevo hombre; pasar tiempo con el Señor es la manera de llenar la lámpara; ahora es necesario abrirse a un compañero.
La oración de arrepentimiento es una clase especial de oración que debemos mantener continuamente. Cualquier oración sin arrepentimiento es vana. Los doctores dicen que es necesario lavarse las manos antes de comer. De la misma manera, no debemos orar sin arrepentirnos. Orar sin arrepentirse es como comer sin haberse lavado las manos. Aunque no nos enojemos ni digamos malas palabras, todavía somos pecaminosos. Así que cuando oramos, cuando comemos un alimento espiritual, tenemos que lavarnos las manos, y lavarse las manos es arrepentirse. Debemos decir: “Señor, todavía necesito Tu perdón, y todavía necesito que me laves con Tu preciosa sangre”. Entonces podemos orar. Después de lavarnos las manos, podemos comer.
Todos necesitamos un tiempo específico para arrepentirnos de manera que podamos orar. El grado al cual podamos orar depende del grado al cual nos hayamos arrepentido. Daniel, en su libro, estableció un buen ejemplo. En Daniel 9 vemos que él se confesó y se arrepintió mucho cuando oró. Mientras oraba y se confesaba, recibió la revelación de las setenta semanas, pero Daniel 9 habla principalmente de su confesión. El se arrepintió y confesó no solamente por sí mismo sino también por su pueblo y sus antepasados. Así que, a menudo uno debe arrepentirse no sólo por sí mismo, sino también por la iglesia. No debemos olvidarnos de la iglesia, porque somos uno con la iglesia. Si nosotros estamos contaminados, seguramente la iglesia también lo estará.
Si me preguntan cuántas veces debemos arrepentirnos y confesarnos, mi respuesta será que la cantidad es incontable. Necesitamos arrepentirnos y confesarnos todo el día y todos los días. En general, primero debemos orar así: “Señor, todavía necesito Tu perdón de gracia. Necesito ser lavado con Tu sangre. Señor, necesito especialmente Tu perdón por no andar estrictamente en el Espíritu en todo el día”. Esta es una confesión específica. Algunas veces al final del día puedo recordar que no estuve en el Espíritu en ciertos asuntos. Romanos 8:4 dice que el justo requisito de la ley se cumple en los que andan conforme al espíritu. ¿Tiene usted la seguridad de que todo el día hace todo en el Espíritu? Debo decirles que no hay nadie que pueda hacer esto. Pero usted puede hacer una oración de arrepentimiento. Aunque no es posible tener siempre las manos completamente limpias, sí es posible lavarse las manos. Necesitamos ser lavados continuamente en la preciosa sangre de Cristo (1 Jn. 1:7).
Algunos cristianos piensan que sólo creer en el Señor es suficiente. Creen que Cristo es su justicia sin importar cuántas cosas pecaminosas y mundanas hagan. Está por demás decir que estos cristianos son muy negligentes y malsanos. No han visto, especialmente en el Nuevo Testamento, que habrá un tiempo de disciplina para los cristianos negligentes. El Nuevo Testamento dice que los cristianos negligentes e infieles, serán echados en las tinieblas de afuera cuando el Señor regrese (Mt. 8:12; 25:30). Algunos se preguntarán si es posible que nosotros los creyentes que hemos sido salvos seamos echados en las tinieblas de afuera. Si andamos, vivimos y nos comportamos en tinieblas hoy, ¿por qué esperamos que en la era venidera el Señor nos lleve directamente a la gloria? La Biblia no es un libro azucarado. Está lleno de advertencias. El libro de Hebreos contiene cinco grandes advertencias (2:1-4; 3:7—4:13; 5:11—6:20; 10:19-39; 12:1-29). Necesitamos ser vitalizados para ser llevados a la madurez y recibir el galardón del Señor en la próxima era y para no ser castigados. Esta es la razón por la cual debemos mantener nuestra oración de arrepentimiento.
Usted y su compañero deben hacer una lista de los nombres de todos los posibles candidatos para el evangelio.
Debemos orar por nuestros candidatos y recibir la dirección del Señor en cuanto a quién debemos visitar. Luego necesitamos seguir al Señor e ir a visitarlos.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.