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Estudio-vida de Lucaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-1203-5
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 79 Sección 2 de 4

Anunciado a los pastores por un ángel

El nacimiento del Salvador-Hombre fue anunciado a los pastores por un ángel como las buenas nuevas de gran gozo para todo el pueblo (2:8-10). El versículo 8 dice: “Había pastores en la misma región, que vivían en los campos y cuidaban sus rebaños durante la noche”. Sus esfuerzos al pastorear el rebaño (que proveía no sólo alimento para el hombre, sino también ofrendas para Dios), y su diligencia en guardar las vigilias de la noche, los hacían aptos para ser los primeros en recibir las buenas nuevas del maravilloso nacimiento del Salvador, anunciado por el ángel. Cuando el ángel del Señor se les presentó y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, tuvieron gran temor (2:9). Literalmente las palabras griegas traducidas tuvieron gran temor significan temer un gran temor.

En los versículos 10 y 11 el ángel dijo a los pastores: “No temáis; porque he aquí os anuncio buenas nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo; porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor”. Estas buenas nuevas de gran gozo fueron anunciadas a toda la gente. Esto significa que estas nuevas eran anunciadas no solamente a los judíos sino también a todos los seres humanos.

En el versículo 12 el ángel añade: “Esto os servirá de señal: Hallaréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Un niño en un pesebre, lo cual representa pequeñez y humildad, fue una señal de la vida del Salvador-Hombre. Este pequeño niño es llamado el Dios fuerte en la profecía respecto del Salvador-Hombre (Is. 9:6).

Una multitud del ejército celestial
se une al ángel y alaba a Dios

Lucas 2:13 y 14 dicen: “Y repentinamente apareció con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, y decía: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de Su complacencia!” La exultación de los ángeles, quienes estaban emocionados por el nacimiento del Salvador para traer salvación al hombre (véase 15:7), dio por resultado que alabaran a Dios. Conforme al versículo 14, la venida del Salvador rindió gloria a Dios en los cielos y trajo paz a los hombres sobre la tierra. En el versículo 14, hombres de Su complacencia son hombres escogidos por Dios según Su beneplácito (Ef. 1:5).

La alabanza del ejército celestial tiene dos aspectos: gloria a Dios en las alturas y paz entre los hombres en la tierra. La obra salvadora del Salvador-Hombre ha llevado a cabo estos dos asuntos. Ha traído gloria a Dios en las alturas y paz entre los hombres en la tierra. Cristo da gloria a Dios y trae paz al hombre.

Los pastores lo atestiguan
y hablan de ello a los demás

En 2:15-20 se nos dice que los pastores fueron a Belén y “hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (v. 16). Las buenas nuevas referentes al nacimiento del Salvador-Hombre fueron primero anunciadas por un ángel a los pastores. Podemos decir que el ángel les predicó el evangelio. Entonces los pastores, después de oír la predicación del ángel y de venir a ver al pequeño niño, comenzaron a predicarlo a otros. El versículo 18 dice: “Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían”. Después de ver al niño Jesús, “volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, tal como se les había dicho” (v. 20).

SU JUVENTUD

Fue circuncidado y recibió Su nombre

Lucas 2:21 habla de circuncidar y dar un nombre al Señor Jesús: “Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, nombre que le había sido dado por el ángel antes que fuese concebido”. Según la ley, todo niño varón debía ser circuncidado en el octavo día y se le debe dar su nombre en el mismo día. El Señor Jesús fue circuncidado y recibió Su nombre en el octavo día.

Presentado y adorado

En 2:22-39 tenemos un relato del Salvador-Hombre al ser presentado y adorado. Como un niño, por un lado, fue presentado y ofrecido a Dios; por otro lado, fue simultáneamente venerado, alabado y adorado por el hombre.

Con relación a la presentación del Salvador-Hombre, 2:22-24 dice: “Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la ley del Señor: “Todo varón que abra la matriz será llamado santo al Señor”), y para ofrecer en sacrificio conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos”. Todo lo que se requería en la ley fue totalmente cumplido en los versículos del 21 al 24 para que el Salvador-Hombre pudiese ser un verdadero israelita como hombre adecuado delante de Dios y de los hombres.

El versículo 24 habla de un par de tórtolas o dos palominos. Esta clase de sacrificio indica la pobreza de los oferentes (Lv. 12:8), la cual era otra característica de la vida del Salvador-Hombre.


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