Información del libro

Ser liberados de los ritos religiosos y andar conforme al Espíritupor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8302-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 2 de 17 Sección 1 de 4

CAPÍTULO DOS

HALLAR A CRISTO Y SERVIRLE
FUERA DE LA RELIGIÓN

En el capítulo anterior vimos que el nacimiento del Señor ocurrió fuera de la religión. Su nacimiento no tuvo nada que ver con asunto, persona, lugar u ordenanza religiosa alguna. Su nacimiento fue algo totalmente del Espíritu. Por tanto, Él puede salvar a Su pueblo de sus pecados (Mt. 1:21). Además, ya que Su nacimiento fue algo totalmente del Espíritu, Él es Emanuel, que significa “Dios con nosotros” (v. 23).

Cuando caemos en la religión, perdemos el poder salvador de Jesús, y también perdemos a Emanuel, es decir, perdemos la presencia de Dios. Tanto el poder salvador de Jesús como la presencia de Dios se encuentran en el Espíritu Santo, y no en la religión. Nunca deberíamos pensar que podemos tocar el poder salvador de Jesús o tener la presencia de Dios en la religión. Necesitamos estar fuera de la religión y en el Espíritu Santo a fin de recibir el poder salvador de Jesús y disfrutar la presencia de Dios.

LA ESTRELLA DE CRISTO
SE APARECIÓ A LOS MAGOS GENTILES

Mateo 2:1-12 muestra la clase de persona que puede hallar al Señor y servirle. El Señor nació fuera de la religión, y le hallamos y le servimos fuera de la religión.

Es maravilloso que aunque el Señor Jesús nació en Belén de Judea, Su estrella se apareció a los magos gentiles. Los magos, que estaban en una tierra pagana, vieron la estrella, pero nadie en Jerusalén o Judea la vio. Ninguna de las personas que estaban en la esfera de la religión vio la estrella. Los escribas y los principales sacerdotes eran personas con el equivalente a doctorados en las Sagradas Escrituras. Ellos conocían bien las Escrituras y entendían las Escrituras. Enseñaban las Escrituras a las personas todos los días. Sin embargo, la estrella de Cristo no se apareció a ellos. Los magos gentiles no entendían nada de la Biblia, y es probable que ni siquiera tuvieran una copia de las Escrituras, pero ellos vieron la estrella de Cristo. Esto es algo maravilloso. Nuestro Señor nació en Belén, pero Su estrella se apareció a unos gentiles que vivían lejos, en una tierra pagana.

Números 24:17 dice: “Saldrá Estrella de Jacob”. Jacob es otro nombre para Israel, y también es otro nombre para el pueblo de Israel. El Señor es la Estrella de Jacob, pero Él no le mostró esta estrella al pueblo de Israel, pues en aquel tiempo el pueblo de Israel estaba en la religión. El Señor como estrella se apareció a los gentiles. Los magos gentiles sólo tenían conocimiento pagano. Ellos no tenían ningún conocimiento religioso, pero la estrella se apareció a ellos y fue vista por ellos.

LOS CONCEPTOS NATURALES HACEN QUE PERDAMOS
LA DIRECCIÓN DE LA ESTRELLA

Es maravilloso que los magos gentiles vieran la estrella de Cristo. Sin embargo, ellos cometieron un error humano común: ellos tuvieron conceptos naturales. Cuando comprendieron que la estrella representaba al Rey de los judíos, ellos siguieron su concepto natural. No tenían conocimientos ni ordenanzas religiosas, pero sí tenían un concepto natural. Los conceptos naturales impiden que conozcamos al Señor, incluso mucho más que lo que nos obstaculiza nuestro conocimiento religioso.

Los magos no tenían conocimiento religioso, pero tenían conceptos naturales. Ellos ejercitaron su mente y razonaron que el Rey de los judíos nacería en Jerusalén, la capital del reino de los judíos. Con base en ese concepto, ellos fueron a Jerusalén (Mt. 2:1-2) y la estrella desapareció. La estrella se les apareció debido a que ellos no tenían conocimiento religioso; la estrella desapareció porque tenían un concepto natural. El conocimiento religioso y los conceptos naturales son dos cosas terribles que nos hacen perder la revelación del Señor.

Cuando los magos llegaron a Jerusalén, el rey Herodes se turbó mucho, y todo Jerusalén con él (v. 3). El rey Herodes convocó a todos los principales sacerdotes y a los escribas, e inquirió de ellos dónde había de nacer el Cristo. Los principales sacerdotes y los escribas estaban familiarizados con la Biblia. Ellos eran auténticos fanáticos religiosos y maestros de la Biblia. Así que, respondieron, diciendo: “En Belén de Judea” (vs. 5-6; cfr. Mi. 5:2). Los principales sacerdotes y los escribas respondieron correctamente porque ellos conocían la Biblia. Sin embargo, lo que ellos tenían era mero conocimiento; no tenían revelación alguna.

No sólo eso, sino que además los principales sacerdotes y los escribas no tenían corazón para buscar a Cristo. Ellos oyeron que Cristo, el Rey de los judíos, había nacido, y sabían que Él nació en Belén, pero ninguno de ellos fue a hallar a Cristo. Después de responder a Herodes, se fueron por su propio camino. Esto muestra que el conocimiento bíblico por sí solo no nos ayuda. Ésta es la situación de muchos cristianos actualmente. Ellos tienen conocimiento bíblico, pero no tienen una revelación y tampoco tienen un corazón buscador.

Después que Herodes descubrió el lugar de nacimiento de Cristo, él envió a los magos a Belén y dijo: “Id e indagad con exactitud sobre el niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” (Mt. 2:8). Aunque Herodes dijo esto, su intención no era adorar a Cristo, sino hacerle daño a Cristo. Herodes mintió para engañar a los hombres, pero él no pudo engañar a Dios. Dios intervino, y Herodes descubrió que fue burlado por los magos (vs. 12, 16).


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top