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Nuestro espíritu humanopor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-259-8
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LOS CIELOS, LA TIERRA Y EL ESPIRITU DEL HOMBRE

Zacarías 12:1 nos dice que en la creación de Dios hay tres cosas principales. Primero, Dios extendió los cielos. En segundo lugar, Dios fundó la tierra. En tercer lugar, Dios formó el espíritu del hombre. En la creación de Dios existen estas tres cosas principales. En los cielos hay muchas cosas, en la tierra hay muchos detalles y en el hombre hay muchas partes, pero Zacarías 12:1 solamente menciona los cielos, la tierra y el espíritu del hombre.

EL PUNTO ESTRATEGICO

En cuanto al hombre, la parte más importante es el espíritu, porque el espíritu del hombre es el centro de su ser, y este centro es el mismo lugar donde Dios entra en el hombre (Jn. 3:6; 2 Ti. 4:22; Ro. 8:16; 1 Co. 6:17). Este es el punto estratégico. Si no captamos este punto, erramos el blanco. A pesar de que la electricidad ha sido instalada en un edificio, lo crucial es el interruptor. El receptor de un radio es el lugar estratégico donde entran las ondas radio eléctricas. De igual manera, el mismo lugar central donde Dios entra en el hombre es el espíritu del hombre.

EL ESPIRITU DE TODO EL GENERO HUMANO

Job 12:10 menciona el alma de todos los seres vivientes y el espíritu del hombre. La versión King James dice “el aliento de todo el género humano” porque la palabra rúaque puede significar aliento así como espíritu. La traducción de Darby lo traduce como “el espíritu de toda carne del hombre”. La versión American Standard lo traduce como “el aliento de todo el género humano” en el texto, pero en la nota dice nuestro espíritu, el espíritu del hombre.

Todos los otros seres vivientes simplemente tienen alma; no tienen espíritu. Sólo nosotros los seres humanos tenemos espíritu. Un perro tiene alma, pero no tiene espíritu. Un mono es bastante inteligente porque tiene alma, pero tampoco tiene espíritu. ¿Ha visto usted alguna vez unos monitos construir un relicario con un ídolo y adorarlo? Durante toda la historia nunca ha habido semejante cosa. Ningún animal jamás ha adorado nada, pero todos los seres humanos, sean cultos o bárbaros, adoran algo porque tienen un espíritu de adoración. Hay un espíritu dentro del hombre que le hace especial. Un perro no tiene esto. Un gato no tiene esto. Sólo nosotros los seres humanos tenemos tal espíritu.

Job 12:10 dice que en la mano de Dios está el alma de todo viviente y el espíritu de todo el género humano. Todos los seres vivientes tienen alma, pero nosotros, los seres humanos, no sólo tenemos un alma sino también un espíritu. Somos absolutamente diferentes. En este asunto, estamos totalmente en desacuerdo con Darwin. Somos diferentes de los monos. Los monos sólo tienen un alma, pero nosotros tenemos un espíritu.

EL DIOS DE LOS ESPIRITUS

En Números 16:22 y 27:16 Dios es el Dios de los espíritus de toda carne. Toda carne representa al género humano caído. Todos llegamos a ser y aún somos la carne, pero alabado sea el Señor, dentro de la carne tenemos un espíritu. El Señor Dios no es el Dios de la carne; El es el Dios de los espíritus. Así que si deseamos conocer a Dios, tener contacto con Dios y tratar con Dios, y si deseamos tomar a Dios como nuestra vida, tenemos que conocer nuestro espíritu porque Dios es el Dios de nuestro espíritu.

LOS ESPIRITUS DE LOS PROFETAS

Apocalipsis 22:6 nos dice que el Señor es el Dios de los espíritus de los profetas. Además, 1 Corintios 14:32 dice: “Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas”. Los espíritus de los profetas se refiere no al Espíritu Santo, sino al espíritu humano de los profetas. Cuando yo era un cristiano joven, me enseñaron que con el profeta de Dios siempre es necesario el Espíritu Santo. Nunca me dijeron que con los profetas de Dios se encuentra también el espíritu humano.

Por el lado de Dios está el Espíritu divino, el Espíritu de Dios. Por nuestro lado está el espíritu humano. Cuando estos dos espíritus se encuentran el uno con el otro hay un “trato” divino. Tenemos tal trato divino cuando se encuentran Dios como el Espíritu divino y nuestro espíritu humano. En tratar con Dios, el espíritu humano y el Espíritu divino son igualmente importantes. Sin el Espíritu divino, no hay manera de que tengamos contacto con Dios. En el mismo principio, sin el espíritu humano, no existe el medio, no hay órgano con el cual tener contacto con Dios.

Todos debemos saber que tenemos tal espíritu. Si deseamos ser un buen médico, debemos dedicar un largo tiempo para estudiar el cuerpo. Para ser cristianos adecuados, debemos estudiar el espíritu.


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