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Pláticas adicionales sobre la vida de iglesiapor Watchman Nee

ISBN: 978-0-87083-236-9
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II. EJERCIENDO DISCIPLINA

¿Significa esto que debemos recibir a todos los creyentes de una localidad sin reserva alguna? ¡No! Una iglesia en una localidad no solamente debe recibir a todos los que Cristo ha recibido en esa localidad, sino que también debe ejercer la disciplina de la iglesia. ¿En qué consiste la disciplina de la iglesia? Consiste en que cuando un hermano que es recibido por el Señor comete algo que hace que el Señor lo excluya de la comunión, que nosotros también ejercemos disciplina sobre él. Ustedes no deben decir que nosotros queremos a todos los que el Señor quiere y también a los que él Señor no quiere. Si el Señor pone a cierta persona en el mundo, pero ustedes la ponen en la iglesia, ustedes abren en la iglesia una puerta para el mundo. Como resultado, no habrá una línea limítrofe entre la iglesia y el mundo; la muralla entre ellos ha sido derribada por ustedes.

Nosotros a menudo usamos esta ilustración: Cuando un bote está en el mar, el bote y el mar no pueden tener comunión. Tan pronto como ellos empiezan a tener comunión, el bote tarde o temprano se hundirá en el mar. Del mismo modo, si ustedes hacen un agujero en la iglesia, la línea de separación entre la iglesia y el mundo se perderá. Por lo tanto, la iglesia local debe ejercer la disciplina; debe tener acción disciplinaria a fin de que llegue a ser una iglesia local.

¿Qué es acción disciplinaria? En 1 Corintios capítulo cinco menciona seis diferentes clases de personas que son salvas y que tienen la vida de Dios. Pero ellas se han gratificado sobremanera a sí mismas, y han llegado a ser: un fornicario, un codicioso, un maldiciente, un borracho, un idólatra y un extorsionador. Pablo dijo a la iglesia en Corinto: “quitad...a ese perverso de entre vosotros” (v. 13). El mandamiento en 1 Corintios 5 no dice que tan pronto como un hermano haya pecado, se debe quitarlo. Pero, sí dice que cuando un hermano llega a ser tal persona, entonces se debe quitarlo. No dice uno que comete fornicación, sino “un fornicario”; no un hermano que maldice, sino “un maldiciente”. Cuando un hermano llega a ser tal, la iglesia debe quitarlo, debe excomulgarlo. A quien el Señor no desea en la iglesia, ustedes tampoco lo deben desear en esa localidad. Si ustedes en su localidad retienen a uno a quien el Señor no desea, esta retención traerá problemas. El Señor dijo que el tal es como un poco de levadura que leudará toda la masa (1 Co. 5:6). Dentro de poco tiempo, toda la iglesia estará mohosa. La iglesia ya no será la harina pura, sino la levadura. Por lo tanto la iglesia debe tener disciplina. Además, la iglesia sabe qué clase de persona es un hermano. Esto está reflejado en las palabras de la hermana M. E. Barber: “La unidad de la iglesia es la voz del Espíritu Santo”. Si a todos los hermanos les parece que un hermano es cierta persona, entonces es cierto que él es tal persona. Ustedes no pueden decir que todos los hermanos lo han malentendido. Por lo tanto, una iglesia local debe ejecutar la disciplina de Dios en su localidad.

Además, la Biblia nos revela que la iglesia ejecuta disciplina no solamente con respecto al aspecto moral, sino también al aspecto doctrinal. Sin embargo, el Señor no desea que nosotros ejerzamos disciplina respecto a doctrinas ordinarias. Por ejemplo, algunos guardan el día del Señor mientras otros guardan el sábado. (Esto no se refiere a los Adventistas del Séptimo Día, los cuales están recobrando la ley.) Esto no lo debemos discutir. Algunos guardan ambos días; esto tampoco lo debemos discutir. Algunos hermanos comen legumbres y algunos comen carne; tampoco esto lo debemos discutir. Hay una clase de doctrina que debemos discutir por todos los medios, y esto es concerniente a la Persona del Señor Jesús. Esto está mencionado en 2 Juan, versículos 7 al 11:

“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo...Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios...Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”.

Pienso que está muy claro aquí que una iglesia en una localidad debe tener en alto la Persona del Señor Jesús. Si el Señor Jesús no es Dios que ha venido en carne, si El es solamente carne, no es Dios; entonces el Señor Jesús no podría haber efectuado la redención para nosotros y la iglesia queda básicamente anulada. Por lo tanto, la iglesia debe ser estricta, no liviana ni indulgente en absoluto acerca de alguna cosa que tenga que ver con la Persona de Cristo. Si alguien predica una enseñanza diferente acerca de la Persona del Señor, no reciban a tal en sus casas, ni le digan bienvenido. De otro modo, la iglesia de ustedes perderá su terreno. Mientras ella no tenga disciplina, deja de estar calificada como iglesia. Por lo tanto, la confusión moral es incorrecta y no está permitida por la iglesia, y la confusión doctrinal también está equivocada y tampoco está permitida por la iglesia. Sin embargo, de ningún modo consideren que esto significa doctrinas ordinarias. Si la iglesia trata con las doctrinas ordinarias, toda la iglesia será cortada y dividida en pedazos. Nosotros no debemos discutir por las doctrinas ordinarias. Solamente debemos discutir por las doctrinas respecto a la Persona de Cristo. En este punto la iglesia debe ejercer disciplina; de otro modo, la iglesia está terminada.

Mateo 18:15-17 dice:

“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos...Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos...Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil....”

Algunas iglesias son muy perezosas y no quieren manejar asuntos problemáticos. Pero aquí el Señor dijo que la iglesia debe encargarse de los asuntos disciplinarios. La enseñanza del Señor aquí se refiere a la iglesia local, en la cual tenemos un lugar para “decirlo”. La iglesia local debe encargarse de tales asuntos. Si una iglesia local no se ocupa de tales asuntos, ella está descuidando su deber. Si ustedes son una iglesia en una localidad, deben llevar toda la responsabilidad en esa localidad.


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