Cumplimiento del tabernáculo y de las ofrendas en los escritos de Juan, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7380-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Quizás se estén preguntando cómo podemos ser edificados en el templo reedificado. Según las señales empleadas en Juan 2, la manera de ser edificados en el templo es mediante el cambio de muerte en vida. La segunda señal en Juan 2, la del templo reedificado, depende de la primera señal, la de cambiar el agua en vino. Si no se cambia el agua en vino, esto es, si no se cambia la muerte en vida, sería imposible reedificar el templo destruido.
Es posible que a diario ocurra cierta medida de destrucción en la vida de iglesia. Sin el cambio del agua en vino, el cambio de la muerte en vida, una vez que la iglesia ha sido destruida, no habrá manera de reedificarla. Pero el cambio de muerte a vida hace posible la reedificación.
Debido al cambio de la muerte en vida, no tememos la destrucción. La iglesia podrá ser destruida, pero la vida la reedificará. En el pasado hemos experimentado destrucción. Pero podemos alabar al Señor que dicha destrucción trajo la reedificación por medio de la vida. Mediante el cambio de la muerte en vida hemos experimentado la reedificación del templo destruido. Muchos de nosotros podemos testificar que años atrás había mucha muerte entre nosotros. Pero ¡aleluya, esta muerte ha sido cambiada en vida, y esta vida reedifica la iglesia!
A través de los siglos, el pueblo de Dios no ha visto adecuadamente los misterios y las señales halladas en el libro de Juan. ¡Cuánto le agradecemos al Señor que, en Su misericordia, Él ha quitado los velos para mostrarnos estas cosas a nosotros! Ahora podemos ver cosas que son más profundas, más ricas y más significativas de que las que cubrimos en el Estudio-vida de este evangelio.
Procedamos ahora a Juan 3. En este capítulo tenemos las señales acerca de la regeneración (vs. 1-8), la serpiente de bronce (vs. 9-16) y la novia (vs. 22-36). Quizás algunos se sorprendan al oír que la regeneración es una señal. En el capítulo 3 de Juan hay una prueba específica que nos permite decir que la regeneración es una señal. En el versículo 2 Nicodemo dijo al Señor Jesús: “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que Tú haces, si no está Dios con él”. Esto indica que el tema de la conversación de Nicodemo con el Señor eran las señales que Él hacía. Después que Nicodemo se refirió a esas señales, el Señor respondió y le dijo: “De cierto, de cierto te digo: El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (v. 3). ¿No indica esto que nacer de nuevo es una señal? El Señor Jesús parecía decirle a Nicodemo: “Tú estás hablando de señales. Yo quiero hablarte de una señal que ciertamente es digna de consideración. Ésta es la señal de señales, la señal de nacer de nuevo”. Por consiguiente, la regeneración es ciertamente una señal.
Hemos señalado que el Evangelio de Juan es un libro de misterios y que esos misterios son divinos. ¿No creen que ser regenerados es un misterio? Sin duda alguna, nuestra regeneración es un misterio. ¿Entienden perfectamente lo qué es la regeneración? ¿Pueden analizarla? ¿Pueden explicar adecuadamente lo que les sucedió cuando fueron regenerados? ¿Se puede estudiar científicamente en un laboratorio la regeneración? Los científicos quizás digan que no existe tal cosa como la regeneración, debido a que no tienen la capacidad de analizarla. Si decimos que la regeneración es un misterio, los científicos incrédulos dirían que esto es algo totalmente irreal. Pero nosotros les diríamos: “La regeneración es una realidad. El orgullo que tienen de su conocimiento científico es vanidad. La regeneración es mucho más real que ustedes. Nada de lo que tienen y nada de lo que son es real. Todo es vanidad. Pero la regeneración es la realidad de la vida humana. Podemos testificar que en nuestra experiencia humana nada es tan real como la regeneración”.
¿Hay algo más real en nuestra vida humana que la regeneración? Suponga que usted tiene una moneda de oro en su mano. Esa moneda, por supuesto, es real. Usted la puede ver y tocar. Pero una moneda de oro no es tan real como lo es la regeneración. La regeneración es la mayor realidad en la vida humana.
Pero aunque la regeneración sea una realidad, no podemos analizarla ni entenderla por completo. Además, puesto que la regeneración es un misterio, también es una señal. Puedo testificar que después de ser regenerado, muchas cosas me sucedieron que yo no podía entender ni explicar. ¿No ha sido ésta su experiencia también? Pregunto a los jóvenes, ¿desde que fueron regenerados, no han tenido sus padres dificultades para explicar ciertas cosas que les ha ocurrido a ustedes? Quizás los padres de un hermano joven digan: “¿Qué le ha ocurrido a nuestro hijo? Él ahora es tan diferente de como era antes. A medida que pasa el tiempo, él cada vez nos parece más diferente. No podemos explicar qué ha sucedido, pero sabemos definitivamente que él no es el mismo”. Este ejemplo muestra que la regeneración es una señal.
Una persona que ha sido regenerada lleva una señal sobre él. Todo cristiano genuino, todo el que ha nacido de Dios, lleva una señal. Cualquiera que diga que es cristiano pero no lleva la señal de la regeneración, es un pseudo cristiano, un cristiano falso. La regeneración es una señal, y todo el que ha sido regenerado lleva esta señal.
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