Estudio-vida de Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo y Malaquíaspor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6252-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-6252-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Oseas 4—6 abarca los pecados del pueblo apóstata, los castigos de Jehová y el retorno del pueblo apóstata. En este mensaje consideraremos los detalles con respecto a estos asuntos según constan en estos tres capítulos.
Los pecados del pueblo apóstata y los castigos de Jehová son vistos en 4:1—5:14 y 6:4-10.
Oseas 4:1 nos dice que Jehová tenía un pleito contra los habitantes de la tierra, pues no había fidelidad o verdad, no había bondad ni había conocimiento de Dios en la tierra.
En lugar de la verdad, la bondad y el conocimiento de Dios, lo que había era perjurio, engaño (incumplimiento de promesas hechas), asesinato, robo y adulterio (v. 2a).
La gente era violenta, y había derramamiento de sangre tras derramamiento de sangre (v. 2b).
Debido a ello la tierra estaba de duelo, y languidecía todo habitante en ella junto con las bestias del campo y las aves del cielo. Ciertamente aun los peces del mar serían quitados (v. 3).
El pueblo contendía con el sacerdote (v. 4). Esto era por completo contrario a la ley de Dios, la cual no permitía que el pueblo contendiera con los sacerdotes.
El versículo 5 dice que el sacerdote tropezaría de día y que el profeta junto con el sacerdote tropezarían de noche. Además, la madre del sacerdote sería destruida por Dios. Esto nos dice que todos ellos cometían pecados. El profeta cooperaba con el sacerdote para cometer pecado, y la madre del sacerdote se unía a ellos. Esto hizo que viniera el juicio de Dios sobre dicha madre.
El versículo 6a nos dice que el pueblo de Dios —los sacerdotes— sería destruido por falta de aquel conocimiento de Dios mencionado en el versículo 1. El pueblo de Israel no conocía las ordenanzas de Dios, y los sacerdotes también carecían de aquel conocimiento.
Dios rechazará al sacerdote debido a que éste rechazó “dicho conocimiento” de Dios (v. 6b). Por tanto, él ya no será un sacerdote para Dios.
Dios se olvidará de los hijos del sacerdote ya que el sacerdote olvidó la ley de su Dios (v. 6c).
Cuanto más se multiplicaban los sacerdotes, más pecaban contra Dios. Por tanto, Jehová les dijo que Él cambiaría su gloria —la gloria que tenían al multiplicarse— en vergüenza (v. 7). Esto indica que como sacerdotes de Dios, Sus servidores, tenemos que ser cuidadosos debido a que nuestro servicio involucra a nuestros hijos.
Refiriéndose a los sacerdotes, los versículos 8 y 9 dicen: “Del pecado de Mi pueblo se alimentan, / y su alma desea su iniquidad. / Lo mismo será con el pueblo que con el sacerdote; / así que visitaré contra ellos sus caminos / y los recompensaré según sus obras”. Una porción de la ofrenda por el pecado estaba destinada a servir de alimento para los sacerdotes. Los sacerdotes deseaban que el pueblo pecase, pues cuanto más lo hiciese, más ofrendas por el pecado habría, lo cual proporcionaría más alimento a los sacerdotes.
Tal como sucedía con el pueblo, así sucedía con los sacerdotes. Esto quiere decir que los sacerdotes, quienes habían sido santificados, separados, para conformar un grupo especial entre el pueblo, se hicieron iguales al resto de la gente, con lo cual llegaron a ser viles y comunes. Por tanto, con respecto a los sacerdotes, Dios dijo que Él visitaría (castigaría) contra ellos sus caminos y los recompensaría según sus obras.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.